26 de julio 1827
Sin dormir aquella noche, observaba los papeles frente a ella, pasando las hojas hasta que el sol la sorprendió por la ventana de su habitación. Tenía causales, medios y las pruebas; si deseaba ir al parlamento para exponer su caso tenía el apoyo de la facción de Lord Rawson, hermano de Lady Amelia, nada podía salir mal.
Si deseaba plantear su divorcio ante el parlamento ese era el momento perfecto, lo había planeado con meses de antelación y distraído a Lachlan con distintos temas para evitar que notara sus intenciones; todo estaba listo desde hace más de un mes, por lo que debían iniciar pronto, porque con el inicio de la temporada de caza en agosto, podrían atrasarlo el proceso hasta la próxima sesión del parlamento, que iniciaría hasta fines de enero.
Si lo que decía Lachlan era cierto, era el momento de presentarlo, no podía tardar hasta la próxima temporada, porque para entonces su excelencia ya habrá abandonado el país y no regresaría, dejándola sola y atrapada en aquel vacío contrato.
Suspirando siguió revolviendo los papeles que le trajo su abogado el Sr. Holland, cuando ingreso su nueva doncella, pidiéndole que ordenara que un mensajero estuviera listo, se cambió con rapidez antes de enviarle una misiva a su abogado. Habían pedido una audiencia con anterioridad, pero Lena la había retrasado con una u otra escusa, esta vez no sería igual.
Ese mismo día procederían.
Tras enviar a su caballo de Troya junto al Sr. Holland, espero pacientemente hasta que le llego por un mensajero con un sobre de piel, conteniendo los papeles que necesitaba.
Ese día en la tarde Helena subió a su carruaje rumbo a la calle Lane. Si el duque dejaba el país serio imposible para ella hacer que regrese, por lo que aquella orden judicial era necesaria, nadie mejor que Lena para entregársela en su cara.
- Helena? - pregunto el duque al verla ingresar a su oficina.
- Lord Hawthorne – murmuro haciendo una venia, de forma educada y poco habitual en ella- eh venido a entregarle una notificación...
Frunciendo el ceño, Lachlan dejo los papeles que llevaba en las manos para tomar el sobre de piel que le ofrecía su esposa.
- Que es esto? – murmuro mientras lo habría con rapidez
- Una restricción, no puedes abandonar el país hasta que termine el proceso de demanda y posterior resolución...- afirmo la mujer caminando tranquilamente por la oficina
Confundido leyó con rapidez las hojas selladas y firmadas. El rostro de Lena permanecía impoluto, caso contrario el de Lachlan, el duque apretaba la mandíbula y poco a poco sus rasgos tomaban cierta frialdad
- En este momento deben estar discutiendo en el parlamento y aceptando mi pedido de divorcio...- comento Helena mientras el rubio dejaba un largo suspiro y releía las hojas.
- La única forma que aceptaran ver tu reclamo seria si te expongo por adulterio- mascullo Lachlan desestimándola – y ambos sabemos que no hare eso
- Es realmente lo único que se te vino a la mente? – pronuncio Helena con cierta sorna, colocándose al otro lado de su escritorio– en estos años que has estado cumpliendo vagamente tu deber con tu escaño de la cámara de Lores, si es que alguna vez lo hiciste adecuadamente, se reportaron un par de casos de divorcio, uno de ellos por causal de abandono ...
- Volvía cada cierto tiempo – argumento el duque entrecerrando los ojos con cierta curiosidad y desconcierto.
- Y por infertilidad...
- Ambos sabemos que esa no es la causa de tu "no concepción"
- No hablaba de mi...
Viéndola, pudo notar como el rostro del rubio empezaba a oscurecerse, cubriéndose con cierta amarga diversión.
- Entonces eso es lo que tenían planeado...- murmuro para sí mismo riendo- no funcionara ...
- Averigüe mucho en estos años, no has tenido ningún bastardo con las múltiples amantes que tuviste...
- Porque te hice una promesa – murmuro apretando los dientes, mientras se reclinaba contra su escritorio.
- Has hecho muchas de esas... y ninguna la veo cumplida ...
Lachlan rio rápidamente, mientras miraba hacia el techo, Helena por supuesto disfrutaba como la rabia se acumulaba en sus ojos. El silencio inundo la habitación, siendo la duquesa quien rompería con una sola pregunta
- Puedes mantenerte callado como lo has hecho estos últimos años o contarme lo que esta sucediendo- afirmo Helena, manteniendo aquella mirada fría y calculadora- no me tomes por tonta, se que algo mas esta sucediendo, pero me crees lo suficientemente estúpida para mantenerme al margen...
El rubio la contemplo con sorpresa y cierta confusión. Lo tenia atado de manos, la verdad o el escarnio público. Sabiendo que ella tenia mas que perder era poco probable que prosiguiera, pero aun cabía la posibilidad.
Acercándose al duque, Helena se paro frente a él y tomando el rostro de este por la barbilla lo miro con expectación. Quería oírlo hablar, confesar que sucedía.
Pero aquellos labios se mantuvieron callados hasta el final, como una tumba sepulcral. Riendo se alejó.
Entendiéndolo Helena sonrió de lado antes de plantar un suave beso sobre aquellos labios. Tomando el rostro de esta, Lachlan cambio el ritmo de aquel intercambio volviéndolo carnal y lleno de ferocidad.
- Te amo – murmuro sonriendo burlonamente, sintiendo que por fin podía decir aquellas palabras sin realmente sentirlas, las mentiras ahora salían de forma tan natural, riendo se apartó- tenías razón... es realmente aprendo rapido...
Al darse la vuelta su sonrisa dejo su rostro, su mano alcanzo la perilla girándola lentamente. Lena no esperaría más. Había deseado escuchar la verdad, pero ahora sabia que no la necesitaba. Ahora sería más fácil terminar sus cometidos, su nueva vida iniciaba y para ello necesitaba cumplir con su ultimo deber, ayudar a Ethan.
La castaña de hinchados labios salió con rapidez, mientras esquivaba a dos recién llegados, para subir a su carruaje. Methos y Fredrick se vieron con curiosidad antes de entrar, pero la imagen que encontraron dentro los sorprendio un poco mas, el duque inclinado sobre su escritorio con la corbata desacomoda y una apatica risa.
- Al parecer algunos no logran quitarse las manos de encima...- murmuro Fredrick riendo
Sin comentar del tema el duque llamo a Methos, quien también reía, despidiendo a su otro viejo amigo de viajes, Lachlan cerró la puerta de su oficina.
El risueño Lord lucia ciertamente contento por la escena, mientras subía a su carruaje confiaba en la reconciliación del ducado, ya que sabía que necesitarían hacer un frente unido cuando empezaran a llegar las verdaderas desgracias, hasta entonces los apoyaría.
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Atrapada por el duque (Completa )
Historical FictionEntre el presente y el pasado, la duquesa de Hawthorne se ha decidido por un final idilico para su matrimonio. Cansada y llena de resentimiento busca solucionar de forma definitiva la situacion entre ellos, es la muerte o el divorcio. Lachlan, duqu...