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Me planteo la idea de irme, bajarme de la motocicleta e irme corriendo....pero

Mi tobillo no duraría mucho en buen estado, si es que ahora lo está.

Estaciona su moto en e subterraneo del lugar, me toma en brazos, toma mis cosas.

- Este no es un hospital- digo cuando me quita el casco

- Lo sé

-¿ En donde estamos?

- En mi casa

-¿ Me está secuestrando? ¿ Me va a violar? ¿ Qué hace?

- No, no eres el tipo de persona que me gustaría secuestrar y mucho menos follar- responde serio

Me remuevo en sus brazos, eso me ha ofendido de alguna manera, si, no soy la mujer mas sexy del mundo tampoco estoy tan fea.

- Ah...yo- no digo nada, no sé que decir

Llegamos al elevador, está vacío subimos el marca el último piso, creo que será imposible escapar.

A la mitad del camino sube una señora.

- Señor Betancourt, un gusto verlo- dice de jna forma ¿ Extraña?

La mujer me mira.

-¿ Ella quién es?

- Mi esposa - responde serio de nueva cuenta

La miro con los ojos muy abiertos de la impresión.

¿ Su esposa? ¿ Yo?

- Eh...- lo dice con sorpresa- no creí que...

- Crealo, pronto tendremos hijos y un perro que se llame firulais, ah y un gato llamado bichito- respode y ella se queda en silencio

Llega a su piso y baja en silencio, no he podido decir nada, antes  de que se cierren las puertas ella nos mira, el Señor Betancourt me besa, me quedo helada, se cierran las puertas y me deja.

-¿ Qué hace? - digo ahogadamente- ¿ Su esposa? ¿ No dijo que no  era la clase de persona que secuestraría o follaría pero si me besa y miente?

- Me cae mal- se encoge de hombros

Llegamos al último piso, no hay apartamentos, solo una puerta muy grande, el pasillo y unas plantas.

-¿ Esta es su casa? - lamento sonar impresionada

- Si, un lugar para mi solo de vez en cuando me gusta tirar a mis victimas de esa ventana- señala a la enorme ventana

Me cambia de posición ahora me carga como un saco de papas, me quejo ppr su pocp delicadeza, a lo cual hace caso omiso, busca algo en su bolsa, saca una tarjeta, la desliza por la puerta, entonces entramos y me deja sobre el sofá, se va a no sé donde, entonces me permito mirar, es enorme el lugar, hay unos ventanales enormes, una pisina, un balcón, hay segundo piso, estoy asombrada, este tipo puede ser peligroso.

Regresa pronto y trae con el una tina lleba de agua hasta la mitad y una toalla con el, así como un botiquín.

Se sienta en la mesa y queda frente a mi, deja las cosas en el suelo, toma la vastilla de mi falda y termina de romperla

- Oiga Señor- trato de detenerlo- es una falada muy cara- miento.

Me la regaló una señora, pero a caballo regalado no le mires el diente - como decía mi mamá

- Es una varatija

- Igual, no tiene derecho

- No planeo violarte- responde- no me gustas

Comienza a limpiarme las heridas, me duele, me quejo un poco pero sigue haciendo lo que sea que haga, parece muy concentrado.
Me siento muy expuesta, como si me diese vergüenza traer puestas mis bragas que dice el día de la semana que corresponde.

- No está roto- dice- solo es un esguince, en unas semanas va a estar bien

-¿ Cómo lo sabe? ¿ A caso es médico?

- Soy....- lo piensa un segundo- fuí masajista, conozco el cuerpo, además a pesar del hematoma y la hinchazón no estás llorando como si no hubiera mañana - dice sin dejar de mirar mi tobillo

Deja mi pierna, va a algún lado de este lugar, tarda al menos 5 minutos en regresar y cuando lo hace llega con unas muletas y una tobillera, se vuelve a poner frente a mi, me coloca la tobillera.

- Las necesitarás para que no hagas mucho esfuerzo- me duele a horrores- toma - me da unas pastillas- para el dolor

-¿ Por qué debería confíar en usted? Es más debería demandarlo y pedir una indemnización, por su culpa me he quedado sin trabajo, en mi primer día, debo el alquiler y....- me callo am ver que estoy hablando al aire

- Toma también los necesitarás - me tiende unos pantalones de chandal, tal vez me queden un poco grandes pero son necesarios, supongo son suyos

- Gracias

- De nada- se encoge de hombros

Como puedo trato de ponerme el pantalón, me es un poco difícil ya que no puedo ponerme de pie

- Dejame - dice desesperado

Me arrebata el pantalón, me acuesta en el sillón, me siento extraña- bonita ropa interior, necesitaba saber que día era hoy

- Gracias es para no perder la noción del tiempo - respondo tratando de recuperar un poco de mi dignidad

Me pone el pantalón y me quita la falda rota, frunce los labios.

- Creo que debería darte unos tenis, espera un segundo

Vuelve a irse, tarda otros 5 minutos y vuelve con unos tebis y una sudadera, me los da, me pone un tenis y el otro me lo da.
Me desabrocho la blusa, me la quito, el solo me observa pero su mirada no es de un pervertido, de hecho parece que no me presta atención.
Me pongo la audadera

- Creo que debería ir a casa

- Te llevo, no puedes andar sola

- No, no gracias, ya ha hecho mucho por  mi, gracias

- Si es necesario- responde seco

- Está bien

Busca sus llaves, me toma en brazos y salinos, no sé como es que puede llevarme junto con las muletas y mis cosas.

Llegamos al estacionamiento vamos pasando hasta llegar frente a un Audi R8 spyder color negro, me escurre la baba de mirarlo, no puedo evitar la deaconfianza, deja las muletas a un lado, en menos de un segundo estoy dentro del Audi, creí que solo tenía una moto.

Pone las muletas a un lado de mi asiento, acomoda todo y va hasta el asiento del piloto

- Dime a donde vamos

Le digo mi dirección, entonces salimos del subterraneo y nos incorporamos al trafico....de verdad solo espero no estar cometiendo un error.

El EstafadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora