Mi Tentación (Elrubius y tu HOT)

Capítulo 54

Después del reencuentro de Rubén me he sentido estos últimos días más segura, puede ser que me sienta completa. He estado hablando con él por el teléfono de Judith, parece que somos adolescentes hablándonos en secreto. Sobre lo de Rubén lo sabe Judith y Jazmín, y la otra vez Rubén le pidió a Judith que, si podían salir juntos, ella al principio se negó, pero pude convencerla. Durante tres horas que me quede en mi casa nerviosa por lo que pudiera estar pasando, Judith me llamó muy feliz y es que se perdonó con él, y este no muy convencido le compró lo que más le gusta a ella. Y es nada más ni nada menos dos boletos para dentro de dos semanas para ir a París y ver Disneyland con Mangel. Ese gesto hizo que quisiera más a Rubén, solo falta que se arregle las cosas entre ellos dos.

Hoy tengo una consulta con Rubén y como no lo he visto estos días tengo unos nervios y siento un no sé qué dentro de mí que hace que este más nerviosa. Me he arreglado de una forma simple, pero sexy, esto no va a salir bien. Ni siquiera ha roto con la otra cosa que me parece muy raro, pero confío en que tiene algún plan para romper y que sea de forma delicada.

Me dirijo con prisas hacia mi consulta porque tengo un paciente y llego como unos dos minutos de retraso, miro el reloj y me choco contra alguien. Alzo mi cabeza para pedir disculpas, pero me quedo estática al ver unos ojos verdes que me hipnotizan y una sonrisa que se dibuja en su hermoso rostro. Va vestido como la primera vez que nos encontramos, su gorra de Deadpool que tapa su pelo castaño alborotado y su estilo habitual de vestir. De forma cómoda, pero a la vez atractivo.

-L-lo siento.- Es lo único que puedo decir ante tal sorpresa, ¿me habrá estado esperando? Me voy corriendo y al entrar veo a mi paciente con una cara de desagrado, pido disculpas y nos adentramos a mi consulta y empiezo la mañana con buen humor.

Salgo a comer con Judith y me informa que sus jefes están orgullosos con ella, y le han ascendido de su puesto de trabajo. La abrazo y me cuenta que quiere montar una gran fiesta, pero que lo hará cuando Rubén y Mangel hagan las paces. Le cuento que tengo un plan para que los dos puedan hablar y que es algo que no lo sabe ni Rubén, es decir, le haremos una trampa hoy.

-¿Y cómo si se puede saber? Tus planes me suelen dar miedo, __________.

-Venga, tan mala no soy. Simplemente hay que engañarlos, hoy viene Rubén y le diré que quiero cenar con él y tú harás lo mismo con Mangel. Le diremos que queremos ir al Mexicano y caerán, le dejaremos una nota que pondrá "sino lo arregláis ya, nos enfadaremos y no os hablaremos". Con eso tendremos que reservar mesa y todo irá bien, ¿qué te parece?- le pregunto.

-Me parece un plan de puta madre, necesito que se perdonen. Porque Mangel se pasa las noches hablando de él y mirando fotos de ellos juntos que me hace pensar si de verdad son pareja en secreto y nosotras somos su tapadera. Pero, luego hago el amor con Mangel y esa duda se me borra de la mente, madre mía como se mueve.

-Demasiada información, Judith. Bien, pues el plan "Rubelangel" empieza ahora. Y actúa como tú sabes.

-De acuerdo, luego nos vemos y ya te voy informando cómo va la cosa.

-Perfecto, hasta luego y suerte en tu primera reunión como jefa.

Me vuelvo a mi consulta y comienzo hacer apuntes sobre los últimos pacientes para luego pasarlos a limpio en el portátil, Rubén me pidió la cita a las siete, seguramente estará grabando un vídeo para sus seguidores. Una vez me habló sobre el gran amor que les tiene y su rostro se le iluminaba de esa forma especial como si estuviera describiendo el amor de su vida, ¿me entendéis? Y supe que sus seguidores para él son esas personas especiales que nunca quiere dejar que se vayan. Es algo muy tierno. El teléfono que tengo en la consulta comienza a sonar.

-Aquí ____________, ¿quién es?

-Hola, _________. Soy Rubén Doblas Gundersen, ¿podría atrasar la cita a las siete y media?

-Eh... Sí, claro. ¿Te encuentras bien?

-Sí, no se preocupe. Hasta luego, __________

-Adiós. -Digo sorprendida, ¿qué le pasa? ¿Y por qué he sentido esa descarga en mi cuerpo? Deja de estar nerviosa, _________.

La tarde transcurre normal y un poco aburrida, miro el reloj y son las ocho menos veinticinco, este hombre viene tarde como la primera vez. Espera, ¿está haciendo todo esto como la primera vez que nos vimos? ¡Claro! Por eso, el tropiezo con él, el atraso de la cita y llegar tarde. Ese acto es tan lindo que me quiero morir, bueno pues le seguiré el juego.

-Buenas tardes, lo siento por llegar tarde, ________. - Su voz interrumpe mis pensamientos y hacen el mismo efecto que la primera vez, pero viene con el pelo suelto y en su estado liberal, y tiene los dos primeros botones abiertos y me entran ganas de arrancarle la camisa. Pero, me mantengo fiel a mi posición.

-No pasa nada, Rubén. - Le digo sonriendo.

Se acerca a mí y me coge la mano para acto seguido depositar un beso en ella, el tacto de sus labios en mi piel hace que me sonroje.

-Encantado de conocerle de nuevo.

-Rubén, estás poniéndome más nerviosa y es algo que me hace sonrojar.

-Lo hago porque así te veías cuando me viste por primera vez y quería volver a recrearlo.

-Es algo que me ha encantado y siento que mi corazón explotará con esa sobrecarga de ternura.

-Bueno, yo puedo acoger tu corazón, creo que el mío la acogerá contento.

Le pego en el hombro y me escondo en su pecho, acaricia mi pelo y siento que en algún momento me voy a dormir.

-Quiero hablar contigo sobre lo que me tienes que contar, necesito saberlo todo. Siempre me evitas el tema. Creo que merezco una explicación.

Me pongo tensa porque pensaba contarle todo mañana, para que vaya hoy bien con Mangel, pero si le sigo evitando me lo echará en cara y no me hablará. Así que tendré que contárselo.

-De acuerdo, pero con una condición.

-Si esa condición es que no me asuste y me vaya, eso es lo único que no voy hacer.

-Vale, pero lo que te tengo que contar nunca, pero nunca se lo cuentes a nadie.

-Vale. - Contesta curioso.