Episodio 2 (+18) : 1827 (2).

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13 de Marzo de 1827

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13 de Marzo de 1827

El regreso de Londres a Galstworth Hall, el hogar ancestral de los duques de Hawthorne, fue una completa tortura. Ninguno hablo y ambos parecían tener más cosas que decir, que las simples miradas condescendientes que lanzaban el uno al otro.

Apenas el carruaje se detuvo, Helena bajo de prisa, sin esperar que alguien la ayudase a descender

- Espera ...- Farfullo Lachlan mientras iba tras ella

Los empleados a su alrededor estaban acostumbrados a los inesperados ataques de la pareja, por lo que apenas el señor de la casa ingreso se dispersaron cada uno a sus quehaceres. Todos menos Scarboury, el mayordomo principal, quien permaneció escondido, pero en las cercanías.

- ESPERA¡¡ - grito desde la puerta principal, persiguiendo a su escurridiza esposa.

- Qué? - respondió Helena separada por varios metros de distancia; fastidiada por el viaje, la situación y el destino- Ahora qué?

- Podemos al menos tomar el té como personas civilizadas?- pregunto Lachlan tratando de conciliar aquella situación irreparable – no te vi en casi medio año ...

Nunca le aviso que se iba por Europa, pero esperaba que lo recibiera con las honras de un héroe. Ridículo.

- Nada en ti es civilizado- Mascullo ella con presunción – pero si lo pides de forma tan cortes, te concederé el favor de mi presencia mañana- suspirando murmuro casi para sí misma - Eh tenido suficiente de tu presencia, por al menos los 2 próximos meses

Ignorando los agudos comentarios, asintió mientras retrocedía un par de escalones, irguiendo los hombros.

- Te esperare en el mirador ...

- No- respondió tajante la castaña- lo tomaremos en mi salón, después de todo es el único lugar civilizado de toda esta mansión ...- dando por cerrada la conversación se dio la vuelta y siguió subiendo de forma elegante.

Los pasos apenas se escucharon sobre la alfombra, por lo que cuando Lachlan la alcanzo a tan solo unos escalones de diferencia, ella casi salto del susto, sosteniéndose de la barandilla. Tomando su mano se inclinó levemente como si hiciera una reverencia, mientras mascullaba

- Bien si me impones tus expectativas... – susurro con una cadencia en su voz- supongo que deberé actuar según a ello...

Los pies de la joven dejaron el suelo y su rostro se enfrentaba hacia las escaleras, perdiendo el aire por la rapidez del acto. Había sido levantada sobre el hombro de su fornido torturador, llevándola de regreso al primer piso, hacia la puerta más próxima.

Azotando la puerta al cerrarla con fuerza, no le importo el estridente sonido, mientras dejaba a su excelencia sobre sus pequeños pies; Lena, furiosa y aun algo mareada, retrocedió y se apoyó sobre el escritorio de caoba, sin escuchar lo que decía el cretino frente de ella

Tomándola por la cintura la subió al escritorio y aplastándola contra la madera, sintió como el corazón de la joven dama se agitaba y su respiración se entrecortaba, su pecho subía con cada profunda respiración dándole un encanto devastador.

- No pienses en descansar querida – murmuro con aquella depredadora mirada en los ojos- estuve ausente como 3 semanas de visitas conyugales, espero que hayas descansado lo suficiente...

Inclinándose sobre ella empezaba a levantar sus faldas lentamente, pudiendo rozar sus infinitas piernas, cubiertas por aquellas medias de seda, las mismas que amaría dejárselas puestas mientras la desnudaba. Arrodillándose se perdió dentro de sus faldas, mordiendo suavemente la piel no cubierta por aquellas medias, replegando torcidos besos entre sus muslos, cada uno más perverso que el anterior, más cercano a su centro.

Corrientes de electricidad se disparaban en su espina dorsal, mientras la respiración de la joven se entrecortaba, contemplando altiva a medida que él avanzaba, ella aferraba sus manos a los largos cabellos platinados, mordiendo sus labios evitando gritar esperando el creciente clímax, que emergía a medida que Lachlan deslizaba sus dedos sobre su centro acariciándola con crudos círculos alrededor de su clítoris; íntimamente parecía disfrutar de la rabieta de Lena, quien no podía evitar desearlo, maldiciéndose a sí misma por dejarlo tomarla.

Si la magia existía, sabía que él la hacía entre sus faldas, llevándola cada vez más cerca a la cima entre el éxtasis y la rabia. Cuando sus dedos se aferraban a sus cabellos y echaba su cabeza hacia atrás, cuando escucho como un apresurado y errático golpe contra la puerta, desvanecía el ambiente.

- Vendrá luego – afirmo el rubio, cuando otro golpe sobre la puerta la hizo perder toda concentración, empujando a Lachlan con uno de sus aun cubiertos pies- Espero que sea algo realmente urgente ...- mascullo un jadeante y severo Lachlan, saliendo de debajo de las sedosas faldas- no te atrevas a moverte, ni un centímetro... - advirtió alejándose rápidamente y acomodando hacia atrás sus cabellos

Lena bajo rápidamente refugiándose sobre los sillones. Los murmullos desde la puerta fueron seguidos por un incrédulo y molesto gruñido, mientras le recriminaba al mayordomo interrumpirlo por la carta de un abogado, que no conocía en Londres.

Abriéndola de inmediato el lugar se llenó de silencio, la palidez en su rostro se transformó en alegría, mientras sus ojos brillaban. Sin esperar a que dijera algo, su duquesa ya estaba a su costado, tomando el papel y leyó por sí misma.

Sus ojos se agrandaban, mientras las palabras sonaban incomprensibles en su mente. Anunciando la única noticia que no había contemplado en todos estos años, el hermano de Lachlan estaba vivo, más que eso, el sujeto estaba por regresar la próxima semana.

Una sonrisa se deslizo por los labios de la joven sin poder evitarlo

- Esta vivo...- dijo por fin Lachlan – Ethan está vivo ...

Abrazándolo dejo que este se recargara sobre su cuerpo, mientras reía sobrecargado de emoción. Saliendo rápidamente ordenó a Scarboury que sirviera una copa de oporto a todos en la casa, que debían celebrar el regreso de su hermano.

Sorprendida sonrió, nunca lo había visto de aquella forma, pero era un alegre cambio. Por fin un lazo verdadero, pensó Lena, por fin su familia había regresado...

No podía recordar hacia cuanto ella tuvo la ilusión de serla y cuan equivocada había estado. 

Atrapada por el duque (Completa )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora