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Llevo aquí cerca de una hora, me duele el trasero y mi vino me está esperando, la abuela ha llegado, estoy rodeada de al menos 10 hombres vestidos de negro, protegen a la abuela como si yo le quisiera a hacer algo malo.

- Sabes que no puedes venir a esta casa - me reclama

- Lo sé - respondo

Ni siquiera puedo verla a los ojos, es como aquella vez de la oficina, aprieto los labios, la verdad es que no sé que es peor si la abuela o Diego, los dos me empiezan a caer mal.

- No esperaba que tomarás dinero de la cuenta, creí que siempre estarías de orgullosa

- No es eso, es que he estado mal económicamente y es solo un prestamo, cuando pueda lo recuperaré.

- Creo que mientes

Exhalo.

- Abuela sé que a usted no le agrada mucho mi presencia y ambas sabemos la razón, sé que jamás seré como Sara, pero creo que también merezco conmiseración

- No, tu no mereces nada de eso Elizabeth

- Abuela ser una Ríos no me hace menos que Sara

- Tu padre fue muy tonto al equivocarse

- Ellos querían otro hijo, mamá no podía y por eso accedió

- Esas fueron mentiras

Me quedo callada, la abuela sigue sin perdonar a mi padre, si bien nunca lo aceptó como yerno no fue malo, el siempre ganó su lugar, eso lo sé, mamá lo apoyaba mucho, ella lo amaba y nos amaba a nosotras.

- No, no lo fueron

- ¿ Cómo explicas la existencia de Sara?

- Fue en el pasado, además de que Sara no era su hija, la amaba, lo sabe, el amaba a Sara y a mamá

- Callate - grita

Se que está perdiendo la paciencia y a mi me asusta eso, no quiero que la abuela se ponga mal, no quiero que se vuelva a poner mal

- Abuela, por favor no se altere

- Me altero cuanto quiero Elizabeth, Sara está respondiendo bien, después de 10 años ella está mejor y no dudo que despertará y cuando lo haga tomará su lugar como presidenta de la compañía, tu por supuesto recibirás lo que te corresponde, después de todo tu padre lo trabajó, sabes que tienes solo un mes, no más, si quieres hacer otro vídeo tuyo revolcandote con otro adelante, pero después de eso no hay más

- Abuela yo jamás lo habría hecho, eso fue un error yo

No sé que explicaciones dar, ella no me cree.

- Sara jamás lo habría hecho

Dicho eso la habitación se vuelve a quedar en silencio, me tiemblan los labios, es de noche ya y la abuela ha venido a regañarme.

- Sara siempre será mejor que yo, se que jamás llegaré a ser como ella abuela, pero trato de hacer lo mejor que puedo, también me duele que esté en ese estado, sé que fue culpa mía y ella no debía estar ahí ese día, por mi se perdió el baile de graduación y que no fue reina del baile y que no se casó con Erick y que la que debería estar ahí soy yo, lo sé abuela, pero...pero también amo a Sara, después de todo es mi hermana....

No puedo terminar de hablar, mi mejilla arde, la abuela me ha golpeado, me tomo la mejilla, está caliente, se me hace un nudo en la garganta, hace años que no me golpeaba.

- Sara y tu no son hermanas, ni se te ocurra volver a decir eso, es un insulto al apellido Olvera, tu no eres más que un error, entiende eso Elizabeth y mientras seoas tu lugar todo va a estar bien

- Abuela quiero ver a Sara

- No, no puedes, eso lo sabes

- Abuela la quiero ver, quiero pedirle perdón

- Ella no necesita que la molestes, ahora me voy

No puedo decir nada más, siempre debo obedecer a la abuela, eso hubiese deseado papá, los hombres se van tras la abuela y yo me quedo sola en el estudio, mis ojos arden, la garganta me duele, pero eso no es todo, me duele saber que estoy sola en  este mundo, debería tal vez acompañarme con todo el bar de papá, pero por ahora me conformo con la botella de vino.
Me acerco al escritorio, tomo mi copa y me la bebo sin disfrutar, la verdad es que ahora solo deseo olvidar lo que ha pasado con la abuela, estoy desesperada por olvidar lo que pasó esa noche, lamento todo.

Las copas de vino van una tras otra y conforme las bebo creo que estoy mejor con Diego, creo que a pesar de todo lo que lleguemos a discutir o a pelear es mejor así, de lo contrario terminaré peor con la situación de la abuela.

Comenzo a quitarme la ropa, solo quedo en interiores, tengo bastante calor y bastante tristeza acumulada, la verdad es que a veces solo quisiera ser yo, he pasado estos diez años tratando de ser como Sara que he olvidado como se siente ser yo, dejo todo de lado y sigo bebiendo, esta noche beberé hasta que olvide que mi abuela no me quiere y que por mi culpa mi hermana esta en un hospital en coma desde hace diez  años, ah y no menos importante que solo tengo un mes para poder hacer de mi vid un cacahuate sin  que la abuela intervenga.

Lo único de esto que me preocupa es no tener trabajo, no culpo a nadie de mi situación pero creo que alguien ha estado moviendo los hilos en algunas partes de mi vid, a veces solo me siento como un titere.
Tanto que no sé si reirme o llorar, no sé que debo hacer a cada paso que doy.

Los ojos me pesan, después de tomarme toda la botella de vino las cosas comienzan a ponerse borrosas y la verdad es que ni siquiera puedo levantarme, trato de hacerlo y lo úniico que consigo es caer, la copa se rompe en mi mano derecha.

- ¡Joder Elizabeth no puedes hacer nada bien! - me regaño

Al darme cuenta que sigo sola aquí comienzo a reir, me dejo caer bien en el suelo, veo al techo, la mano me duele pero ya veré eso el día de mañana, esta noche solo deseo quedarme aquí en el suelo contemplando el techo y lo mal que me va en la vida, lo más doloroso es que a penas tengo 24, no quiero saber que me espera cuando llegue a 30.

- Estarás sola como hasta ahora - hablo al aire- sola, sola sola- repito una y otra vez

Pero ya lejos de llorar solo me carcajeo de mi desgracia, ahora ya no encuentro placer en algo más que reir y pensar en lo miserable que seré si sigo en esta situación.

- Mañana seré una mujer nueva, volveré a estar bien

Sigo hablando sola, solo que esta vez los ojos se me van cerrando solos no puedo hacer algo para despertar.

El EstafadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora