XXXII

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— voy a desarrollar Alzheimer

— Lo se, —dijo él tranquilo.

— ¿Cómo?

— Platique con el doctorsito. Aparte le dije que se alejara de ti. — Dijo arrugando la nariz. — Era muy coqueto para mí gusto.

Solo lance una risita irónica.

— Te enteras que desarrollaré Alzheimer y tú problema más grande es que el doctor me tire la onda.

— Eso es por qué la enfermedad no me va a detener. Quiero estar contigo. Voy a luchar contra eso cada día. Sin embargo otra cosa es que el doctorsito te quiera enamorar y me aleje de ti.

— Marco...

— Ya se, tal vez sueno muy posesivo, pero prometo trabajar en eso.

— Marco... ¿Y si te olvidó?

— Pues te volveré a enamorar.— Dijo encogiendose de hombros. —Cada día, con una flor a la vez, una sonrisa cada que pueda. No creo que no te enamores del necio que te dice lo preciosa que eres todos los días.

Una lágrima rodó por mi mejillas.

—¿ y si olvidó como bañarme ? ¿Ir al baño?

Marco lanzo una risa irónica y puso una sonrisa traviesa. — Estás loca, si crees que me va a molestar ayudarte en eso.

— cochino.

El alzó los hombros e hizo una mueca con muestra que no le importaba.

— Ya te dije, eso no me va a detener.

Me limpio con su mano la lágrima que bajaba por mi mejilla. — Te quiero con mi vida y dudo que una me sea suficiente. Así que te buscare en la otra.

Carin cantaba "amorcito mío" Marco hizo una reverencia y puso su mano frente a mi

— Me permites está cancion.

—Sera un placer. — dije con una sonrisa.

Coloque mis brazos en su cuello y él en mis caderas.

Y bailabamos lento, a media canción puse mi cabeza en su pecho y me di cuenta que genuinamente estaba feliz.

Cuando terminó la canción, la puerta principal de la casa se abrió y salió el chiquete asomándose.

— ¡¿Ya podemos salir?! — Grito.

Marco rodó los ojos fastidiado.

— Ya salgan bola de metiches

Rápido salió mayve, Fer y Anita que caminaron a abrazarme emocionadas.

Carin nos felicitó y se despidió, obvio le pedimos una foto antes de irse y las muchachas pusieron regueeton.

Enrique abrazo a Marco. Y Kevin lo palmeo en el hombro.

— Felicidades compare. — Enrique se pasó la mano por la cara e hizo cara de preocupación. — Primero me robaron al KC y ahora a mi markitos. — Empezó a echarse aire con la mano. — Me voy a quedar sola.

— Bueno, ¿Vamos a tomar o que? — Pregunto Kevin.

— A ver saquen una botella. — Dijo Ana.

— ¡Yo voy! — Grito Fer entrando a la casa.

— Está gente. — susurro Marco en mi oído abrazándome por la espalda.

— Tranquilo, me agrada la idea de convivir con ellos.

— Debía ser la noche romántica perfecta.

— Lo fue y aún lo es. — Dije mirando a nuestro alrededor.

Kevin le perreaba a Ana.

Enrique y Fer hacían el mismo paso se baile, y Mayve platicaba en una banquita con un muchacho, creo que es su novio.

Marco noto que los miraba a todos.

— Nosotros somos los más bonitos.

Rei divertida. — Si castro, si.

Él me miró ofendido. — ¿Ya tan rápido pase de mi amor a castro?

— Solo me burlaba, amor.

— Noo si te lo pido ya no lo quiero.

— Teeerco. — Dije tomándolo de los cachetes para darle un tierno beso.

En eso su celular sonó y se puso bastante pálido, pareciera haber visto un fantasma.

Me empieza a empujar rápidamente hacia dentro de la casa lo cual me toma por sorpresa e incluso me molesta un poco por lo brusco.

— Mayve, Ana, Fernanda. Metanse. — Dice Marco abrumado.

Marco detiene a Ana justo en la entrada. — Cuidala.

En eso entran 3 camionetas grandes cerradas. Marco mira con pánico y cierra la puerta principal de la casa.

Kevin y el novio de Mayve se paran erguidos y caminando alado de Enrique y Marco, directo a las camionetas.

— Pero.... ¿Que pasa? — Digo extrañada mientras Ana me jala dentro de la casa y cierra con llave.

— Tenemos que ir a la parte de arriba. — Dice Ana segura y todas suben.

Solo me siento en una cama y comienzo a morder las uñas.

— No sé asomen. — Ana segura acostándose en la cama, pero se miraba algo tensa.

Mayve se sentó en un sillonsito a morderse las uñas igual.

Fer estaba parada caminando de un lado a otro.

Nos quedamos lo suficientemente calladas y derrepente escuchamos la plática de afuera.

— Markitos, hijo. — Dijo una voz gruesa y desgastada. — Me alegra verte bien.

— Igualmente, patrón.

— ¿Y a qué se debe este hermoso detalle?

— Era una prueba.

— No me mientas... Vi a las muchachas entrar a la casa... Vi a... Mayve... Ana... Fernanda... Me imagino que todo esto es para la afortunada que es tu novia. — Cada que decía un nombre sentía que mi corazón latía más rápido.

— Somos amigos.

— Quiero conocerla — dijo seguro.

No me olvides Markitos Toys -Terminada- Parte IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora