- Cálmate, Fernanda.
- Anda, Dime que haras niño rico. ¿Le pondrás seguridad? Así como con toda la bola de pendejos que te sigue y dices que son tus amigos. No es más que obvio que son quienes te cuidan. Dime, ¿cuánto les pagas? ¿Les das extra por qué fingan ser tus amigos?
- Si lo dices por Enrique, él y yo nos conocemos desde plevitos.
- Lo arriesgas todos los días. - Dijo Fernanda mientras se le quebraba la voz. - A él también le pudo haber pasado algo en ese día. Y te apuesto que si hubiera ido solo, lo hubieses arriesgado más.
Eduardo se mantuvo en silencio unos segundos.
- El sabía en lo que se metía - Dijo Marco firme. - Y tu al estar con él.
-¿Y Elena? ¿Sabe en lo que se está metiendo al estar contigo?
- Lo sabrá. Pero hoy no.
- Ella te va a dejar.
- No puedes saber eso.. estás loca, ya déjame en paz.
- Ella no expondría su vida así.
- Lo hace con solo ser tu amiga, ¿O que harás, terminar con Enrique?
Fernanda se mantuvo en silencio unos segundos y no contesto.
- ¿Crees que no lo he pensado? ¿Que lo mejor es alejarme de ella? No sabes cuánto me cuesta, de verdad la quiero. - escuche con voz apagada a marco
- Si la quisieras no la arriesgarías.
- Ana, dijo que debía ser su decisión.
- ¿Vas a hacer así de egoísta? ¿Que ella quedé como la mala? Tiene corazón de pollo, y te quiere, es obvio que cree que superarán todo, pero cuando pasen cosas como estás o peores. ¿Que crees que pasará?
- Ella se preguntara si hizo lo correcto.
- Si le pasa algo, yo te culpare de eso.
- Quieres terminar con Enrique... Eso es todo tu pedo. - Escuché a Marco arto y un pequeño sollozo de Fer.
Camine de puntitas de nuevo a la habitación más confundida de lo normal y solo me pare frente a mi espejo.
Quería respuestas, tal vez esté no era el momento, pero si no me proponía a preguntar, nunca sería el momento.
Marco entro un poco molesto cerrando la puerta con cuidado detrás de él, con la mirada perdida y el vaso en su mano.
- ¿Te pasa algo? - pregunté inocente.
- No, estoy bien. - dijo poniendo el vaso en una de mis mesitas de noche y tirándose a la cama, cerro un momento los ojos y cuando los abrió me miró directo a los míos. Podía ver su cara cansada, y en ese momento me volví cobarde y preferí que él descansará esta noche en vez de interrogarlo.
Solo me dedique a acostarme a su lado abrazarlo, el me correspondio el abrazo y beso mi cabeza, después de eso su respiración se tranquilizo y nos quedamos profundamente dormidos.
Estaba profundamente dormida cuando escucho como se quiebra algo y una risita en la sala, debian ser Fer y Enrique.
Me moví un poco en la cama cuando escuché como algo cayó nuevamente pero solo la risa de Fernanda.
Sin hacer ruido me dirigí a la sala y mire a Fer muy borracha riéndose e intentando limpiar dos vasos del suelo, rápidamente me acerque a ella regañandola, por qué estaba muy ebria para limpiarlo.
- Estás loca. No toques eso. Acuéstate en el sillón. - Dije alejando sus manos de los vidrios para luego tomar un pequeño bote de basura para depositar todo ahí.
- Ayy perdón - Decía Fer ríendo. - Solo quería otro trago.
- Shhhh... Despertarás a Marco. - Dije recogiendo los vidrios.
- Aaah, si. Tu noviecito. Dime.. ¿Que le ves? Es decir... Si es guapo pero es un mujeriego. ¿Cómo puedes siquiera confiar en él? Ya debe tener hasta herpes de todas las mujeres con las que se ha acostado.
- No lo sé, Fernanda. Su vida sexual antes de mi, no es asunto mío.
- ¿Como puedes decir eso? ¿No te da vergüenza que ya estuvo con medio rancho.
- Estás borracha mala copa, solo quieres molestarme.
- No, no, pero estoy diciendo la verdad, solo piénsalo... Se metió con la prima de Enrique y Cristina... Cuando ya te conocía.
- Nisiquiera me interesaba en ese tiempo.
- ¿Por qué te aferras a él?
- No me aferró. Lo que pasa es que lo quiero. Es cierto, cometió errores, pero las cosas han mejorado... Y uno no decide a quien querer, a quien amar. Solo pasa... Y ya.
- ¿Lo amas? - Pregunto jugando con su botella.
- No lo sé, se que confío en él, se que lo quiero.
- No deberías... - Susurro mi amiga.
En ese momento tocaron la puerta principal y marco apareció en el umbral del pasillo. Fernanda salto asustada y saco un arma corta y la tomo con ambas manos apuntando hacia la puerta.
Los nervios comenzaron apoderarse de mi cuerpo. Fernanda nerviosa y borracha apuntaba directo a la puerta
¿Pero de dónde mierdas había sacado un arma?
- Fernanda baja eso. - Ordenó Marco molesto.
- Bajala, por favor. - Dije un poco asustada. - ¿Donde conseguiste eso?
- Aaah,¿no sabías? Es de tu noviecito Marco, la pasea a todas parte en su deportivo... - Dijo Fer. Para luego girarse a Marco. - Enrique me dijo dónde la tenías y como últimamente me da miedo cuando estamos solas - confeso. - La traje al departamento.
- Baja eso, Fernanda.
- ¿Y si alguien viene por nosotros?
- Yo voy a abrir la puerta. - Dijo marco intentando calmarla. - Pero baja la maldita arma.
Marco se dirigió a la puerta, pero antes miro atraves del pequeño orificio de la puerta.
- Es Javier.
- ¿Que? - dijo Fer un poco más relajada bajando el arma.
-¿Que paso, chavalon? - Pregunto Marco abriendo la puerta.
- Hey, ¿Que onda?, Es que Daniel se fue unos días con sus papás y yo olvide mis llaves adentro y las plebes tienen una copia, me la podrías pasar por favor.
- Deja las busco
Fer pareció relajarse y marco se acercó a ella quitándole el arma.
- ¿Podrías buscarlas tu? Yo no sé dónde están. - Dijo algo molesto.
Fer fue directo a la cocina y dentro de un mueble saco unas llaves y se las dió a Javier.
- Garciaaas Fer. Mañana te las doy. Gracias Marco.
- De nada, hasta mañana - Contestaron Fer y Marco en unisono.
Una vez que Fer cerró la puerta marco explotó.
- ¿Por qué chingados sacaste esta arma de su lugar?
- Tenía miedo - Dijo Fer al borde del llanto
- ¿De que?
De que algo como lo que le pasó a Elena se repita.
- ¿A qué te refieres? - Dije extrañada.
- Elena, no fue accidente lo que te paso.
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No me olvides Markitos Toys -Terminada- Parte I
Science FictionCuando a Elena Alcaraz alcanzó una edad madura los más jóvenes la miraban como alguien a quien respetar, alguien madura, con cientos de buenas historias las cuales no se cansaban de escuchar. "Es una pena" pensaban todos al verla. Pero había una his...