El Estafador

30

He tratado de dormir, pero parece algo imposible, me siento algo abrumada, no es por lo que pasó hace algunos minutos, es por que nunca creí que vería a Diego en ese estado, se veía derrotado, como si le hubiesen dicho algo que cambió su vida. no se, tal vez podrá divorciarse en poco tiempo, aun así creo que no es esa la razón, no entiendo nada de lo que le está pasando, los hombres son muy complicados aunque muchos digan lo contrario. 

Un grito se escucha al otro lado del baño, seguido de cosas cayendo al suelo y rompiéndose, si, algo está mal con Diego, me levanto de la cama y salgo de mi habitación, llego hasta su puerta y toco, pero no hay respuesta, giro la perilla pero está cerrado, esto está mal. 

regreso a mi habitación y de nuevo se escucha como Diego está destrozando todo, tengo miedo de que se lastime, entiendo que no debería preocuparme pero todos somos seres humanos, además de que si se lastima de más podría morir y si investigan hasta podría salir implicada en todo esto. 

No, no puedo dejar que se lastime de esta manera, tiene que parar, además de que lo vecinos están escuchando lo que pasa. 

Me acerco a la puerta del baño y voy hasta el, entro al baño y voy hasta la otra puerta, ahora agradezco el error que tuvieron al construir este lugar. Giro la perilla y logro ver la habitación de Diego, está hecha un desastre, hay al menos tres cajas, no entiendo nada,hay ropa y accesorios de mujer tirados en todo el lugar, esto es más preocupante aun, hay un alhajero  muy bonito, es de acrilico y tiene tres cajones, solo que está en mal estado, hay varios pendientes tirados, pulceras y anillos, algunas otras cositas más que son preciosas. 

Diego aun no se da cuenta de que lo estoy mirando, se dedica a destrozar un vestido, solo que no es cualquier vestido, es un vestido de novia, es todo el ajuar de novia, es bastante hermoso, es como el que soñaba cuando era una niña. Destroza el vestido con odio y sin contemplación, en la mano derecha trae las tijeras. 

- Diego, basta, solo te estás haciendo daño 

- Tu que sabes del daño que tengo dentro, no sabes nada porque nunca te ha pasado algo como esto, no sabes nada, siempre lo has tenido todo, eres todo lo que yo no soy y te envidio por eso, eres una chica mimada que no sabe de la vida.

Frunzo los labios, las palabras de Diego no han hecho nada en mi interior, el maltrato psicológico que la abuela me ha dado durante años me ha hecho fuerte, creo que lo que me digan a estás alturas de la vida ya no duele tanto como debería y el dice las cosas por qué está dolido, me quiere lastimar para calmar su dolor y es algo que comprendo a le perfección.

- Tienes razón, pero ese no es motivo para que te lastimes, tienes las manos llenas de heridas, estás muy mal y no quiero que resulte en algo peor

- Es mentira que te importo

- Si, lo es, realmente sigo aquí por el sexo, eres un complemento para mí, me gusta como me follas y tus amigos no se quedan atrás, pero si te llegas a lastimar o a matar la principal sospechosa seré yo y no quiero eso

Se queda callado, me ignora y sigue destruyendo el vestido, en sus ojos hay lágrimas. Se está destruyendo a si mismo.

- Diego ya basta- me acerco a el - dame esas tijeras, te harás daño

Trato de quitarle las tijeras pero me esquiva y hace que caiga a la cama, deja  las tijeras y me atrapa, me sujeta las muñecas, su cuerpo me cubre por completo, sus ojos están dilatados, pero no es por placer, es por algo más, este ambiente se siente bastante pesado, algo doloroso podría decir que me duele a mi también.

- A ti no te interesa nada de lo que me pase, nunca te ha importado, deja de decir que te importo Emily, deja de mentir, hice todo por qué estuvieras bien, traté de darte todo de mi y solo te fuiste....

Me quedo callada, no se de qué habla, no se quién rayos es Emily, pero tampoco quiero que esto termine mal para ambos, temo que esto puede llegar a hacernos daño y no hablo del plano sentimental, hablo del sentido físico.

- Tu no entiendes - vuelve a decir

Me suelta y se me quita de encima, da vueltas en la habitación, se revuelve el cabello y de nuevo toma las tijeras, se acerca hasta mi, solo me hago a un lado y lo observo, viene a paso decidido hasta mi.

- Emily no huyas de mi, no de nuevo

- Estás loco 

- ¿Me amas? - me quedo callada - Emily, por favor dime qué soy para ti, que significa esto, se que no soy rico y que tú llevas un estilo de vida que no puedo darte y a parte....tu enfermedad , pero dame la oportunidad y yo....yo lo haré

Sus ojos están fijos es mi, creo que ha consumido drogas y lo está afectando, creo que no debí venir aquí.

- Diego, te amo - digo

Se detiene, tengo la esperanza de que entre en razón y pueda salir ilesa de aquí al igual que el.

- ¿Emily en serio?

- Si, te amo, te amo mucho y creo que lo vas a lograr vas a ser el mejor en todo esto y......que vamos a salir de esto

No puedo verme, pero creo que mis ojos lucen suplicantes, están llenos de esperanza y todo.

- Emi..... - se acerca a mi - se que mientes amor, se que lo haces con cada fibra de tu ser, tu no me amas

- Te amo - reafirmo

Solo que ahora ya no estoy lo estoy diciendo para salvar mi vida, está vez lo he sentido, está vez...creo en lo que digo.

- Es mentira- se acerca a mi

El corazón me martillea, me levanto y me alejo de el, creo que es lo mejor, voy caminando hacia atrás, no dejo de verlo.

- Lastima que los muertos no aman y tú estás muerta....

Llego hasta la pared, estoy acorralada, creo que está vez si será mi fin.

- Mentiste de nuevo

Una lágrima recorre su mejilla, pega su cabeza a mi hombro y lo abrazo, siento tanta tristeza.
De pronto solo siento un dolor insoportable en el vientre, algo me ha traspasado, me duele bastante.

- Diego

Me cuesta hablar.

- Shhh, esto no duele

Diego me ha enterrado las tijeras en el vientre, las saca y lo vuelve a hacer.

- Basta - ruego

- Me mentiste

- No, no lo hice Diego, en ningún momento lo he hecho

Saca la cabeza de mi cuello y me mira, parece que ha recuperado.

- Sara, Sara

Le sonrío, creo que lo hemos jodido aún más, se aleja de mi, caigo poco a poco al suelo, me presiono el vientre.

- Es lo mejor que has podido hacer - digo

Me cuesta hablar, pero es en serio lo que  digo.

- Yo no sabía lo que hacía, yo estoy enfermo

- Lo sé

Me pesan los ojos, tengo bastante sueño, me duele, Diego me ha apuñalado creyendo que yo era una mujer que lo defraudó y también se que tiene cambios de personalidad y que llega ciertas veces consume drogas porque no puede llevar una vida en paz.

- Tengo que llevarte al médico

Me toma en brazos y sale corriendo del lugar, me siento como una pluma en sus brazos.
Comienzo a desvanecerme.

- Hace rato - digo

- No, no hables

- Yo no mentía