Capítulo 24: Sophia.

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Juliana soñaba con esculturas de bronce, cuando el celular interrumpió la visita al Partenón. Con los ojos cerrados y completamente dormida, tanteó por la mesa de luz, buscando su celular y tratando de apagar la alarma. Se acomodó para seguir durmiendo, cuando el celular volvió a sonar. Entre neblina su cerebro procesó que era una llamada. Atendió con la voz completamente gangosa y adormilada.

                -Ya me levanto, mami - dijo en español. Su madre solía llamarla tanto para despertarla como para hacerle acuerdo que debía tomar su medicación.

                -Soy Liam, Juliana, si me hablas en español no te entiendo - contestaron desde el otro lado de la línea.

                -¿Mm? - su cerebro seguía notablemente adormilado.

                -Soy Liam - recién entonces comprendió que le hablaban en inglés y que no era su madre quién había llamado.

                -¿Liam? - su voz era gangosa y adormilada. Entre despertares, Juliana pensó que se sentiría avergonzada si no fuese que hablaba con Liam.

                -Siento haberte despertado - al parecer, era demasiado obvio.

                -No hay problema, ya era hora de despertar - se incorporó en la cama y se frotó los ojos - ¿cómo estás?

                -Muy bien, ¿y tú? ¿Dormiste bien? - la pregunta era sumamente amable y Juliana sonrió por su preocupación.               

                -Como un bebé - y no pudo evitar sonreír ante sus históricos sueños.

                -¿Estarás ocupada hoy?

                -No tengo nada planeado y, que yo recuerde, no quedé con ninguno de ustedes.

                -¡Fantástico entonces! ¿Quieres almorzar con Sophia y conmigo? - se podía notar la ilusión en su voz y aquello la enterneció.

                -¿Ya está aquí?

                -Si, acabo de recogerla en el aeropuerto.

                -¿Por qué a mí me fue a recoger Zayn entonces?

                -No empieces, Juliana. ¿Quieres venir? - su pregunta era muy tonta.

                -¡Por supuesto que quiero ir!

                -Oh fantástico - su voz sonaba entre sorprendida y emocionada.

                Al cortar con Liam ya no podía volver a dormir y, además, era hora de levantarse. Se dio un baño rápido, se lavó el pelo, lo peinó y le sacó la humedad con una toalla. Con un pelo enrulado como el suyo debía dejarlo secar al natural. Se puso una pollera turquesa de tiro alto, que de inmediato le recordó a Louis por lo que sonrió, una musculosa blanca y sandalias negras. Agarró 50 sombras de Grey y bajó a desayunar. Leyó mientras tomaba café con leche y resintió que no hubiese chocolatada. Leyó mientras mordía una tostada. Se trasladó hacia el hall del hotel y siguió leyendo. Apenas fue consciente de la gente que la miraba extrañada, apenas fue consciente del tiempo que pasó, lo único que podía pensar era en la relación explosiva entre Anastasia y Christian.

                -¡Juliana! - se sobresaltó al escuchar su nombre y buscó entre el hall la voz que la llamaba. Allí estaba Liam, vestido de manera informal con una camisa cuadriculada gris y negra, jean azules y zapatillas blancas. Tenía una gran sonrisa en su rostro y se acercaba con prisa.

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