Entre el presente y el pasado, la duquesa de Hawthorne se ha decidido por un final idilico para su matrimonio. Cansada y llena de resentimiento busca solucionar de forma definitiva la situacion entre ellos, es la muerte o el divorcio.
Lachlan, duqu...
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15 de julio de 1827.
11 pm.
Cuando una rata esta acorralada, tiende a enloquecer y morder.
Lachlan, recostado sobre el sillón bebía un vaso de bourbon, aun le ardía la herida que dejo la bala al rozar su cuerpo. James, aquella rata bastarda, casi había conseguido acertarle en el primer disparo, si no hubiera estado tan nervioso talvez podría haber hecho algo más que rasgar su ropa y piel.
Viendo el techo sintió que la adrenalina se iba de su cuerpo. Cuando cerraba los ojos ingreso el mayordomo con una bandeja de vendajes nuevos, su rostro parecía apacible y sumamente profesional, Lachlan lo vio y dejo salir una pequeña sonrisa
- Deberías descansar Scarbury ...
- Por supuesto que no su excelencia – murmuro ordenando los materiales.
Negando con la cabeza Lachlan lo vio con cierto aprecio. Realmente nunca hubiera creído que pudieran llegar a él y atacarlo en el corazón de la calle Grosvenor, si no hubiera sido por el mayordomo, quien le disparo a su atacante desde la puerta de su residencia, muy probablemente hubiera dejado ese mundo con una feliz viuda y un enojado hermano a cuestas.
- Me salvaste la vida, no cualquiera hubiera disparado un arma o acertado desde tan lejos...- murmuro el duque con algo de sorpresa y una sonrisa en los labios, tocando levemente la - Sabía que era muy buen maestro de esgrima, pero no estaba enterado de tus múltiples talentos... - dijo Lachlan recordando viejos tiempos en Galstworth Park- talvez podrías practicar conmigo como lo hacíamos antes...
- Antes usted era un niño y yo un simple ayuda de cámara, mi Lord – murmuro sonriendo levemente recordando los alborotados días de su señor, corriendo como una cabra descarriada por los campos de la familia Hawthorne- hoy en día probablemente terminaría pidiendo vacaciones por algún hueso dislocado si es que logro siquiera mantener una buena postura durante el duelo, mi Lord- murmuro con su habitual rostro sereno, dejando al duque recostándose sobre los cojines y cerrando los ojos
Asintiendo, el hombre mayor empezó a limpiar una segunda vez la herida, pensativo el mayordomo parecía preocupado, luciendo incluso algo pálido y disperso. El duque por inercia creyó que debía ser por el cuerpo del inerte del sujeto al que le disparo.
- Si sabes que no se te juzgara por lo que hiciste, ¿verdad? – murmuro Lachlan sin ver al hombre de profundas canas en las sienes.
- Lo sé, su excelencia – respondió con firmeza quitando una gasa pegada a la piel herida y dejándola caer sobre la bolsa de tela.
- Entonces, ¿que sucede? - murmuro el pálido rubio frunciendo el ceño
- Señoría... Yo estaba afuera hace un rato con el arma no por precaución... Sali porque iba a entregarle el arma que me dejo Lord Reilish esta mañana...