Cuando termine de bañarme me cambien por algo cómodo y volví a mirar la carterita de pastillas. Sin pensarla tanto la tomé y baje las escaleras con ella en mano.
Marco se esforzaba por dejar bonito el huevo con tocino y salchichas del plato.
— Siéntate, ya te sirvo.
— Marco... ¿Estás bien?
— Si por qué lo... — él se interrumpio al ver la carterita de pastillas en mi mano. — Solo la traje por si acaso.
— Ya casi te las terminas. ¿Estás seguro que estás bien?
— Estoy bien, Elena.
— ¿Estás seguro?
— Que insistente. Ahora resulta que te importo
— Me importas. — Afirme. — Si insisto tanto es por qué realmente quiero saber si estás bien.
— Si te importará, me dejarías dormir en la cama...
— No me chantajes, Eduardo.
El sonrió de lado. — Entonces te importo.
— Borra esa sonrisa tonta de tu cara, sabes que si... Aunque no quiera, aunque algunas veces llegué a odiarte. Me importas y siempre voy a querer lo mejor para ti.
Marco dejo de preocuparse un momento por el tocino me miró tranquilo. Luego bajo la mirada. — Estoy bien, Elena...
*Flashback*
Narra Marco.Me estire un poco adolorido de la espalda por lo duro del sillón. Si que dormí incómodo, pero si así mantenía a Elena aquí, y contenta. Supongo que valía la pena. Me talle los ojos y mire la cocina vacía. Nisiquiera habían movido algo de la noche anterior, seguro aún está dormida, pensé.
Descalzo subí las escaleras y toque la puerta, al no obtener respuesta la abrí despacio y sentí como el aire abandono mis pulmones al ver que no había ni rastros de Elena en el cuarto.
Rápido sentí como empecé a transpirar, respiraba fuertemente y mi vista se quería nublar, sentía como si mi garganta se cerrará, me acerque a la cama y me senté. Intentaba tomar aire con fuerza, pero decidí mejor dirigirme al baño, para mojarme la cara. Y mientras me miraba en el espejo mire el pequeño recipiente de alado. "Su cepillo de dientes" pensé, abrí el espejo y ahí estaban todas sus cremas para la cara. Recorrí con brusquedad la cortina del baño y ahí estaba su shampoo. Rápido camine con la respiración contraída al tocador del cuarto y ahí había cosas de ella, mire las puertas del closet y las abrí, estaba su maleta y su ropa colgada. Suspire profundo y me sentí aliviado. Me pase las manos por la cara y note que aún me temblaban.
Me acerque a uno de los pequeños muebles alado de su cama y saque las pastillas para la ansiedad. Seguro había salido a caminar o a ver y volvería pronto. "No podía verme así" dije tomando una pastilla para dirigirme a la cocina por un vaso con agua.
Cuando llegue a la cocina la idea de que ella jamás volvería volvió a mi, haciendome sentír como mucho ruido en mi cabeza, no podía concentrarme, me tomé la pastilla pero pareciera como si hubiera perdido fuerza en la mano y deje caer el vaso.
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No me olvides Markitos Toys -Terminada- Parte I
Science FictionCuando a Elena Alcaraz alcanzó una edad madura los más jóvenes la miraban como alguien a quien respetar, alguien madura, con cientos de buenas historias las cuales no se cansaban de escuchar. "Es una pena" pensaban todos al verla. Pero había una his...