— Así es, Marco Vivanco. Y sii es nueva.
— Me sorprende que alguien de tu edad tenga algo tan lujoso.
Me puse nerviosa al escuchar el comentario de mi padre.
— Me gusta ahorrar. — Dijo marco intentando sonar casual.
Mi padre solo asintió y miraba la camioneta de arriba a abajo.
Cuando llegamos a tacos mi padre se sentó frente a Marco, quien miraba a todos lado menos al frente.
— ¿Y como te ha ido papá?
— Bien, solo tengo 3 días de descanso. Voy a visitar a tu madre y a tu hermano. Pero quise pasar a verte. Mañana en la tarde sale mi vuelo.
— Pensé que te quedarías más días — dije con decepción en mi voz.
Marco giró instintivamente a verme al escuchar el tono de mi voz.
— No puedo mi niña, ya compré los boletos. Está solo era una escala.
Sonreí triste. — Bueno... Cuéntame... ¿Cómo has estado?
— Bien, mucho trabajo, muchos viajes. Tu primo próximamente será ascendido.
— Quien diría que ese plebe desmadroso terminaría de Sargento. — Dije riendo.
—ya ves... Y dime, Marco. ¿En qué trabajas?
— Ayudo a mi padre en venta de auto partes, y en la siembra de algunas tierras.
— Mmmm. — Dijo mi papa entre no muy convencido y tirandolo a loco.
— Es muy trabajador, papá. Cómo tú y le gustan las camionetas. Se quiere comprar una Jeep.
Mi padre arrugó la nariz. — No me gustan las Jeep son muy cuadrada.
Un poco arta pise "por accidente" a mi padre bajo la mesa.
En ese momento sono el cel de marco y se disculpo parándose para contestar.
Cuando mi padre noto que estuvo lo suficientemente lejos habló.
— ¿De dónde sacaste a ese individuo?
— Es amigo del novio de Fer.
— Mmmm... Amigo del novio de Fer, y para los gustos de Fernanda... Hija no quiero que te lastimen o te pase algo y él no parece de fiar.
— Dale una oportunidad, papá.
Mi papá me miro serio.
— Es tu segundo novio....
— Paapaaa es el primero, el de la prepa no contó. — Dije riendo.
— bueno, está bien.
Giramos a ver a Marco quien colgaba el teléfono y se acercaba a nosotros.
— Se amable. — Dije bajo.
— ¿Y dime Marco, que carrera piensas estudiar?
Valió madres, pensé.
— No creo estudiar una carrera.
— Ah...
— Papá, a él también le gusta cazar y todo eso de puntería.
— ¿En serio? — Pregunto mi padre extrañado.
— Así es, mi abuelo me enseñó con una carabina 30 30
— ¿De verdad? — pregunto mi papá con una sonrisa. — Yo tenía una, Elena ¿recuerdas el rifle colgado en mi oficina?
Apenas abrí mi boca para contestar pero mi padre me interrumpió. — Ni has de saber cuál era. — Dijo girandose de vuelta a Marco para hablar emocionado. Yo abrí mi boca en forma de ofendida pero la verdad es que ninguno de los dos me hizo caso, hablaban de miras, calibres, rifles, pistolas yo solo mis miraba. En un momento mi padre soltó una carcajada mientras Marco le contaba una historia de un día que fue a cazar, él aprovecho para tomar mi mano por debajo de la mesa y mirarme con una sonrisa preciosa.
Estaba aliviado y feliz, lo podía ver en su mirada, después gire a mi padre quien se limpiaba las lágrimas de la risa.
— No, marco. Será un placer recibirte un día en el cuartel, seguro la pasarás bien con los muchachos.
— Será un placer ir algún día.
Lo apreté ligero la mano de Marco, de verdad estaba contenta que él y mi padre se llevarán tan bien. Cuando terminamos de comer.
— Ire al baño un momento antes de irnos. — Dijo mi padre parándose del lugar.
Cuando se alejo marco beso mi mejilla. — Te miras contenta. — Dijo
— Me alegra mucho que tú y mi papá se lleven bien. Quien diría que lo que aprendiste en tu trabajo te uniría con él.
— No todo fue en el trabajo. Mi abuelo realmente me enseñó a tirar y mi padre.
— ooh, pues estoy feliz que lo fuera así.
— Listo, ya nos podemos ir. — Dijo mi padre llegando.
— Pereme, deje pido la cuenta. — Dijo marco levantando la mano.
— Ya la pague. — Dijo mi papá.
— Nombre por qué hace eso.
— Yo invito. Ya que ustedes me llevarán a dar unas vueltas y mañana temprano al aeropuerto.
— con gusto, ya sabe. — Dijo marco.
— Pues primero ocupo ir a comprar un regalo para tu mamá. — Dijo mirándome mi padre.— Y otro a tu hermana.
— Podemos ir a la plaza. — Dije mirando a marco.
— Vamos a la plaza. — Segundo Marco
Al llegar a la plaza y pasamos toda la tarde ahí. Mi padre no paraba de contarle historias de pequeña mías a Marco, lo cual era muy vergonzoso pero de una forma bastante agradable verlo platicar tan fluido.
— Te lo juro, era la bebé mas cachetona que jamás había visto, estaba toda inchada y roja, unos ojotes que parecía que estaba asustada todo el tiempo.
— Papá ya!! Que no se se supone que todos los papás ven bonitos a sus bebés.
— pues no estoy diciendo que estabas fea. Cachetona y ojona dije.
— Todavía. — Dijo marco.
Yo me gire a verlo y mi padre solo jalo uno de mis cachetes. — De niña tenía como 3 kilos más de cada uno.
Solo negué y les entregué todas las bolsas de cosas. — estoy cansada. — Dije.
— Si nomás has comprado.
— es cansado comprar.
— Ya vamonos a descansar pues. — Dijo mi padre. Marco nos llevó al departamento y nos ayudó con las cosas.
Nos pudimos a ver una película los 3, fueron 2 contra 1 así que vimos Creed.
Cuando oscureció marco se despidió y le dijo a mi padre que volvería temprano para llevarlo al aeropuerto.
Cuando marco iba a atravesar la puerta mi padre se dió cuenta que sus pastillas para dormir se habían acabado, así que le pidió a Marco si lo llevaba a una farmacia. Marco acepto y fuimos los 3.
Cuando casi llegamos había una fila enorme en el boulevard.
— Que raro. — Dije mirando los carros.
— Un choque tal vez. — Dijo mi padre.
A medida que avanzabamos lentamente notaba a Marco nervioso.
— Se pueden bajar del vehículo, porfavor. — Dijo un policía del lado de Marco.
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No me olvides Markitos Toys -Terminada- Parte I
Science FictionCuando a Elena Alcaraz alcanzó una edad madura los más jóvenes la miraban como alguien a quien respetar, alguien madura, con cientos de buenas historias las cuales no se cansaban de escuchar. "Es una pena" pensaban todos al verla. Pero había una his...