— ¿Y que tal la exposición de física? — Pregunto Marco una vez que ya estuvimos sentados en la mesa del restaurante. — Por que me esforcé mucho en esas dispositivas.
— Pues... — Dije fingiendo seriedad. — Dijo que expuse bien, pero el material era de 7.
— ¿Que? Que se vaya a la chingada me esforcé mucho — Dijo algo molesto.
No soporte y rei al ver su cara.
— Me estás mintiendo.
— Solo un poco. Me fue muy bien, de hecho excente.
— Excelente, pues vamos a celebrar.
— Como vam...
— Buenas tardes.¿ Que desean ordenar? — me interrumpió la rubia voluptuosa llegando a nuestra mesa. Miraba su libreta sin siquiera mirarnos.
— Yo quiero... — Dije mirando la carta.
— ¿Marco? — Me interrumpió de nuevo la chica. — Marco se hizo pequeño en su lugar y solo sonrió leve. — Tanto sin vernos, soy Julia.
Marco se miraba bastante incómodo. — Si, si... ¿Cómo has estado?
— Muy bien, ¿Y tú? Cuando me enteré del restaurante, me imaginé que seguías en el negocio mira que abrir un lugar como este, cuesta algo... — Dijo sonriente para luego poner una cara coqueta.
— Si... — Dijo Marco apagado.
— Vine para ver si volvíamos a toparnos, que suerte la mía.— Dijo coqueta.
— Julia, mira yo...
— Pero... Debo admitir que no esperaba verte acompañado. — Dijo la rubia mirándome con mala cara
Lo que menos quería era espantarle el ganado a Marco así que comencé a reír. — No, no, solo somos amigos.
— Lo imaginé... — Dijo un poco más bajo, — a él siempre le ha gustado la calidad.
Okey, creo que ya me había insultado lo suficiente.
— Julia, ocupo que te vayas y nos atienda otra persona.
— ¿Pero por qué?
— ¿Y todavía lo preguntas? —Dijo Marco molesto, alzo su mano y un joven de traje se acercó a nosotros.
— Quiero que me atienda otra persona. Ahora. — Dijo demandante.
El chico se puso nervio y empujó levemente a Julia por la espalda. — Si gusta yo los atenderé, Señor. Dígame ¿Que desea ordenar?
Julia camino hacia otra mesa molesta, no sin antes mirarme molesta.
— Pide tu primero. — Dijo Marco sacándome de mis pensamientos.
— Un rollo de cangrejo empanizado, y una limonada natural por favor.
—Lo mismo. — Dijo Marco cerrando la carta para dársela al joven.
El joven recogió rápidamente nuestras cartas y dijo que regresaría en un momento con nuestros pedidos.
Marco se miraba molesto, pero cuando noto que lo miraba relajo sus facciones.
— Perdón por lo que acaba de pasar. — Dijo apenado. — No pensé que esto fuera a pasar
— No tienes por qué disculparte. Perdón yo, por espantarte a la rubia.
—No saldría con alguien que te habla de ese modo.
— Solo estaba un poco celosa, no pasa nada. — Dije con una pequeña sonrisita.
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No me olvides Markitos Toys -Terminada- Parte I
Science FictionCuando a Elena Alcaraz alcanzó una edad madura los más jóvenes la miraban como alguien a quien respetar, alguien madura, con cientos de buenas historias las cuales no se cansaban de escuchar. "Es una pena" pensaban todos al verla. Pero había una his...