Entre el presente y el pasado, la duquesa de Hawthorne se ha decidido por un final idilico para su matrimonio. Cansada y llena de resentimiento busca solucionar de forma definitiva la situacion entre ellos, es la muerte o el divorcio.
Lachlan, duqu...
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Abril de 1827
Talvez de día lo rechazara, pero de noche, cuando el frio empapaba su alcoba y su cama se sentía demasiado grande, no podía rechazarlo.
Un trato silencioso con una aprobación clara.
Como cada noche, cada 2 meses antes de su viaje, él regresaba a Galstworth Park y Helena aparecía en su alcoba deseosa de su compañía, esa noche no era la excepción.
Sentado frente a la chimenea oyendo ansioso y pensativo el crepitar de los leños consumiéndose, la puerta de comunicación entre las recamaras se abría, con su característico chirrido, lento y estremecedor.
Pudo sentir cuando sus pasos avanzaban, descalza sobre la alfombra se acercaba con cuidado hacia él.
Aquellas delgadas manos se deslizaron por sus tensos hombros, mientras se inclinaba contra su espalda, Lena le quito el vaso de whisky que no había ni siquiera comenzado a beber; dando la vuelta al sillón se paró frente a él y levantando la falda del camisón se sentó a horcadas sobre él, contra la luz del fuego que enmarcaba su rostro, contemplo sus cabellos miel, como pequeños destellos de sol en medio de aquella noche fría.
Lena llevaba el cabello suelto en suaves ondas y las mejillas sonrojadas, su piel estaba fría y sus pupilas dilatas en el más hermoso verde, aquel que lo obligaba a hundirse y contemplarla durante horas.
Apasionada, complaciente y excitada, palabras que no resumirían su rostro lleno de anticipación. Tomando el rostro de Lena entre sus manos, dejo que esta envolviera sus brazos sobre sus hombros, mientras él acariciaba sus rizos.
Meciéndose sobre él pudo sentir como se endurecía bajo ella, un ronco suspiro salía de las profundidades del pecho de Lachlan, jadeando sonrió complacida acercándose a sus labios.
Lachlan coloco sus manos sobre el firme trasero de la joven, apretándola contra él, sintiendo la suavidad de su cuerpo que temblaba levemente y se aferraba a sus hombros. Acercando sus labios a ella, la joven aparto el rostro de forma juguetona, sonriendo mientras descendía sobre su boca lentamente, besándolo con lenta provocación y mordiendo levemente aquellos labios. Apartándose de ella frunció el ceño.
- Estuve practicando ...- murmuro Lena sonriendo como el gato que se comió al ratón.
Sosteniéndola por la nuca retuvo, retuvo su rostro contra él, besándola sin tapujos, mordiendo sus carnosos labios y dejando vagar su lengua, saboreo su boca con sagacidad y ahincó. Obligándola a permanecer contra él, la joven apenas podía soltar pequeños suspiros y jadeos entrecortados, mientras sus manos se aferraban a la camisa de Lachlan, la intensidad de aquel beso apenas y la dejaba respirar, oscureciendo sus ojos llenos de deseo contenido.
Separándose de ella apenas centímetros apoyo su frente contra la de ella, sin soltar su delgado cuello, sintió como ella jadeaba suavemente y con los ojos llenos de pasión.
