Capítulo 44: Espaguetis

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-¿Tenés espaguetis? - le preguntó Juliana a Niall, ya en la cocina de su casa. Habían salido del estudio de grabación, sonrientes y tomados de la mano, envueltos en una nube de dulzura que los había absorbido por completo. Habían hecho el viaje en auto completamente relajados y escuchando a James Brown. La rubia no pudo evitar carcajear ante los intentos del irlandés por imitar al rey del soul.

-Claro, en algún lugar - respondió él, rascándose la nuca con indecisión.

-Es muy triste que no sepas donde está la comida en tu propia casa, ¿lo sabes, no? - le preguntó ella, divertida.

-No te burles - le reprochó él, sonriendo - no estoy nunca acá. Elizabeth se encarga de tener todo abastecido. Yo me limito a comerlo.

-Sí, no dudo de eso - bromeó.

-Acá están - comentó triunfante el dueño de casa, tras revolver en varios de los placares.

-Ya era hora - se burló la rubia.

-Cállate. Eres insoportable, no sé ni cómo te tolero… - el rubio pretendía hacerse  el ofendido, pero le salía pésimo.

-Porque me quieres - aventuró ella, tímida.

-Cierto, debe ser por eso - aceptó él y la abrazó por la espalda, rodeando su cintura con los brazos, mientras ella vertía los espaguetis en el agua hirviendo.

-Haré una salsa rápida. ¿Crees poder esperar? - le preguntó burlándose.

-¿Por ti? Toda una vida.

-Eres tan cursi - se rió.

-Estoy tratando de ser romántico por aquí - reprochó él.

-Sí, bueno, tampoco nos empalaguemos - respondió, mientras revolvía en su heladera. Estaba completamente llena y su curiosidad estaba a niveles insospechados. ¿Qué será esto?, pensó mientras agarraba un pote verde oscuro. Había muchos ingredientes que no conocía y quería experimentar con ellos -¿qué es esto? No entiendo lo que dice.

-Tampoco yo entiendo porque está en árabe - le respondió - pero es picante.

-Tú y el picante - dijo ella con una mueca de asco y dejó el pote con pesadez en la heladera. Terminó sacando cebolla de verdeo, panceta y crema.

-¿Qué harás con eso?

-No tengo idea, la verdad. Experimentemos - propuso con una sonrisa extendida y brillante.

-Pareces una niña pequeña - observó él.

-Bueno, sabes lo que me gusta cocinar…

-Y es precioso verte - agregó con una ligera sonrisa. Juliana se sonrojó, incapaz de tomar real conciencia de que estaba coqueteando con Niall, que lo había besado, después de soñarlo por tanto tiempo, después de esperar tanto tiempo. La uruguaya estaba convencida de que no había mujer más afortunada en el mundo que ella. Sabía que había encontrado el hogar en brazos de Niall y esperaba disfrutar cada momento que tuviesen.

-¿Quieres poner la mesa? - le preguntó ella, tras cortar de forma simétrica la cebolla.

-¿Y si comemos en la sala? ¿Mientras miramos una película? - propuso claramente entusiasmado.

-Sí, como quieras. Después de todo es tu casa - bromeó ella, comenzando a cortar pequeños trozos de panceta - pero ¿puedes prender la estufa? Hace un frío de mierda.

-Ese vocabulario, Juliana - comentó fingiendo asombro.

-Convives con diez hombres, estoy bastante segura de que has escuchado cosas peores - puntualizó alzando las cejas.

Preguntando se llega a One directionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora