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Salir a la sala y llegar a la cocina se ha tornado incómodo, no es como que sea una adolescente a la cual han pillado sus padres haciendo algo malo, no, no es así, es solo que no esperaba ver a Diego aquí, desayunamos, pero sus miradas me confunden, no sé si está molesto o solo es reproche o si son celos, no lo entiendo, los hombres son muy extraños.

- Chicos, tengo que irme, es tarde y tengo trabajo que hacer - se despide Dominick- se quedan en su casa

Le sonrío, pero en el fondo no quiero que se valla, no quiero estar sola con Diego, no quiero.
Dominick sale bien vestido con un traje negro hecho a la medida y una camisa gris, se ve bastante bien, parece que irá a un cita con el amor de su vida.
Toma un maletín y sale.

El silencio entre el y yo es bastante incómodo y no sé que decir o como sentirme al respecto.

- Parece que la noche ha estado muy buena

- Algo así

- Y parte de la mañana

- Algo así

Le doy un trago a mi taza, el café ahora me sabe más amargo.

- ¿Es así como planeas enamorarme? ¿Te acostarás con todos mis amigos?

- ¿ Es reproche o algo así?

- Si, es reproche, creo que dijimos que nada de sexo

- Entre tu y yo

Se tensa.

¿Qué es lo que está pasando aquí? El está algo interesado en mi, no comprendo nada de lo que el me quiere dar a entender, creo que es mejor que termine de desayunar y me valla a la casa, aunque de igual forma lo veré.

- Te traje ropa, sabía que la ibas a necesitar

Mi rostro se relaja, ahora me siento en deud con el, no sé que es lo que planea, no quiero perder la apuesta, no es por que no tenga dinero o así, es solo que el puede llegar a destruirme mas de lo que Erick me destruyó.

- Gracias- respondo después de unos segundos

Diego sonríe y se levanta de la silla, va hacia la sala, entonces me quedo  sola, la cocina es amplia, es bastante grande, el comedor está incluido en esta sección, no sé que mas mirar, mi desayuno está por terminar y no sé que más debo hacer, no sé como debería conducirme de ahora en adelante con Dominick, creo que debo alejarme de ellos en cuanto pueda, pero también existe la pequeña posibilidad que esté con ellos durante este mes, después de todo han despertado una vida que creía muerta y lo peor de todo es que esta vida me agrada.

- Iremos al supermercado- grita Diego desde la sala

- Está bien - respondo

Me apresuro a comer el restante de mi desayuno, me levanto, pongo en orden las cosas de la cocina y voy hacia la habitación de Dominick, la ropa que me ha traído Diego consta de un vaquero y una blusa roja, con una patzzmina.
Ha escogido mi ropa interior, siento algo de vergüenza al ver que ha elegido un conjunto que hace años no ocupo, dudo que sea la misma talla pero al menos las bragas si me las pongo.

Dejo de lado el hecho de no usar sostén, después de todo no es como que tenga mucho que mostrar.

Termino de vestirme y me apresuro a guardar mis cosas, Diego está en la sala, revisa algunas cosas, está atento a una laptop, no entiendo muy bien que hace, tampoco es como que me interese.

- Estoy lista- voltea a verme

-¿Irás sin sostén?

- ¿ Te molesta? Es que ya no me queda el que me has traído.

- ¿ Por qué aun no desempacas tu ropa?

No puedo decirle que es por temor a que me eche de su casa, no es como que no tenga a donde ir, es solo que si llego a una de las propiedades Ríos tendré que aceptar mi destino y hacer lo que la abuela ordena.

- No he tenido tiempo- miento- he estado ocupada buscando trabajo, dejando solicitudes

- Claudia puede ayudarte

- Preferiría que no tocara mis cosas

-¿ Tan mal te cae?

- No, no es eso, Diego, prefiero hacer mis cosas por cuenta propia

- Sara, para eso está Claudia

- No me agrada que toque mi ropa

- No que fuera cara

- No, no lo es, pero me gusta tener un orden y saber en donde han quedado mis cosas

- Como quieras, no deseo discutir

- Diego- me acerco a el

Llego y me siento a su lado, este silencio que se produce entre los dos no es incómodo, es algo más, ambos nos miramos, los ojos de Diego podrían ser la ventana a su alma, los míos lo son, Diego se acerca lentamente a mi, mi presión sanguinea aumenta, recorro sus rostro, sus ojos y sus labios, se húmedece los labios, me muerdo los míos, sus ojos se fijan en mis labios, este momento se me está haciendo eterno.

Su rostro se va acercando a mi, ladeo la cabeza para darle acceso a mis labios, los entre abro, estamos bastante juntos, lo bastante como para sentir su respiración, lo bastante como para sentir su olor, el perfume de su gel de baño, cierro los ojos, trago saliva.

Su lengua me rosa el labio inferior, nuestros labios se rosan, mi mano acuna su mejilla, Diego está en modo tierno y esto me parece extraño.
Su mano acuna mi mejilla, nuestro beso es algo lento, el tiempo se ha detenido para mi, mi corazón late muy rápido, me rosa de nuevo el labio con la lengua, es como si pidiera permiso para profundizar el beso, le devuelvo el gesto nuestras lenguas se rosan.
Me alejo un poco de el, pero no se despega de mi, gimo en aprobación.
Diego me anima a colocarme sobre el a horcajadas, sus manos se posan en mi espalda baja, sus dedos están fríos, me povocan escalofríos, gimo en sus labios, con una de sus manos me toma un seno, lo masajea de una forma que jamás habían hecho, mi cuerpo arde, estoy caliente, esto se está tornando sexual, muy sexual, esto debo parlo, dejo de besarlo pero sus ojos me incitan a seguir.
Me toma el otro seno, me los masajea, sus dedos me proporcionan placer, echo la cabeza hacia atrás, siento su miembro duro entre mis piernas.

- Gime para mi Sarita

Mis manos se posan sobre las suyas, me pellizco los pezones, comienzo a bajar una de mis manos, llego hasta su miembro y lo acaricio por encima de la tela de sus pantalones, el gime y yo sonrío

- Diego - gimo cuando me muerde un seno

- Aun no Sara

Siento que tendré un orgasmo, pronto, mi cuerpo me lo está avisando, respiro aceleradamente.

Siento que ponto me desplomaré, me tomo de sus hombro.

- Ahora Sara

Por arte de magia me corro, no entiendo la razón, no comprendo como es que solo con este masaje me ha puesto.

- Espero que con esto aprendas que debes utilizar sostén cuando estés conmigo

Sonrío

- Te aseguro que después de lo que hiciste hoy no lo utilizaré más.

El EstafadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora