XXVI

1.2K 46 0
                                    

- Oye Elena, Cornelio... - se interrumpió al verme llorar. - ¿Que tienes?

- Nada. - Dije limpiando mis lágrimas.

- ¿Es por Marco?

- Nooo. Bueno, si, algo así.

- ¿Que te hizo?

- Él nada.

Fernanda se quedó sería.

- ¿Es por lo que te dijo Damaso?

La mire asombrada. - ¿Cómo sabes?

- Cuando tuviste el accidente pidió permiso para hacerte esos estudios. Y me pidió que te tuviera vigilada. Me dijo lo que pasaba el lunes. No quería decirte. Por qué tú no me habías dicho nada.

- ¿Crees que es cierto? ¿Que estoy condenada?

- Elena, -hizo una pausa. - No quiero ser pesimista. Quiero ser sincera por qué soy tu amiga, pero a diario olvidas si ya comiste, dónde dejaste las llaves y las cosas. Las fechas, los rostros.

- ¿Crees que agrave pronto?

- No tengo ni idea

- La verdad, ahora es lo único que me detiene de estar con Marco. No quiero que esté por caridad con la niña enferma. Aparte, tu sabes cómo fueron las cosas con mis abuelos. No quiero condenarlo a eso.

Fer me miraba sin decir nada.

- No puedo salir con él.

- ¿Y si se lo dices?

- No. - Dije segura. - Pero debo dejarlo ir. Saldré con él, el sábado y le diré que no quiero verlo más..

- Es tu decisión. - dijo ella apagada.

- y es la más difícil que he tomado. - Dije volviendo a llorar, mi amiga me abrazo fuerte.

- Te iba a decir que Cornelio te envío tacos y salchipapas. ¿Por qué no comemos y vemos una película?

Cenamos todo mientras veníamos una película, ella se quedó dormida y yo me fui a mi cuarto, no podía dormir. Cada que recordaba a Marco solo tenía ganas de llorar.

Mientras una lágrima rodaba por mi mejilla, note que el sol ya había salido.

Sin ganas de nada me metí a bañar y use bastante maquillaje para que no se mirara mi desvelo.

- Te ves horrible.

- Gracias. - Dije colocándome unos lentes de sol.

Fer y yo fuimos al edificio donde trabajabamos, caminos al ascensor cuando miramos que Damaso caminaba directo hacia nosotras con la mirada perdida. Cuando miro adentro del ascensor y miro que éramos nosotras rápidamente lo perdimos de vista.

Extrañadas nos miramos las dos.

El ascensor subió hasta el cuarto piso, Fer se quedó ahí y yo subí al sexto

Cuando ya casi era hora de salir, una enfermera me dijo que el Dr. Damaso ocupaba verme.

Extrañada camine hacia su consultorio y toque la puerta. Recibí un "adelante"
Pero el era Damaso papá.

- Siéntate jovencita. - Dijo el hombre bastante atractivo para su edad. Podría ser mi padre, pero escuchaba que a muchas robaba suspiros.

Me sentí tranquila mirando abajo.

- ¿Ya tomaste una decisión? ¿Quieres usar el tratamiento ?

- Para ser sincera aún no lo sé.

- Debes hacerlo. - Dijo seguro. - Se que no soy nadie para decirte eso, y no debería. Pero hazlo. Eres joven, hay muchas personas que te aprecian. Debes usar este tiempo para estar 100% sana, para ellos.-hizo una pausa. - Y es cierto, puede que el tratamiento no eliminé la enfermedad, pero piénsalo otra oportunidad de amar cada día.

- Suena muy bonito. Pero la verdad es que al convivir con ellos, solo los haré testigos de como la enfermedad acaba conmigo.

- Puedo apostar que ellos solo recordarán bellos detalles. Recordarán tu sonrisa. Y la forma en que tus ojos se achican al sonreír. Esos detalles que hacen a tu persona, eso recordarán.

Mire directo a los ojos al doctor y acepte sin dudarlo.

La verdad es que me había convencido.

Entonces decidí que podía ser amiga de Marco estar para él, y si de ser posible... Conseguir a alguien que se quede con él.

Era viernes por la tarde e iba hacia la prepa, iba por poco tarde así que apresure el paso. Cuando veo una camioneta enorme en el estacionamiento. Mi corazón se acelera un poco.

Camine un poco más rápido hasta que mire un figura bajarse y recargarse en esta.

-Mierda. - pensé.

No me olvides Markitos Toys -Terminada- Parte IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora