El Estafador

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Llegar a este lugar me resulta difícil, me he debatido una y otra vez si debo o no debo hacerlo, platicar en el psicólogo me ha ayudado, sin embargo no puedo llorar, aún las lágrimas no brotan de mis ojos, por más que hablo y siento ese dolor en el pecho cada vez que le cuento todas y cada una de las cosas que siento, no puedo, creo que es mejor así, sin embargo debo arreglar las cosas para que esta carga que siento sea cada vez más ligera, al menos puedo decir que mis noches son más llevaderas desde la primera sesión, han pasado solo tres semanas y es momento de hacerlo.

Tocó la puerta, las manos me tiemblan, estoy a punto de dar la vuelta pero abren la puerta.

-¿Elizabeth? - levanto la mirada

- Hola - musito

- Ha pasado un tiempo

- Solo un mes y medio, solo eso - respondo

- No hemos podido coincidir, desde que visitas a Diego

Me quedo callada.

- Tal vez por qué llevo una vida acelerada - respondo

- Deja de mentir, sé que no eres tú la que lo visita ¿Quién es?

- No lo sé 

- Entra, tenemos cosas que hablar

Asiento, él tiene razón, necesitamos aclarar todas y cada una de las cosas que estamos viviendo.
El apartamento de Dom está como siempre, desordenado, pero no me importa, el me hace un espacio en el sofá.

-¿Gustas algo de agua? - niego con la cabeza- ¿Té helado?

- No, no me aparece, gracias

- Parece que has envejecido mucho, te miras cansada - comenta

- He envejecido - respondo - ha sido un momento duro para mí, no estoy muy bien, pero hay algo que debo resolver

- ¿Es sobre Diego?

- Sí, es sobre el, necesito hacer algo

- El no te recuerda - dice - el accidente hizo que perdiera la memoria y hasta ahora no ha podido hacerlo, hemos tratado de que no se fuerce su memoria, pero es difícil

- Lo sé

-¿ Has estado bien?

- Tengo un lugar en donde vivir, tengo tres comidas al día ,creo que estoy mejor que antes

- Te ves muy delgada, luces más pálida, dime la verdad

- Estoy bien Dom, en verdad que si ,no quiero que te preocupes de más

- Es que no eres la mujer que recuerdo, lo siento, pero....

- No puedo ser la misma después de todo lo que ha pasado Dom ,no puedo, mi vida se ha tornado dura, todo lo que creía se ha ido por la borda, todo lo que tenías como verdad es falso - digo - y lo peor de todo es que no puedo llorar, las lágrimas no brotan de mis ojos, cada noche despierto sobresaltada, sudando, lo veo a el, me siento culpable por lo que le pasó y aunque quiero aparentar que no es difícil

- No puedo decirte algo, nunca he estado en ese limbo a decir verdad

- Lo entiendo, solo quiero verlo, saber que está bien y que no corre peligro

- Sí, acordaré una reunión para vernos, creo que debemos saber quién es la mujer que lo está frecuentando, por qué estoy seguro que tú no eres

- No, aún no puedo verlo, me duele saber que no recordara nada de nosotros, que digo, nunca hubo un nosotros

- Eso creer, Diego cambió en ese corto tiempo, se hacía el duro, pero a finde cuentas ese sentimiento estaba ahí