Capítulo 95

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Las vistas que me ofrecen Portland son tan maravillosas que una parte de mí se ha enamorado de este lugar, espero poder visitarlo la próxima vez sin que tenga que asesinar a alguien.

-¿Tú tampoco has podido dormir mucho?

-No. Me atormenta la idea de que alguien pueda morir en esta operación.

-Nadie morirá, no ahora.- Su mano envuelve la mía.- ¿De verdad te irás?-Su voz ya no es fría, suena como apagada.

-Sí, después de esto iré a otro lugar para rehacer de nuevo mi vida. Tuve muchas proposiciones de clínicas que desean tenerme.

-No es necesario que te vayas.- Su mano aprieta suavemente a la mía, con lo que no tardamos en conectar miradas.- No te vayas.

-¿Por qué me lo pides ahora? Antes no te importaba que me fuera.

-Nunca dije que no me importase- Veo como se arrodilla ante mí, provocando que me sonroje.- No te vayas, por favor. Te lo pido de rodillas, no te marches.

-Doblas.- Este se aferra a mis piernas, ¿cómo ha podido pasar de ser frío a estar pidiéndome de rodillas que no me marche?- Rubén.- Por fin, tengo su atención.- No puedo responderte ahora, pero quiero que te levantes y que nos apoyemos mutuamente. Luego podremos hablar sobre este tema.

Se levanta para luego dejarme un beso en la mejilla.

-No tardes en responderme, tonta.- Una sonrisa se dibuja en mi rostro.- Solo quería dejarte todo claro.

-Me ha quedado claro de que no quieres que me marche.-Después de tanto tiempo escucho su maravillosa risa.

-Eres lista para lo que quieres, ____________.- Le miro confundida.- Te quiero, enana.

Esa frase hace que se me encoja el corazón, no puedo articular ninguna palabra y para cuando quiero hacerlo, él ha desaparecido. ¿Por qué me haces esto ahora, Rubén?

-Veo que no ha tardado en acercarse a ti.

-¿Te pidió consejos a ti?- Digo sonriendo.

-Soy tu mejor amiga, pero también la suya. Obviamente, he ayudado porque sé que hay todavía esperanzas en vuestra relación. La verdad solo le dije: Si la quieres, no seas tan terco y acercarte. Puede que se haga la dura, pero te echa de menos.

-¿Qué haríamos sin ti, Judith?

-Probablemente acabaríais muy perdidos, pero yo estoy aquí y no permitiré eso.- Mis brazos no tardan en envolver su cuerpo.

-Gracias.- Deposito un beso en su mejilla.- No es necesario que vengáis, siempre puedo sustituiros y podéis largaros antes de tiempo.

-Lucharé contigo antes el final. Es una promesa que nunca romperé.

-Te quiero mucho, Judith.

-Yo te quiero más, ____________.

Nuestro momento es interrumpido por el sonido de nuestros estómagos, con lo que no tardamos en reírnos por la situación.

-Vamos a comer, cocino yo. No quiero que prendas fuego a este hermoso piso.

-¡Oye! Eso me ofende.- Digo posando una mano en mi pecho.

-No dramatices, sabes que es verdad.

-Mimimimi. Es lo único que puedo escuchar de tu boca.

Veo como rueda los ojos y se centra en cocinar para todos nosotros, es una buena chef y aunque intento meterme para ayudarla siempre me hecha de la cocina.

Mi Tentación (Elrubius y tu HOT)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora