El Estafador

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Sara

No hay manera de escribir como me siento, me siento como una mala persona, como si. como si yo en lugar de ayudar a Elizabeth solo la estuviera dañando. Llevo 10 años de mi vida tratando de sobrellevar esto, tratando de seguir adelante creyendo que ella estaba muerta, creo que nuestra historia no es tan distinta solo que a mi me prefirieron nuestros padres, creo que le debo algo, me siento en deuda con ella, lo ha sabido llevar bien. 

- Supongo que aquí nos separamos - digo 

- Si, supones bien, creo que hemos llevado una buena vida dentro de lo que cabe 

- No quieras hacerme sentir mejor, escuché todo, escuché lo de Erick, yo lo siento, pensé que estabas muerta y que debía recordarte bien, mi memoria fue borrada después del accidente, pero en mi inconsciente existías, estabas aquí, conmigo 

- Bien, yo solo quiero que la abuela esté bien 

- Elizabeth ¿ Por qué te estás conteniendo? Grita, saca todo lo que tienes, golpéame, insulta a la abuela, no lo sé, que estés así de tranquila me asusta

- De nada sirve eso - responde 

No sé que es lo que le pasa por la mente, pero sé que es algo que nos afectará de una gran manera. 

- Solo no toques sus vidas, por favor, nuestro hermano los necesita aún - ella asiente - deberíamos salir 

Ambas salimos del sótano, todos están en la puerta, están a expensas de lo que pudiese pasar.

- Gracias a Dios estás bien hija - dice mamá 

- ¿Por qué no habría de estarlo? - respondo molesta 

- Yo no lo sé, Elizabeth puede estar  molesta y lastimarte y....

- Deje de crear especulaciones sobre mi y sobre mis acciones, usted no me conoce en lo absoluto, jamás dañaría a la persona que me salvó la vida 

- Eso es lo que te enseñé hija - dice el señor 

- No, no es por usted, a decir verdad no recuerdo ninguna de sus enseñanzas, así que solo me he de limitar a seguir adelante y con mi vida, tengo que irme 

Elizabeth sale de la casa, aun me siento aturdida, algo preocupada por no saber como va actuar en torno a lo que ha pasado, supongo todo va a estar bien. 

- No entiendo - digo - ¿ Por qué la dejaron aquí? ¿ Por qué seguimos sin ella? 

- Sara, por favor no nos reclames nada, lo hicimos por bien tuyo 

- No, lo hicieron por que no la amaban, mamá, ella te amaba como a su propia madre y a ti, tú eres su padre 

- Sara, ella solo hubiera sido una carga, está enferma, además se metía en problemas 

- Ella cubría mis problemas 

- ¿ Y qué hay del vídeo? dime cómo íbamos  a lidiar con esa vergüenza

- Ese vídeo fue mi culpa - confieso - yo le insistí a Erick que la siguiera, estaba celosa de su paz, de su forma tan inocente que quería verla molesta, quería que me reclamara por hacerle daño - todos quedan sorprendidos ante mi confesión - Erick estuvo de acuerdo con lo que hicimos, Melanie nos ayudó por qué también deseaba ver algún sentimiento en ella, pero todo lo que pasó fue un desastre, ella lloraba sola, no le reclamó nada a Erick en ese instante y aun así la abuela la obligó a estar ahí, a cumplir, solo podía observar como la acosaban, como la dañaban y ella seguía sin decir nada, la noche del accidente se lo iba a confesar 

- No puede ser cierto lo que dices Sara, siempre has sido la mejor nieta, la mejor hija, la mejor estudiante - dice la abuela 

- No, no lo he sido, todos nosotros estamos en deuda con ella 

- No, yo no - dice la abuela 

- Abuela usted más que nadie, ella se quedó a su lado, estoy segura de que la cuidó y usted no hizo nada más que obligarla a ser yo, eso no es posible, la hizo ser Sara Olvera, ella debe odiarme ahora 

Todos en esta casa nos hemos quedado callados, debo admitir que jamás creí que mi reencuentro con ella sería de esta manera, le he dado mierda en lugar de amor y comprensión, no soy la mejor hermana y acepto lo que ella quiera hacer, no me opondré. 

El teléfono de la casa suena, todos volteamos hacia este, la abuela se acerca a contestar, parece que estaba esperando esa llamada, duda por un instante en contestar, pero al final de cuentas lo hace. Escucha atentamente y asiente. 

- Entiendo - dice y cuelga 

Se acerca al sofá y se sienta en este, al parecer ha sido algo malo, estoy a punto de preguntar cuando el celular de papá suena. El contesta algo dudoso, escucha atentamente al igual que la abuela.

- Correcto estaré ahí pronto - cuelga 

El se acerca a la abuela, ambos se sientan, papá se toma de la cabeza, a la abuela comienza a dolerle el pecho, son malas noticias. 

- ¿Qué ha pasado? - ambos se miran - por favor 

- Mamá, diga algo - dice mamá 

- Las acciones de la empresa se han desplomado, trataron de contactarme pero por estar camino acá no he podido contestar, al parecer por querer salvar la empresa han vendido un 70% de las acciones 

- ¿A un mismo comprador? 

- Eso parece, lo peor de todo es que al investigar al comprador se dieron cuenta de que está muerto 

- Eso no puede ser 

- Es un comprador fantasma 

- ¿ Y usted abuela? 

- La empresa ha ido a la quiebra, al parecer sufrimos un fraude, un socio nos demandó por incumplimiento de contrato y a el se le sumaron todos nuestros proyectos, estoy en la calle 

- Esto no nos puede estar pasando, debe ser una broma y de muy mal gusto 

- Me temo que no lo es, es completamente cierto, un muerto compró el 70% de las acciones de mi empresa - dice papá - esto no puede estar pasándonos 

- Tal vez es el karma - digo 

- Deja de decir estupideces Sara, eso no existe 

- ¿ Quién es el comprador ? 

- Un tal Aiden, no recuerdo el apellido, pero tiene que haber una explicación, la policía cibernética se está encargando de ello, al menos tenemos la casa en Dubái

Suena mi teléfono. 

- ¿Hola? 

- Hola, señorita Olvera, soy Max, tengo malas noticias 

- Habla 

- La casa, la casa 

- ¿ Qué pasa con la casa? 

- Hubo un  fallo en la seguridad y se ha llevado todo 

- ¿Quién? ¿ Y la policía? 

- El fuego señorita, salimos a hacer la compras y al regresar había un gran incendio, no sabemos que lo ocasionó pero, es perdida total 

Cuelgo. 

- Al parecer ya ni la casa de Dubái existe, lo lamento familia, no hay nada para nosotros