Entre el presente y el pasado, la duquesa de Hawthorne se ha decidido por un final idilico para su matrimonio. Cansada y llena de resentimiento busca solucionar de forma definitiva la situacion entre ellos, es la muerte o el divorcio.
Lachlan, duqu...
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Hola, graciaas por leer esta historia y disculpen por retrasarme algunos dias de actualizacion. Ya solo faltan algunos capitulos para terminar, pero estuve viendo que varios episodios aparecen en desorden dentro de la app.
No se si este problema solo lo tengo yo con la app y los borradores o si ustedes tambien lo tienen para leer, porque intente verlo en la computadora y aparecen en orden. Porfa confirmen si los ven en orden o no, graciaas.
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Pronto un mareo invadió su cuerpo, había errado otra vez; ya no sabía si reír o llorar.
El shock se mantuvo nublando su mente, aun cuando por si sola su mente encajaba el tiempo y el lugar en donde dijo Ethan haber estado durante sus largos años perdidos, 5 largos años donde no dudaba que pudo conocer a Lydia y su flamante familia. Disculpándose con Lord Maxwell camino con rapidez para apoderarse del brazo de Hawthorne, apoyándose en el brazo de Ethan lo vio con una amable sonrisa. Debian salir de ahí.
Dando una vuelta magistral entro junto con Ethan a la pista de baile, con la misma fluidez de una pluma en medio de una brisa otoñal, balanceando su cuerpo en medio de aquella aglomeración de bailarines.
La fuerza que había sacado para ese día se iba de su cuerpo, dejando menos que un simple cascaron, mientras en una grácil vuelta se alejaba y volvía a sus brazos, su sien pulsaba y sentía como en el pecho se le formaba un nudo.
- ¿¿Porque Lydia?? - susurro la duquesa, mientras volvía a girar y regresaba- acaso no pudiste encontrar alguien menos... problemático?
- Talvez debería hacerte la misma pregunta... – murmuro con presunción, logrando hacer fruncir el ceño de Lena.
- Es acaso el niño...- murmuro sin inmutarse cuando él sujeto con fuerza su antebrazo
- Es mi sangre...- replico frunciendo el ceño, viendo a los costados esperando que nadie los hubiera oído- deben estar conmigo...
Sin realmente sorprenderse Helena solo había atado cabos con los supuestos que tenía y trágicamente no había fallado.
- No, él debe estar con el único padre que conoce...- susurro Lena sin tapujos deteniéndose levemente antes de seguir con el ritmo de la música.
Siendo el notable caballero quien encajaba la mandíbula con presunción y orgullo. La pieza iba terminando, mientras los dos parecían perdidos en sus pensamientos, siguiendo el ritmo del grupo.
- Talvez sea insensible de mi parte, pero haz vivido como has querido... no tienes la moral para criticarme – susurro Ethan cuando pudo estar lo suficientemente cerca.
- No te critico y mucho menos reprocho nada ...- murmuro cansada, mientras intentaba no trastabillar reclinándose para terminar la pieza
- Helena, te aprecio – dijo colocando el brazo de Lena sobre el suyo, mientras se dirigían a la mesa de refrigerios- pero no se tra...
Deteniéndose, dio media vuelta, ansiosa y pálida. Siguiendo su gesto, el curioso hombre la sostuvo cuando sintió que esta temblaba y su tez se volvió pálida como un papel, pero contrario a lo que había creído, temblaba de rabia.
Levantando el rostro, Ethan pudo encontrar rápidamente a su alto hermano, quien no los había percibido aún por la gran aglomeración de personas que pasaban. Sin comprender realmente el enojo de Helena, siguió viendo con cuidado hasta que observando con cuidado pudo encontrar a Lachlan del brazo con una joven viuda, presumiblemente debía ser su nueva "acompañante", pero junto a ellos también vio los negros y perfectos cabellos de Lady Reilish, quien se veía deslumbrante del brazo de su esposo.
Comprendiendo la situación, la sostuvo por el brazo, mientras sabía que lo mejor era retirarse del lugar por aquella noche, no deseaba un escándalo y menos si podía evitarlo. La astuta mirada que caracterizaba a la duquesa se había distorsionado en cierto toque de dolor y apatía, mientras ambos parecían no poder mantener las apariencias vivaces.
- Suéltame – murmuro ella, mientras se paraba con dignidad - obsérvalos, ellos son la mejor muestra de lo que te trato de decir, nada cambiara porque yo le diga a Reilish que su esposa no es la perita en dulce que él cree... asi como nada cambiara cuando intentes escapar con ella.
- No los compares.. – mascullo enojado caminando por el borde del salón- hablemos de esto en otro lado...
- No debes fingir que no lo sabes, sé que te lo ha contado – murmuro con perversa diversión – ...su patético intento de salvarla hizo que terminara conmigo... su maldita maldición
- Eso no es verdad – replico Ethan, mientras sus ojos reflejaban cierta pena por la mujer frente a él
- Si se lo hubiera dicho...- murmuro la mujer, perdida en sus remordimientos - si se lo dijera a Reilish, en este punto yo sería la única culpable de arruinar su matrimonio, por algo tan trivial como un beso...- murmuro con sorna mientras empezaba a caminar por el salón – aunque quien sabe si realmente solo fue eso ... o incluso si la hija que tanto presumen en sociedad es de Methos...
- Vámonos ...- dijo Ethan viendo el rostro de Lena, la culpa llenaba sus facciones.
- Si viste que esa niña tiene cabellos como el trigo, verdad? – rio Helena lo suficientemente alto para que algunas personas cercanas voltearan sus cabezas hacia ellos
- Solo vámonos...
Las miradas de lastima volvían a centrarse en ambos. Acuciantes y divertidas, un escalofrió rodo la espalda de la joven, Ethan los aparto llevándolos a la entrada y pidiendo de inmediato su carruaje. El frio viento de Londres le escarapelaba la piel de la dama.
Por un momento creyó escuchar su nombre siendo llamado a sus espaldas, ignorándolo subió al angosto asiento en el carruaje y partieron. Ya en marcha Ethan aparto la mirada, se aprovechó de su amabilidad y ella no se lo perdonaría.
Mientras la mente de Helena vagaba en una dirección distinta, algunas veces le gusto pensar que Catherina y Lachlan se sentían culpables, distanciándose por ello, pero comprobar que la única apartada del cuadro era ella, le dio rabia y colera. Sintiéndose estúpida y burlada.
Una lagrima cayo imaginándolos riendo y divirtiéndose, celebrando como en los viejos tiempos, ambos en un mundo donde ella solo sería espectadora, pero nunca protagonista.