Capítulo 66

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Después de unas horas en las que he disfrutado conociendo a gente nueva y dialogando distintos temas, Aleixandre se acerca con un micrófono y dice:

-Ustedes pueden seguir aquí disfrutando de la noche e incluso en la sala tres hay un banquete especial por vosotros, yo debo de irme a una reunión con otras personas donde se requiere mi presencia. Muchas gracias por todo y sobre todo por vuestra asistencia. Buenas noches.

Sonríe y la gente le aplaude con furor dándome cuenta que los tiene comiendo de su mano, siento unos toquecitos en mi espalda y me giro encontrándome con esa mirada de nuevo.

-Vengo a por ti, __________. Debemos de irnos ya que los demás nos esperan allí con impaciencia, puesto que llegamos como quince minutos tarde y yo nunca soy de tardar mucho.

-Oh, por supuesto, vayámonos para allá.- Me coge de la mano cosa que me confunde por un momento y nos dirigimos a su limusina.- Y dígame, ¿por qué no nos hemos ido antes?

-Te he visto muy ensimismada con muchas personas y transmitías una calidez que no quería llegar yo en ese momento y estropearlo. Discúlpeme.

No sé porque esa confesión hace que me ruborice y es que el muchacho no ha fallado ni una.

-No pasa nada, Aleixandre, es más me siento halagada por el detalle que ha tenido por mí. No se preocupe. 

-De verdad, no quiero molestarla, pero me gustaría que estuviese en mi clínica daría todo mi dinero e incluso mi vida.

-No hace falta decir esas cosas, Aleixandre. No sabía que me deseaba tanto en su clínica.

-Es muy obvio que la deseo conmigo.- Su mirada me transmite otra cosa y al sonreírme puedo dar por hecho que está coqueteando conmigo, así que cruzo los brazos y le sonrió de vuelta. 

-Tranquilo, esto es una cosa que debo de pensar seriamente y debo de decirle que a mí no se me gana con unos simples piropos sacados de Internet. 

Su risa provoca la mía y me mira de vuelta mientras se acerca más e invadiendo mi espacio personal. 

-Hágame caso que yo no me gano a una bella mujer como tú con esos piropos de Internet, me la gano a mi manera. 

Está tan cerca que si desea besarme puede hacerlo, pero no le dejaré hacer tal barbaridad porque estoy con Rubén y nunca le haría daño. Se aleja de mí y respiro aliviadamente, llegamos al restaurante y nos llevan a la mesa que consta de trece personas por lo menos, los cuales no tienen un agradable rostro. 

-Sentimos el retraso, el comité me ha mantenido ocupado. ¿Habéis pedido?

-Por supuesto, su novia ¿qué desea?- Pregunta un muchacho al final de la mesa sonriendo.

-Mi novia desea un lenguado relleno de bechamel y querrá un vino, gracias.-Dice desafiando al pobre muchacho,  lo miro extrañada y le pego un pellizco ganándome una mirada enfadada. Me acerco a su oído.

-¿Me puedes decir porque le has dicho que somos novios?- digo en un tono molesta.

-Es eso o te comerían viva, y debo de decirle que conmigo no le pasará nada.

-Vale, pero debo de decirle que a  mi novio luego no le agradará enterarse de eso.

-¿Tanto le cuenta su novio?

-Nos lo contamos todo, no hay ningún secreto.

-¿De verdad piensa eso? Pone mucho la mano por él , debería de cuestionarse si le cuenta la verdad.

-Mire, Rubén no es de ese tipo de hombre y puedo jurarle que nunca me mentiría.

-Y yo le aseguro de buena manga que conozco a mi propia raza y no todos somos santos.

Mi Tentación (Elrubius y tu HOT)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora