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Diego.

Despierto aturdido, no logro reconocer en dónde me encuentro, aún me siento mareado, me duele la cabeza, en mi pensamiento solo se encuentra Elizabeth e Ian, tengo que ir por ellos así me cueste el último aliento de vida, solo que ahora no sé a donde ir, ni si quiera puedo levantarme.

- Tranquilo amigo, ya pasó todo - es la voz de Dash

- ¿En dónde están ellos? ¿En dónde estamos?

- Ellos estarán bien, Elizabeth aún no sale de la sala de operaciones, Ian ya se está recuperando, aún así creo que tendrá que tomar terapia, esto ha sido un golpe muy duro para todos

- ¿Y los demás?

- También están siendo atendidos, están declarando, descansa, más tarde te llevaré con Ian, para que lo veas y se sienta más tranquilo

- ¿En dónde está Sara?

 -Ella también está siendo intervenida, pero estoy seguro que quedará mal, se le destrozó la rotula y el hombro ni se diga

- Ella nos dañó primero - respondo

Estoy a punto de decir algo más cuando un dolor intenso me invade el vientre, trato de aguantar, pero es casi imposible, me duele bastante, Dash llama a las enfermeras, pronto vienen a atenderme, me administran un sedante, creo que hay algo que no quedó bien en mí.

Dash.

Las enfermeras han logrado estabilizarlo, pero me preocupa que no se recupere rápido, el tiene que vivir, sé que la bala le perforó el páncreas y el estómago, los doctores no han podido sacar la bala, sin embargo creo que el no puede estar así, el debe salir de esto.

- Tendremos que llevarlo a cirugía de nuevo, es necesario sacar la bala del cuerpo, de lo contrario podría perforar algo más - dice un médico

- Haga lo necesario, pero salve a mí amigo, tal vez tengamos que realizar transfusiones de sangre, necesitamos donadores

- Tenga por seguro que yo donaré y los demás también, solo salve su vida

Ellos me miran de una forma triste, el es uno de mis mejores amigos, somos familia, la única que hemos conocido, no creo que podamos enfrentar otra muerte, con Aiden fue suficiente.

Me voy a la sala de espera, Dayan, Drake, Dom y Damián están sentados a la espera de noticias.

- ¿Cómo va Danna?

- Aún no dicen nada, pero creo que es grave - responde Damián

- ¿Y Kim? - pregunta Dom

- Ella pronto saldrá de cirugía no fue tan grave su asunto

Todos nos quedamos aquí, estamos cansados, estamos preocupados, pero sobre todo tenemos miedo de perder todo lo que hemos conseguido a través de este tiempo. 

- Necesitan donadores para Diego, despertó por un momento, pero aún no está bien, lo han llevado a cirugía de nuevo ¿ Saben algo de Elizabeth?

- Caro está donando sangre para ella, perdió sangre, la bala le perforó el colón, aún así están haciendo lo posible por salvarla, además de que su mano está destrozada, dicen que posiblemente no se recupere pronto

- Siento que perderemos todo - dice Dom - y todo por culpa mía, no debí, no debí haberme acercado a esa mujer

- Amigo, tú no tienes la culpa, todos nos enamoramos y perdemos esa noción del tiempo, dejamos que nos hagan sentir bonito y de pronto caemos, no eres el único Loaiza siempre ha sido así

Dom se queda callado, aún le invade la culpa, queremos que entienda que el no ha sido el responsable de lo que ha pasado, el es una víctima al igual que nosotros. 

- Familiares de Danna Sullivan

- Soy yo, soy su esposo, soy Damián Siller

- Su esposa ha salido de cirugía, aún no podemos decir que ha librado la batalla, la están trasladando a cuidados intensivos

Damián nos mira.

- Tal vez Aiden la está reclamando desde el cielo - comenta - el me hizo jurar que la dejaría, pero no lo hice

- Deja de decir eso

- No cumplí la promesa, juré que me alejaría de ella, él le dio su corazón para que ella pudiera ser feliz con alguien más, a mí me hizo prometer que me alejaría y dejaría que viviera una vida lejos de nosotros y de todo esto

- Pero ello no sería feliz sin ti, ella te ama y eres lo  más importante para ella y para su hijo

Al parecer nuestras palabras tampoco ayudan de mucho, todos estamos viendo nuestras vidas caer, nuestros motores se están perdiendo, la esperanza se nos acaba poco a poco y a este paso dudo que podamos seguir llevando una vida digna.

Las horas pasan y no vemos nada claro, vemos gente salir y entrar a la sala, escuchamos llanto de la gente que ha perdido a sus seres queridos.

- Tal vez deban ir a descansar - propone Dom - se ven muy mal yo me puedo quedar y vayan a ducharse, a desayunar, comer o cenar, no sé ni que hora es

- Tal vez tengas razón - respondo

-Es lo mejor para ustedes, cualquier cosa les avisaré, les diré todo, pero por favor vayan a descansar, me siento culpable de todo esto, siento que es mi responsabilidad

- Vale, nos iremos a descansar, es lo mejor que podemos hacer

Dom.

Ver a mis amigos en esta situación se torna difícil, creo que por más que digan que no ha sido culpa mía las razones por las que creo que sí aumentan, Elizabeth sigue en cirugía al igual que Diego, el pobre Ian ha sido herido y el no tenía culpa de nada, Kim y Danna tuvieron que enfrentarse.

Me quedo en medio de esta sala de espera, sigo a los  médicos, a las enfermeras, todas y cada una de ellas se encargan de alguna tarea.

- ¿Podemos hablar?

Me quedo helado al escuchar esa voz, no quiero voltear, no quiero hacerlo.

- Dom, por favor

- No, no tengo nada de qué hablar contigo

Ni siquiera volteo a verla, es culpa de ella que esto esté así

- No quería que esto pasara, de verdad, no deseaba que esto sucediera, pero... - se queda callada

- No me importa lo que tengas que decir o lo que te haya dicho Loaiza, a fin de cuentas ya está muerta y mis amigos tal vez lo estén

- No, no digas eso, ellos son muy fuertes, te aseguro que van a salir de esto, solo confía

- Vete de aquí

Sigo manteniendo la calma, pero me siento usado, siento que ella solo me ha buscado para lastimar a mis amigos, pero caí en su trampa, caí en esto.

- Dom todo lo que hice tiene una justificación, Loaiza tenía secuestrada a mi hija y ella dijo que si hacía todo lo que me pedía, la dejaría libre, sin embargo ahora que está muerta, no sé en dónde pudiera estar, ella y Erick eran los únicos que sabían su paradero, ahora ni eso tengo

Volteo a verla, tiene sus ojos bañados en llanto, ella es sincera.

- Podría ayudarte a encontrarla - digo

- Pero debes odiarme, entendería si quisieras matarme o algo así

- ¿Aún no lo entiendes cierto?

- Loaiza era así, ella nos tenía encadenados a su servicio, nos hizo sentir las peores personas, ella se valía de cualquier cosa para ganar, pero esta vez no, así que te perdono y una vez que encontremos a tú hija nuestra relación se habrá terminado

Ella se queda en silencio, no puedo estar seguro de lo que sus ojos dicen, pero ahora mi orgullo se encuentra herido y eso es algo que no sana fácilmente.


El EstafadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora