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Diego. 

Me quedo en medio de la calle, no puedo soltarle la mano a Elizabeth, creo que la estoy asustando, ella está asustada y yo solo estoy actuando como un idiota, pero ¿Quién no lo haría? estoy viendo de nuevo a Emily, ella se detiene, también me ve, creo que estoy a punto de caer desmayado, por mi cabeza comienzan a pasar muchas imágenes de ella y yo felices, los dos alegres, pero después estoy solo, me falta el aire, Elizabeth me habla repetidas veces pero no hago caso. 

- ¿ Estás bien? - escucho la voz de Emily 

- Sí, estoy bien, gracias - respondo 

Está a punto de tocarme pero me alejo, no quiero causarle problemas a Elizabeth 

- Me voy, vendré por ti cuando salgas 

Ella me sonríe de manera conciliadora, le suelto la mano, ella se va hacia el despacho, espero hasta que entre a éste, estoy a punto de irme. 

- Diego, no creí que volveríamos a vernos 

- No pasa nada, me iré, después de todo tengo una reunión importante 

Me alejo de esta mujer, tengo la cabeza revuelta, pero no dejaré que esto afecte a mis planes. Sigo hacia delante, me invaden las ganas de regresar y reclamarle, pedir explicaciones, pero no es momento de hacerlo, no debo hacerlo, sigo hacia delante. Llego hasta mi auto y lo enciendo, hoy es el día en el que le devolveré la constructora a Sara, los contratos están hechos, todo está en orden, el único problemas es que ya no tienen ningún cliente.  

Comienzo a manejar, nos hemos quedado de ver en un restaurante cerca del centro,  ubico el lugar, dejo el auto para que lo estacionen y enseguida entro. 

- Me esperan, soy Diego Betancourt 

- La señorita Olvera lo espera 

- Gracias - respondo 

Entro al restaurante, enseguida la veo, viene vestida de una manera muy formal, pero no está sola, en la mesa, está un hombre, supongo es el padre de Elizabeth, una mujer, supongo su madre, la Abuela y un niño, me acerco, Sara se levanta, se acerca a mi y me besa en la mejilla. 

- Creí que solo iba a formar un contrato, pero veo que vienen muy formales 

- Les he contado a mis padres que nos vamos a casar 

- Ahhhh ¿sí?

- Sí, tu me lo prometiste hace tiempo y por eso es que están aquí, para celebrar nuestro compromiso 

- Primero quiero devolverles su empresa, después de todo la Abuela es capaz de todo por recuperarla ¿Cierto señora Amelia? 

- Así es, soy capaz de cualquier cosa 

- Sí hasta de hacer que una mujer inocente sufra cualquier vejación para "salvarla" 

Todos me miran extrañados, pero sé que saben a qué me refiero. 

- ¿ Qué cosas dices? 

- Nada, estaba divagando, en este papel, que claro es solo una copia, he cedido la empresa a ustedes, los Olvera, todo lo que ahí hay es de ustedes 

- Gracias hijo - dice la Abuela 

- No, no debería agradecerme, de verdad 

- Amor, gracias, es todo lo que tiene mi familia 

- No, no tiene de qué agradecerme de verdad

- Ahora empecemos con los detalles de la boda - dice la madre 

- No - respondo - no comenzaremos con nada 

- ¿ Por qué? - pregunta Sara 

- Por qué no deseo casarme - respondo 

- Tú lo prometiste 

- No, no he prometido nada, dije que te devolvería la empresa y eso he hecho

- Bien, entonces despídete de Elizabeth

- No, ella se tiene que despedir de mi, me iré pronto 

Todos están callados, no dicen más. 

- Lo único que queríamos era la empresa - dice la Abuela 

- Y ahí la tienen, después de todo me sorprende que no me haya vendido su alma señora, por que es capaz de vender el alma de otros para que su empresa esté bien ¿Cierto? - grito - no le importa quién sea, lo único que le importa es que su empresa esté a salvo

- Eso ya es pasado - dice

- Elizabeth aún se despierta en las noches, gritando, ella pide ayuda y lo único que puedo hacer es abrazarla y decirle que estoy ahí mientras los odio a ustedes

- ¿Qué harás al respecto? - dice el padre

- Nada, en realidad, todo lo que debía hacer está hecho

- Pero .....- Sara está a punto de llorar - yo te amo, ha sido un mes maravilloso, todo el tiempo que hemos pasado juntos, yo me he enamorado de ti, no puedes hacerme esto

- Ya lo he hecho - respondo - te he enamorado y ahora te estoy botando

La cara de Sara demuestra dolor, desilusión.

- Yo.... Diego - comienza a llorar, la gente nos mira - Te amo - cae de rodillas

- Yo a ti no, la única mujer que está en mi alma es Elizabeth, ahora tienen su empresa ahhhh y espero que puedan lidiar con las deudas que se adquirieron con el nombre de ésta, ya que si no todo se irá a la mierda

- ¿Cómo? - el padre se ha enojado

- La empresa está el la ruina - respondo quitado de la pena

- Tú hijo de perra - está a punto de lanzarse encima de mi, pero lo Sara lo detiene

- Si tú no me amas me mataré - dice ella

- No me interesa en realidad - respondo

Y es cierto, no me importa si ella se lastima, no sería ni la mínima parte que Elizabeth sufrió, no miento cuando digo que cada noche se despierta gritando y pidiendo ayuda, a veces le falta el aire, la veo sofocarse o simplemente se abraza las piernas mientras se mese.

- Estarás muerto - dice la madre

Me doy la vuelta, me he tardado más de lo que he esperado.

- Diego - Sara grita

No quiero voltear, así que sigo adelante, las expresiones de asombro hace que voltee, me encuentro con una imagen bastante desgarradora para algunos, a mi me da lo mismo a decir verdad, Sara se ha apuñalado, la gente quiere ayudarla, pero ella se niega, grita, sus padres están asustados, su hermano la mira con horror, a la abuela le está dando un infarto, Sara se vuelve a apuñalar, doy media vuelta y sigo mi camino, está familia está destruida y pronto los enviaré a prisión.
Las patrullas llegan, los policías entran, ellos arrestan a el padre y a la madres, ambos han estado implicados en el tráfico de armas y de personas, así mismo la abuela hacia lavado de dinero en la empresa.

Lo único que he hecho yo es resaltar sus errores, en cuanto al niño le tengo un seguro preparado, él estará bien, lo merece una familia así, además de que un psicólogo lo ayudará , después de todo el merece una segunda oportunidad.

- Mi trabajo está terminado- digo

Es el momento de salir, pero no puedo ya que algo impacta mi cabeza, el dolor es intenso, se me nubla la vista y caigo al suelo.

El EstafadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora