Sentado tras el escritorio en medio de aquella biblioteca Lachlan miraba el fuego y sintió como el frio del lugar ahondaba en sus huesos, aquella finca se sentía completamente desolada y lúgubre, era casi como estar en casa. Leyendo el papel que tenía entre las manos sintió que el cansancio acumulado se le venía sobre los hombros, tras aquella incomoda mañana con Lady Mallory realmente no sentía demasiadas ganas de quedarse por aquel lugar.
Solo una cosa le parecía entretenido en estos días, aunque ciertamente no debería; se preguntaba cuál fue el rostro de la joven al abrir el obsequio, sonriendo para sí mismo, quiso adivinar cual fue su expresión. Definitivamente debió reír hasta que el estómago le dolió o talvez simplemente lo vio con curiosidad, aunque lo más probable es que riera un poco y se echara a leer con voracidad.
Cerrando los ojos imagino sus ojos plasmados en el lienzo, del verde bosque más profundo y oscuro que encontrara, casi como esmeraldas. Casi deseaba tener el talento suficiente para inmortalizarla. Sumido en sus pensamientos no escucho los silenciosos pasos del mayordomo Scarbury, quien ingresaba rápidamente con una lúgubre mirada.
- Mi lord? – murmuro el hombre, sacando de sus pensamientos al duque, quien sonreía mientras veía aquella perturbadora carta
- Que sucede?
- Debo llevar una respuesta, después de todo ya se ha revisado todo el perímetro de la propiedad en Galstworth y no se ha encontrado a nadie sospechoso...
- Eso no es problema Scarbury... - murmuro casi gruñendo, su mirada se oscureció y se centró en la hoja de papel – Lo más probable es que quien dejara esos restos sea alguien de la aldea ...
- No lo creo, si me permite decirlo – respondió el mayordomo, que con una voz solemne parecía convencido – ningún poblador amenazaría al duque, por mucho dinero que se le dé, además dejar los cadáveres de cabras colgadas es algo más siniestro y personal ...
- No es una amenaza, es un recordatorio, cada uno de esos animales estaba preñado ... - murmuro viendo la carta – en todo caso, si crees que los pobladores no fueron, debió ser algún empleado de la mansión ...
- También creí lo mismo, por lo que me tome la libertad de hacer una lista – afirmo seguro de su decisión, mientras Lachlan levantaba una ceja viendo que era la primera vez que su perfecto mayordomo admitía indirectamente haber cometido un error – bien, averígualo e infórmame, mientras llévale esta carta a Lloyd, él te dirá lo que necesita
Entregándole un sobre previamente sellado y listo, Scarbury salió con rapidez del lugar, evitando la mirada de Lachlan, lucia ciertamente avergonzado al reconocer que no había notado a un criminal ingresando bajo su supervisión. Mas el duque no deseaba hacer leña del árbol caído, por lo que dejo el tema en manos del mayordomo.
Sin embargo, este no era el caso para un par que observaba la escena e interpreto aquella escena de una forma completamente distorsionada a lo que realmente sucedía. Un sonriente mayordomo de poca cabellera y algo entrado en peso, comprendido que su amo había desechado al viejo servidor de la familia Hawthorne y que por ahora necesitaría un reemplazo, feliz y lleno de planes salió rápidamente rumbo al pueblo cercano a buscar algo que consolaría a su nuevo amo.
Después de todo, si había un puesto de excelencia a disposición, alguien debía ocuparlo con premura.
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Atrapada por el duque (Completa )
Historical FictionEntre el presente y el pasado, la duquesa de Hawthorne se ha decidido por un final idilico para su matrimonio. Cansada y llena de resentimiento busca solucionar de forma definitiva la situacion entre ellos, es la muerte o el divorcio. Lachlan, duqu...