° Capitulo 30: Sir Chase Wolswood

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15 enero de 1826

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15 enero de 1826

La mañana era tibia y cálida mientras un pequeño grupo de niñas corrían por los verdes prados de los Wolswood. Sentada sobre una manta a cuadros, Lena contemplaba las risas y alegría, el picnic era perfecto, mientras disfrutaba de una fría limonada que le ofrecía la anciana señora Wolswood.

Sir Chase Wolswood, con los ojos vendados, trataba de atrapar a sus pequeñas hermanas, quienes reían y lo llamaban antes de escapar. La madre de las campantes niñas disfrutaba de la fría sombra del árbol donde se encontraba el picnic, junto con la duquesa.

- Mi hijo está seguro, pronto las cosechas mejoraran... - murmuro la señora, mientras tomaba un trozo de manzana

- Es probable, pero los tiempos están cambiando...- respondió Lena, aceptando un trozo de una manzana recién pelada por la matriarca- no sé si sea el mejor momento para invertir de nuevo en otra cosecha...

- Puede que sea cierto, pero nosotros no conocemos nada más que el campo ...- dijo reticente

- Hay momentos donde debemos arriesgar... - murmuro Lena sin demasiado decoro, después de todo conocía desde hace casi 1 año a esa familia y sabia lo mucho que apreciaban la sinceridad entre ellos.

- Pero como usted sabe no siempre se gana- Pregono la humilde mujer, quien estaba aún contraria a la idea de desafiar al duque- no todos podemos darnos el lujo de perder... - murmuro aun frunciendo el ceño, dejando que el viento refrescara su ánimo.

- Si Sir Wolswood no acepta mi trato, tendrán que vender sus tierras y ninguna quiere eso ...

Observándola con cierta reticencia, la mujer de profundas arrugas arraigadas por la sabiduría del tiempo, asintió respondiendo de forma vaga que lo hablaría con su hijo. Lady Marguerite la veía con cierta pena, sabiendo que su propuesta de negocio no era por amabilidad o aprecio, era simple supervivencia. Después de todo la duquesa buscaba que Lachlan no consiguiera las tierras que ansiaba para completar su hegemonía en la zona.

Lena evitando aquella mirada llena de tristeza se levantó. Caminando hacia las niñas que se empezaban a arremolinar a su costado, fue cuando una ráfaga de viento arrastro su sombrero llevándolo hacia la copa de uno de los árboles.

La menor de las niñas corrió tras el sombrero y empezó la empinada subida, antes de que cualquiera de ellos pudiera detenerla había trepado demasiado a lo alto y seguía sin detenerse.

Desde la copa la pequeña le grito a la duquesa que subiera, burlándose de los dos adultos en la base del árbol, siendo regañada por Sir Wolswood le exigió que bajara; era evidente para todos que la burla se debía a que ni la pequeña podía bajar ni era propio que alguno de ellos subiera.

Llevando su traje de montar, Lena no vio impedimento para subir, sin pensarlo demasiado tomo el reto y se quitó los zapatos, siguiendo los pasos de la niña empezó a trepar, sorprendidos por la agilidad de esta la vieron alcanzar a la pequeña, siendo celebrada por todos excepto por Lady Wolswood.

Ayudando a la pequeña niña de enredados bucles y ojos vivaces, se vio algo cohibida de lograr bajar con la ayuda del caballero ahí presente. Sin mas remedio espero no romperse algo si se lanzaba.

- Hágase a un lado Sir – grito Lena desde lo alto, mientras el sol dificultaba su vista.

- Salte, yo la atrapare aquí abajo – respondió con un grito el gallardo Sir.

- Estaré bien, mientras usted no se atraviese en mi caída, ahora salga de mi camino – exclamo la joven mujer.

Riendo Wolswood apretó los dientes y trato de evitar un carcajada.

- Si esta bien para usted romperse el cuello me apartare, pero no tomare responsabilidad si se hiere – inquirió el caballero.

- Nunca pedí que asumiera alguna, ahora apártese, no quiero tomar la responsabilidad de romperle alguno de sus frágiles huesos, Sir ...

Las más jóvenes parecían empezar a divertirse con la pequeña discusión. Viéndolas reír desde los arbustos, evitando el abrazador sol.

- Sus delicadas piernas no lograran sostenerla, solo salte sobre mi – grito desde lo bajo el hombre.

- Esa es una extraña propuesta, Sir – afirmo con picardía desde la rama, logrando hacer sonrojar al sujeto – pero no tema no iré tras de usted, solo si se aparta ...

- Como desee, pero tenga en cuenta que se lo advertí – dijo frunciendo el ceño y retrocediendo.

Tomando impulso Helena se deslizo de aquel árbol como un gato, cayendo perfectamente, pero tropezando tras los primeros pasos. Siendo Chase quien la sostuvo con rapidez

- Nada mal para una pomposa duquesa no cree, Wolswood – murmuro riendo Helena mientras Lady Marguerite se acercaba a sus hijas y a ella.

Soltando a la duquesa, esta se dirigió hacia la mayor de las Wolswood. La conversación parecía alegre, mientras todas caminaban de regreso a la casa, escuchando hablar a Lena sobre Londres o sobre los innumerables salones de fiesta.

Lo que ninguna pudo percibir fue la atenta mirada tras ellos, aquella mirada concentrada, callado y pensativo Chase parecía caer lentamente por esas salvajes palabras mencionadas en broma. Pensando en un "y si ...".

Contemplando un momento el "y si lo que dice fuese verdad", "y si lo que nos propone funciona ", encontrando como respuesta un talvez y sin encontrar escusa para un no.

"Talvez podría aceptarlo, talvez sea mi única opción, si funciona podríamos tener un futuro, darles una vida con seguridad. No sería tan malo arriesgarse con ella."

Planteando las posibilidades del acuerdo, de una amistad duradera con el ducado, pero sobre todo con Helena. Su forma de actuar distaba por completo de lo que él contemplaba por una dama, pero si era una como ella sentía que talvez no sería tan malo. Era claro que en esta vida no funcionaria, pero y si el tiempo pudiera regresarse, si solo pudiera ir dos años atrás, si solo... 

Apartando esos pensamientos, solo aparto la mirada de Helena, sabiendo que al ser la duquesa de Hawthorne no tendría oportunidad alguna. Aun con su ensoñaciones, solo podia llegar a ser sueños vanos y nada mas. 

Atrapada por el duque (Completa )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora