Entre el presente y el pasado, la duquesa de Hawthorne se ha decidido por un final idilico para su matrimonio. Cansada y llena de resentimiento busca solucionar de forma definitiva la situacion entre ellos, es la muerte o el divorcio.
Lachlan, duqu...
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Miércoles 7 de Abril de 1824. Londres
Recatadamente bajo la mirada, aun avergonzada por el alboroto. Levantándose rápidamente su tía ya estaba a su lado, comprobando su estado.
- Estoy bien ...- dijo la aun sonrojada joven, apartándose de los cuidados de la tía Josie
- Bien – contesto ella, levantándose y manteniéndola apartada a un lado, resguardándola detrás de ella, pero sobre todo lejos de las manos de los recién llegados
Viéndolo con el ceño fruncido, tanto la señora Hudson y su tía formaron un frente unido, parándole cara al reciente grupo añadido.
- Conde Reilish, sus señorías ...- saludo la señora Hudson inclinándose.
- Sra. Hudson y Lady Mallory – respondió la pelinegra con una amplia sonrisa, viéndolas como un lobo a corderos – es bueno volver a verlas ...
- Lo mismo opinamos – contesto Lillian - es un buen día para los paseos vespertinos ...
- Si, lo mismo creíamos nosotros ... - murmuro Reilish, mientras apretaba el brazo de su esposo, quien parecía decidido a huir a la menor distracción – oh, no les eh presentado a su gracia, Lachlan Hawthorne St. Gallen, duque de Hawthorne.
- Un placer ...- murmuro el aludido, inclinándose de forma elegante y presuntuosa.
Tanto matronas como las jóvenes se acercaron a saludar apropiadamente. Mientras Odette contemplaba a con curiosidad aquella escena, viendo como todos excepto ella parecía llena de ansiedad. Su suspicaz olfato le decía que esto sería entretenido, al menos para ella. Deliciosos secretos que amaría desenterrar
- Es un placer verlos, nuestras hijas, tuvieron la espléndida idea de hacer un picnic ... - afirmo Lady Mallory
- Oh eso suena fabuloso – dijo Lady Reilish sonriendo astutamente, la joven mujer parecía disfrutar de la incomodidad de las mayores, luciendo llena de expectativas
- Sería un placer si se quedan a disfrutar de la vista con nosotras ...- murmuro rígidamente Nanny, mientras observaba al duque de forma adusta.
- Por supuesto- acepto con poco recato la sonriente mujer de cabellos ébano - sería estupendo, siempre eh oído que usted prepara los mejores picnics ...- dijo sonriendo con cierta nostalgia– es una pena que no lo haya podido comprobar antes ...
El ataque frontal que acaba de pasar tomo desprevenidas a las matronas, quienes parecían mantener una postura rígida, mientras se sentaban cómodamente sobre las mantas. Las amigas de antaño parecían agobiadas ante aquel comentario, siendo Odette quien soltó una risita chillona, que hizo saltar los ojos de la señora Hudson hacia su hija.
Pronto la risa fue copiada por Lady Reilish aligerando el ambiente. Sin realmente saber los por menores, Helena supuso cuál fue el desaire sobre aquella joven condesa, por parte de Theodore, su hermana mayor.
