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Llevo mes y medio fuera de la vida de todos ellos, no puedo culparlos por mi mala suerte, pero estos días me he sentido más tranquila, no soy rica, pero tampoco estoy como al principio, Dayana se ha recuperado, ella y yo trabajamos en el pequeño restaurante, no puedo negar que aún está débil, pero según ella no quiere ser  una carga para mí y para David, en cuanto a su agresor, el sí está arruinado, Dominick nos ha ayudado mucho sin saberlo, el tipo tuvo que irse del país arruinado, no puedo decir que no me alegro, ya que él es una basura, no es un hombre.

En cuanto a Diego....de él no he sabido nada y así está bien, he sentido esa necesidad de ir a verlo y saber que está bien, pero no voy a fallarme a mi misma, no puedo, tengo que volverme fuerte y dejar de lado esas cosas, tengo una familia, David y Dayana se han vuelto mi familia y es todo lo que necesito, nos ha ido bien, tanto que ya tenemos  un lugar en donde vivir de manera decente y con más tranquilidad.

- Elizabeth -  me habla Dayana - dice el jefe que podemos cerrar temprano el día de hoy

- Perfecto, así podremos ir a tu revisión y a comprar los víveres 

Ella me sonríe, creo que le agrada la idea,  no conocí a la Dayana de antes pero David cuenta que era una chica risueña ,su mayor sueño era ser pintora, la pintura le llama mucho, de hecho me mostró algunos de sus bocetos, es buena, pero esto la ha cambiado, ahora es una chica callada, algo asustadiza y no sé cómo podría ayudarle, ella hace lo mejor que puede pero llora cada noche, quisiera poder llorar como ella lo hace ,quisiera poder sentir esa tristeza ,pero no puedo, me preocupa no poder, me da miedo no poder llorar.

La tarde pasa despacio, Dayana y yo atendemos el lugar con eficiencia y esmero, en lo que Dayana cocina yo me encargo de atender a los comensales.
Llega la hora de cerrar son cerca de las 6:30pm el atardecer es hermoso, Dayana revisa dentro de la cocina que todo esté en orden y bien, yo termino de trapear y limpiar mesas, cerramos el local.
Caminamos juntas, vamos en completo silencio, esta  es la rutina que ambas nos hemos armado, trabajo, casa, casa, trabajo y sienta bien.

- Llegamos - dice ella al ver la clínica 

- ¿Quieres que entre contigo? 

Ella niega con la cabeza, siempre ha entrado sola, todo lo hace sola, inclusive ha hecho a un lado a David, entiendo que ella está sufriendo, pero el también, el la extraña y ella solo se ha cerrado. 

Dejo que Dayana entre sola al lugar, la espero a fuera como siempre, me siento en la banqueta y miro a la gente pasar, todos se miran felices, las mamás van a la escuela por sus hijos, los papás aun trabajan, pero pronto saldrán, todos parecen estar bien. 

Espero media hora acá a fuera cada vez que venimos, ella habla con un psicólogo tal vez yo debe hacer lo mismo, tal vez yo también necesito una terapia, después de todo he pasado por tragos duros y amargos, entro a la clínica, supongo que ese es el primer paso, voy directo a recepción, pero me detengo, comienzo a dudar, no tenemos mucho dinero como para que yo esté yendo al psicólogo a penas podemos con Dayana, tal vez debería venir después cuando ella esté mejor, yo he estado bien estos últimos días. 

Sigo hasta la sala de espera, me siento y veo a la gente, muchas personas vienen con males, veo a niños llorar, por alguna extraña razón me toco el vientre. 

- Esto está mal Elizabeth, fue lo mejor, no fue tu culpa, además que Erick no merecía tener descendencia, es mejor así - me digo 

Una niña se me acerca, viene llorando, al parecer está sola. 

- Hola nena - digo pero ella no contesta - no llores, mamá ha de estar por acá - ella sigue llorando 

- Elizabeth ¿ Con quién hablas? 

El EstafadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora