— Claro que si, oficial. — Dijo mi padre bajando se rapidamente. Yo miré a Marco quien estaba nervioso. — Bajense, hay que agilizar esto para irnos, más rápido.
Marco se bajó sin ganas y yo detrás de él.
— ¿Elena, crees que puedas comprarme un agua? — Dijo Marco mirándome.
— Sii, Solo cruzo el boulevard.
— Cruza con cuidado. — Dijo marco.
— Voy contigo. — Dijo mi papá
Narrador.
Elena y su padre empezaron a cruzar el boulevard cuando marco se acercó al oficial que inspeccionaba la camioneta de arriba a abajo.
— ¿Disculpe?
— Estás en problemas, jovencito. Encontramos un arma.
— ¿Cómo nos podemos arreglar?
— Dudo que se pueda, nuestro jefe está aquí y no te soltaran. Tendrán que explicar por qué cargas esto contigo. ¿Tienes sus papeles?
— No.
— Pues haber que hacen contigo.
— Le dejo mis cosas y después me localizan, pero ahorita necesito que finja que no pasa nada.
— No puedo, le quitaremos el vehículo y usted irá en la patrulla. — Dijo el oficial serio.
— Le daré todo lo que traigo de dinero conmigo.
— Entienda, es un no.
Marco se tomó la cara con las manos mientras pensaba.
— ¿Que pasa, mi amor? — pregunto Elena llegando con su padre.
— Parece que quieren llevarse la camioneta.
— Dejame hablar con ellos, son muy largos. Capaz te quieren poner algo en la camioneta para llevarsela. — Dijo el padre de Elena.
Marco miraba nervioso como el padre de Elena hablaba con el oficial.
— Amor, quédate aquí, iré yo a ver qué pasa. — Dijo Marco a Elena para luego caminar decidido.
— No podemos dejarlos ir por qué había un arma bajo el asiento. Sin papeles. — Dijo el oficial al padre de Elena justo cuando marco llegaba.
El padre de Elena clavó los ojos en Marco y después al oficial.
Marco sentía que le empezaba a faltar el aire hasta que algo drenó sus pulmones de golpe.
— Es mia. — Dijo el padre de Elena. — Soy sargento. — Dijo sacando una identificación y se me permite portar armas. Mi yerno la guardo ahí por mi.
El oficial tomo la identificación del padre de Elena notando que era real.
— Una disculpa por las molestia, Oficial Alcaraz. Se pueden ir.
El padre de Elena guardó su identificación y camino hacia Elena sin decirle nada a Marco.
Narra Elena.
— ¿Que paso? — pregunte mirando como caminaba mi padre tranquilo hacia mi y marco un poco aturdido.
— Nada, ya sabes lo de siempre, princesa. Querían dinero por con la identificación se calmaron. — Dijo mi padre subiendose a la camioneta.
Marco se subió también nervioso y cuando continuamos el camino no podía dejar de verlo.
— Eso no fue lo que pasó. — Dijo Marco.
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No me olvides Markitos Toys -Terminada- Parte I
Ficção CientíficaCuando a Elena Alcaraz alcanzó una edad madura los más jóvenes la miraban como alguien a quien respetar, alguien madura, con cientos de buenas historias las cuales no se cansaban de escuchar. "Es una pena" pensaban todos al verla. Pero había una his...