6 de Abril de 1824
"Los nuevos aires que trajo el campo han arribado para el inicio de la temporada en Londres. Muchos lores y lady's han llegado de sus pacificas casas en el campo para disfrutar de esta prometedora temporada; el baile de los Briggs , se reporto como uno de los mas concurridos y esperados, no solo por sus decoraciones y entrañables anfitriones, sino por su variada lista de invitados.
Mas una repentina invitada ingreso sola a uno de los bailes mas selectos de la temporada , uniéndose después al brazo de la siempre confiable señora Hudson y su fatigada hija menor; la señorita lucia el vestido que todo mundo aclamo como "el estilo Marsden ", completamente rojo, reluciente en opulentas joyas y luciendo un provocativo escote; además de mostrar sus delicados hombros, este dejo lucir las mejores intenciones de la señorita Marsden dentro de aquel baile de salón.
En opinión de su redactora que vio todo y no espero a que se lo contaran, este no es más que el inicio de los entredichos de esta temporada.
Por lo que algunos aires se van, pero siempre vuelven cada cierto tiempo, una generación u otra llegan de la misma forma en que se van. Informándoles de los principales cotilleos"
Revista de sociedad :Tea Time
Concentrada en su taza de té, Elena Marsden ignoraba las recriminaciones y desapruebo de su tía, suspirando decidió solo disfrutar de la fragante bebida. La mujer había estado con una fiebre alta la pasada noche y no la había acompañado al cumpleaños de las 2 hermanas más jóvenes en la familia de Lord Briggs.
- Pero como se te ocurrió ponértelo ...- murmuro Lady Mallory, rabiando y revolviéndose en su sillón en medio de la salita, sosteniendo el panfleto, leyéndolo una y otra vez, buscando algo nuevo y rabiando por no encontrarlo.
- Esa revista miente, no entre sola ni por asomo – mascullo la aludida, colocando su taza sobre el platito de porcelana fina – además la señora Hudson no le pareció mal ...
- ES AMERICANA –dijo soltando un graznido, como si eso lo explicara, mientras la observaba con los ojos tan abiertos que parecían que se saldrían en cualquier momento
- Nanny ...- suspiro elegantemente su sobrina, mientras bebía el té evitando reír al ver como su tía fingía un pequeño desmayo sobre su mullido sillón –era color fresa, no carmesí, y es lo que se lleva en Francia ahora...
- ELENA ¡- Chillo de inmediato, censurándola y ventilándose con las hojas, - Un día Elena, un día me va dar algo ...
Pronto un golpecito en la puerta hizo que la furibunda mujer olvidara el tema de principal discusión y dejara pasar al mayordomo al saloncito, con un rostro adusto y propio, se aclaró la garganta; entregándole 3 pequeños sobres a Lady Mallory.
La recatada dama observo con el ceño fruncido los nombres de los remitentes y se los devolvió al hombre que esperaba su respuesta. NI siquiera los abrió y ya sabía lo que había dentro
- Quémelos Hippkist ...
- Mi lady, esto llego con 3 ramos de flores que esperan en el recibidor
- Entonces devuélvalos con sus respectivos remitentes – dijo algo tensa – ah y si alguien se presenta con esos nombres no los deje pasar, es más eche sal sobre sus cabezas para que no regresen ...
Su mirada se ensombreció cuando volvió a tomar un poco de té. El silencio era absoluto y los mensajes en aquellas cartas también; al parecer la mancha que arrastraba su familia atraía a descarados hombres, llenos de ideas equivocadas que le proponían de todo menos matrimonio.
La condesa aparto la mirada de su querida sobrina, sintió una gran opresión en el pecho, siendo juzgadas y estigmatizadas por culpas ajenas a ellas. Con apenas 20 años su sobrina había retrasado todo lo posible este evento, siendo inevitable que ella fuese juzgada y apartada si no cumplía las rigurosas reglas de la sociedad londinense
- Bien, ya está hecho, no hay caso en quejarse ...– dijo tomando un poco de té para calmar su cansino pesar.
- Nanny? – murmuro con preocupación Lena; llamando con aquel tierno apelativo, que su tía Josephine llevaba desde que regreso a Ravenwood antes de la muerte de su padre, enternecía su corazón.
Observando a su dulce sobrina bajar la cabeza como una pecadora solo acrecentó el malestar que tenía. Con aquellos ojos verdosos y cabello miel, una joven como ella tendría una larga fila de pretendientes, sin embargo, había solo palurdos y mentecatos tras sus pasos, así como de vez cuando en cuando descarados y sinvergüenzas
- Es hora de dar un paseo por el parque – murmuro Nanny, mientras dejaba a taza sobre la mesa
- Pero ...
- Y levanta esa cabeza, no has hecho nada malo – dijo frunciendo el ceño con decisión – escribiremos a las Hudson para dar un paseo por Hide Park y después pasaremos la tarde con la señora Mills
Con un suspiro de cansancio se planteó aquel plan que no le resultaba nada conveniente; cuando la duda asedio su mente, su querida tía Josie se acercó y tomando su barbilla la obligo a verla con suavidad.
- Solo necesitamos esforzarnos un poco más ... - murmuro sonriendo amablemente – las cosas buenas les pasan a las personas son buenas, eso incluyen las cosas como el amor, sino trabajas en ello no llegara a tu puerta
Asintiendo con decisión su tía parecía animada repentinamente, suspirando envió a su habitación a la joven con rapidez.
Ya a solas con sus pensamientos, suspiro sabiendo que su idealista y sería tía había tenido suerte en su matrimonio; no sabía si por enviudar a temprana edad o porque encontró a uno de los últimos hombres decentes en Londres, pero se había empecinado a encontrar lo mismo para sus 2 alborotadas sobrinas, fallando por completo con la primera, pero decidida a lograrlo con la segunda.
Suspirando por enésima vez espero a que el helado viento se fuera y llegara la primavera, mientras tanto se acercó a la chimenea de su habitación y se calentó un poco más.
Pronto encima de una de las sillas se encontraba el vestido del escándalo, o así había sido llamado por su tía, contemplativa agradeció al cielo porque nadie hubiera notado algo más allá de su desvergonzado vestido rojo, algo no muy apropiado para una debutante, pero espero que nadie notara su ausencia o se preguntara por qué había llegado tarde aquella noche.
Tocando el brocado negro del ribete parecía hipnotizada al recordar la primera danza, el primer vals, el primer baile que había gozado; recordando lo impropio que había sido bailarlo fuera del salón, en medio de aquella biblioteca tocada por la luz de medianoche y con aquel hombre del que casi no recordaba ni su rostro, todo gracias a su falta de vista, aunque si lo viera de cerca lo reconocería de inmediato, pero no podía contar con ello gracias a las estrictas reglas.
Suspirando dejo a un lado esa idea y sentándose con la intención de escribir sus cartas pendientes; necesitaba ocuparse en algo más, algo más real y productivo, ya que sabía que aquel hombre de pálidos cabellos, como el de un Kelpie, jamás se le volvería a presentar, después de todo esa clase personas solo aparecen y se van como las nubes en las noches londinenses.
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Atrapada por el duque (Completa )
Historical FictionEntre el presente y el pasado, la duquesa de Hawthorne se ha decidido por un final idilico para su matrimonio. Cansada y llena de resentimiento busca solucionar de forma definitiva la situacion entre ellos, es la muerte o el divorcio. Lachlan, duqu...