XX

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En ese momento Marco me miró aterrado.

— Hablaremos de esto mañana, — Dijo dirigiendose a mi cuarto. Y saliendo de este con sus tenis en la mano y poniéndose su camisa. — Ya me voy.

— Noo. — Dijo Fer aterrada.— ¿Y si alguien viene?

— Tienes mucha seguridad aquí Fernanda, no pasará nada, aparte yo no soy el del problema, todos saben que es mi primo.

Fernanda soltó un bufido.

Marco camino aun más molesto hacia la puerta.

Yo me interpuse rápidamente en su camino, y me miró a los ojos, parecio tranquilizarse mucho.

— Fernanda, ¿podrías dejarnos solos? Él no se irá pero ya métete a tu cuarto por favor y no salgas.

Fer hizo caso y Marco aún me miraba a los ojos.

— No te vayas por favor, es tarde y estás molesto y de verdad no quiero estar sola. Por favor. — Dije suplicante tomando su mano. — Sea lo que sea por lo que tenga mala copa a Fernanda no me importa. — Mis palabras parecieran haber detonado un recuerdo en él, su vista se perdió unos segundos un punto fijo para luego volver a mirarme a los ojos.

Me acerque a él y coloque mi mano en su pecho.

Marco se relajo y dejo que lo tomara de la mano para guiarlo de nuevo a mi cuarto.  Sin quitar la vista se sus ojos le quite los tenis de la mano y los tire al suelo, le quite el arma y la coloque en la mesita de noche. Tome su rostro entre mis manos y comencé a besarlo lento, él puso su mano en mis caderas y continuo el beso haciéndolo un poco más intenso.

— Nunca me cansaré de esto. — Susurro mientras se alejaba un segundo de mis labios para luego volver a unirlos.

Coloque mis manos al final de su camisa y una risa traviesa aprecio en su rostro.

— Estás loca. Tienes que recuperarte primero.

— Ya no me duele nada. — Dije en un susurro.

El volvió a sonreír travieso. — No pienso arriesgarme. — Dijo volviendo a bajar su camisa. — Aparte... No estoy aquí por eso. — Dijo besando mi frente. —  Ven. — Dijo tomando mi mano para acostarnos abrazados.

— Marco Eduardo. ¿Acabas de rechazar una noche de pasión?

— Ya habrá tiempo para eso. Ahora duérmete y descansa.

Solo lo abrace un poco más fuerte, con miedo de que se fuera pero poco a poco se aflojó mi agarre cuando empecé a caer profundamente dormida.

                     .....................................

Iba con marco de copiloto en su deportivo por una carretera, él me iba tomando de la mano y me miraba cada rato con una sonrisa preciosa.

Beso mi mano con delicadeza, y cuando gire mi vista al frente algo sacudió el auto. Me espante y gire rápido a ver a Marco, pero este ya no estaba manejando, era Enrique, quien estaba asustado manejando muy recio, le dije que estaba loco. Derrepente algo nos dió otra sacudida.

Después de eso un olor a llanta quemada inundó mis fosas nasales, abrió un poco los ojos y mire a Kevin corriendo conmigo en los brazos.

Mis ojos se volvieron a cerrar.

Los volví a abrir con dificultad y sentía algo atorado en mi garganta, era tu tubo. y estaba acostada en una camilla, con marco a mi lado.

Mis ojos se volvieron a cerrar.

Escuchaba el pitido de un carro y sentía mucho frío. Marco me cargaba en sus brazos en la parte de atrás de un auto.

Mis ojos se vuelven a cerrar.

Empiezo a oler a un olor en particular, limpio, un poco dulce, natural, algo fuerte como la menta, pero masculino.

Siento en mi mejilla algo suave y un segundo a otro siento unas partes raspozas.

Cuando abrí mis ojos lento note que Marco ya no estaba a mi lado lo cual me desepciono.

Me levanté de la cama, y mire a Fer salir de su cuarto arreglada.

—¿A dónde vas? — Pregunté inocente.

— A trabajar, — Cuando dijo eso me espante y comencé a caminar a mi cuarto. — ¿A dónde crees que vas,tu? Tu tienes incapacidad, no vas a ir a trabajar, ni a la escuela en una semana.

— Pero si puedo trabajar e ir a la escuela.

— Lastima, tu incapacidad ya está firmada y ya se la envié por Whatsapp a recursos humanos. Y avisé en el grupo de la escuela. — La mire agradecida. — y yo te traeré las tareas.

— Gracias. — Dije apenada. Quería preguntar por Marco pero no sabía si era correcto. — ¿Tienes cruda?

— un poco. — Dijo riendo. — Te deje el desayuno en el sartén, y hay comida en el refri, solo es calentarla, tu otra pijama está limpia por si te bañas más tarde. Y... Marco se acaba de ir, no me dijo nada, aún está muy molesto conmigo. Pero se miraba como si no quisiera irse.

— Gracias, — repetí apenada.

— Cualquier cosa me marcas. — cuídate. — Dijo Fer atravesando la puerta.

Me senté en el sillón sin saber que hacer. No me gusta ver tele y se me hacía muy temprano para una película.

Tome mi cel y escribí un mensaje a Marco.

--------------------------MARCO------------------------

                                     —Te fuiste sin desperté.

Una vez que lo escribir me arrepenti y lo borré pero mire que él escribía y al segundo me llegó el msj

— Me vine a bañar y por ropa, e iré a una vuelta de mi abuela, nos vemos en la tarde preciosa.

En ese momento recordé lo de los mensajes. Si claro su... "Abuela" pensé un poco molesta así que decidí no contestar el mensaje.

Busque algo de desayunar y mientras desayunaba pensaba en lo loca que estaba por haberme enojado por una tontería con Marco. Así que decidí contestarle el mensaje cuando terminara de desayunar.

Aunque... Por otro lado... Pensé mientras lavaba los trastes, él me había mentido en muchas cosas, yo tenía derecho a estar enojada. Así que tome la decisión final de no contestarle.

Me fui a mi habitación a acomodar unas cosas y mientras acomodaba llegaba a la conclusión que según lo último que escuche era que "lo hacía para protegerme"

Pero.... "Protegerme de que" pensé mientras llevaba ropa a la lavadora. Y si era algo de que debía cuidarme, como lo sabría si él no me lo decía.

Mientras tenía una lucha interna conmigo misma de como me sentía al respeto, escuché el timbre. Corrí al interphone y era Marco, bañado y cambiado, con una maleta de gym.

Estaba muy molesta que él hubiera llegado antes de que yo tomara una decisión. Pero tal vez su comportamiento me ayude un poco a decidir.

Abrí la puerta del edificio y mi corazón se aceleró de pensar que Marco cruzaría en cualquier momento la puerta y no sabía cómo recibirlo.

— Hola, preciosa. — Dijo mientras besaba mi mejilla.

— Marco. — Dije algo sería, así que decidí hablar más neutral. — siéntate. Ocupamos hablar.

— ¿De que ocupas hablar? — Pregunto tranquilo.

— De todo.

— ¿No quieres ir por una nieve antes es que ...

— Nooo. Siéntate.

Marco se sentó en la silla como un niño fastidiado de 10 años. — ¿De que quieres hablar?

— Todo. Fer dijo que lo que me pasó no fue un accidente. ¿Que pasa con tus padres? ¿Por qué cargas un arma, contigo? ¿En qué están metidos tu primo y Kevin? ¿Y a qué se refería Fernanda con "Los pendejos que te cuidan"?.

No me olvides Markitos Toys -Terminada- Parte IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora