VII

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- Pero que hermosa niña - Dijo la amable anciana para acercarse a mi y jalar mis cachetes. Para estar grande tenía mucha fuerza.

- Abuela, basta. Le dejaras roja la cara.

- Es la primera muchacha que traes. Déjame conocerla.

El nerviosismo aumento y no sabía que decir.

- Bueno, es por qué ella es especial. - Dijo Marco mirándome. Su abuela también me miraba con una sonrisa.

- Al fin llegaron - Dijo el chiquete llegando al lugar con Fer

- ¿Que tal el camino, eh? Hermoso ¿Verdad?

- Si, - me apresure a contestar, - realmente bonito

- Escuché la voz de mi muchachito, dónde está mi pequeño Marcos. - la voz de una señora se escuchaba dentro de la casa.

- ¡ Aquí estoy tía Lupita ! - Grito Marcos hacia dentro de la casa.

Rápidamente apareció una señora que la verdad, parecía una joven, un cuerpo voluptuoso pero bien formado. - Mi niño, aquí estás - Dijo abrazando a Marcos.

Marcos la abrazo cariñosamente y al separarse me presentó.

- Mire tia, ella es Elena, viene a pasar conmigo el cumpleaños de la abuela y el fin de semana.

La señora me dio un abrazo muy familiar saludandome y diciendo lo bonita que era.

La verdad es que seguí bastante tímida.

- Me sorprende lo tímida que es, - Dijo una voz en el umbral,- tomando en cuenta las zorras con las que sales. Aunque... Todavía falta conocerla.

- ¡Tina! - la reprochó la tía de marco, era una joven también bastante voluptuosa, y un hermoso cabello rubio largo. - Disculpala, mija. No le hagas caso.

- Ven, Elena. Te llevaremos a conocer el establo. - Dijo el chiquete tomandole la mano de Fer

Yo solo asenti y dije compromiso nerviosa a la tía y abuela de marco.

- Ve tu con ellos, yo acomodare nuestras maletas. - Dijo Marco serio.

Una vez que estuvimos fuera de la casa y estaba segura que no me escucharían me relaje un poco más. - Gracias por salvarme. - Dije finalmente.

- Creo que es lo mínimo que podíamos hacer, después de lo incómodo que actuó Cristina.

- ¿Quien es ella? - pregunté intentando parecer desinteresada.

- Ella, es una muchacha que ayuda en los labores de la casa a la Nana Regina, antes la madre de Cristina era la que la ayudaba así que Cristina siempre estaba en la casa y solía ser amiga de Marco. Cuando éramos niños la mamá siempre se la quiso encajar a alguien de la familia, primero a los primos mayores de marco, y después a él.

- Pero él nunca accedió y ella se enojo.

- No... Bueno... Es que... - Enrique suspiró- Marco no es un santo y tú ya lo sabes, pero realmente intento algo serio con Cristina cuando éramos más chicos, pero él siempre fue vago, y llegó el punto dónde quería disfrutar la vida, fue sincero con ella, quería hacer su desmadre y la dejo. Ella lo seguía buscando, lo seducía, pero él ya no quería algo serio. Luego ella se molestó con él y desde entonces lo odia.

- Eso significa que no tienes nada de que preocuparte. - Se apresuró Fer.

- Fernanda... - Dijo el chiquete serio.

- Tengo otra pregunta... - Dije parando de caminar.

- ¿Por qué Marco me trajo aquí? Esto es una fiesta familiar.

No me olvides Markitos Toys -Terminada- Parte IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora