No es tu culpa

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— Elena...

— Tranquilo, se disculpo por lo de la vez del ranch roll y me dijo que ella y Kevin te buscaban para algo de las decoraciones de la nueva sucursal, al parecer Kevin la nombre decoradora, pero que dijo que pidieran tu opinión.

Ella puso mi celular en mi mano y yo solo lo apreté un poco apretando los labios. — Elena...

— ¿Si? — Dijo ella distraida. Para luego mirarme a los ojos. — Basta, Marco. Quita esa cara. — Dijo ella acercándose a mi besado mis labios. — Ella se disculpó, aparte... Al fin de cuentas... ¿Es tu pasado,no? — dijo con una sonrisa al final, de verdad me hacía sentir cada vez peor

— Si Elena pero... — Ella me cayó besando mis labios algo efusiva.

— ya cállate....

— Elena...

— Hablas mucho. — Dijo mordiendo mi labio. Jugando con el botón de mi pantalón.

"A la chingada, pensé" — comencé a besarla mientras la levantaba para que enredará sus piernas en mi cintura.

A los siguientes días fueron perfectos, despertar con ella y su humor era perfecto todos los días, nos la pasábamos  peleando como niños pequeños, de ves en cuando ignoraba las llamadas de Kevin y le advertí a Julián sobre decirle algo a Elena.

Nos la pasábamos peleando de jugando, la cargaba en mi hombro, o le tiraba con cosas blandas.

La última fue una batalla de comida, cuando no le creí cuando me volvió a amenazar  con una botella de crema batida, pero para mí sorpresa esta vez si me lleno la cara del contenido de la botella, y claro que como venganza restregue mi cara con la de ella, manchandola también de crema.

Pero ella no pareció importarle, solo comía la crema de mi cara.

Mañana sería nuestro último día juntos en la cabaña, ya había empacado la ropa y eso me tenía triste. Pero cuando ella se subió como niña pequeña directo a la cama a abrazarme supe que todo estaría bien. Había días que había estado lloviendo, pero esta vez el viento y la lluvia golpeaban con fuerza la puerta del balcón y se escuchaba el estruendo de los truenos muy fuerte.

Ella me abrazo, con fuerza y en ese momento la lluvia fue bajando hasta casi nula, sin embargo el viento fresco continuaba.

A los segundos escuchamos como todos los aparatos se apagaron y la luz se fue.

Después de eso el sonido de un rayo nos indico que la luz tardaría en llegar. Ella descalza abrió el balcón. Dejando entrar el aire fresco. Apenas y pude ver silueta volviendo a la cama.

Mientras intentaba dormir, sentí sus labios contra los míos y sentí el peso de su cuerpo arriba de mi.

Apenas podía distinguirla, pero con mis manos empecé a recorrer sus cuerpo, se había quitado la pijama, pasaba lento mis manos, como un ciego intentado aprenderme cada curva de su cuerpo, mientras ella me besaba con ternura, también acaricie su rostro, bese sus mejillas. Y después de eso, me di cuenta que sería imposible incluso estar con alguien más. No quería que amaneciera, no quería irme, pero sin darme cuenta me quedé dormido.

A la mañana siguiente me levanté por un escalofrío, la ventana seguí abierta y yo estaba medio destapado. Elena no estaba, pero me extraño cuando pase mi mano por su lado y nisiquiera tenía el calor de su cuerpo, estaba completamente fría la colcha.

Toque la puerta del baño y al no obtener respuesta la abrí... Nada.

Baje las escaleras con el ceño fruncido y... Nada.

Subi denuevo desesperado y cuando abrí el closet... No estaba su maleta. Buscaba mi teléfono en la cama cuando escuché el sonido en una hoja arrugandose. Busque don desesperación hasta que encontré una carta.

No me olvides Markitos Toys -Terminada- Parte IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora