Capítulo 22: Campeonato de play

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El silencio en la camioneta era tan aplastante que Juliana pensó que se hundiría en el cómodo asiento. No tenía idea a dónde iban, pero tampoco quería preguntar, pensaba que si rompía el silencio él la insultaría. Después de la espléndida sonrisa que le había regalado, no había hecho ningún intento por establecer una conversación y ella era muy buena captando indirectas. Asimismo, el silencio era insoportable y se tomó el atrevimiento de encender la radio, ignorando la cara de desconcierto de Zayn, que la miraba asombrado por su accionar.

                En la radio sonaba Big girls dont cry de Fergie y Juliana comenzó a cantar sumamente bajito, apreciando la ironía de la canción. Zayn conducía con experticia y no la miraba para nada, a pesar de que sabía que la escuchaba. Veía las luces pasar con rapidez y no podía creer que estaba en Londres, la mismísima Londres que había sido fundada por los romanos, su intrincada mente histórica estaba a punto de estallar. Diez minutos y cuatro canciones después, Juliana se atrevió a hablar.

                -¿Dónde estamos yendo, exactamente? - su voz sonó mucho más endeble de lo que debería y se reprochó por mostrarse débil ante el mal humor del joven.

                -A tu hotel - contestó el con simpleza y los ojos en la carretera.

                -¿Queda muy lejos?

                -Cinco minutos - le anunció, como si fuese un chofer de taxi y Juliana sonrió. Justo cuando pensaba que no diría nada más y que debería volver a cantar bajito para distraerse, él dijo: y luego vamos a una fiesta en la casa de Niall.

                -Eso suena divertido - los nervios se instalaron automáticamente en su estómago al pensar que vería a los cuatro muchachos, que habían sido tan importantes en sus vida durante los últimos meses. Comenzó a preocuparse de qué decir y cómo actuar ante sus ídolos, cuando pensó que ellos eran ya sus amigos y que debía actuar con total naturalidad. Hablar con ellos por las redes sociales le había hecho perder la perspectiva de quiénes realmente eran, y a pesar de que los nervios se instalaron en ella, comprendió que estaba a punto de verse con sus amigos y sonrió, siendo gobernada, ahora, por la impaciencia.         

                Habían pasado tres pegadizas canciones pop cuando llegaron al hotel y nada tenía que ver con la austeridad que le había pedido a Louis. Era lujoso, más lujoso que cualquier otro hotel que hubiese estado y totalmente innecesario. Zayn supo apreciar el descontento en su rostro y sonrió. Un botones le abrió la puerta del auto y la ayudó a bajar. Totalmente innecesario, pensó. Subió los pocos escalones de mármol oscuro que los separaban del vestíbulo y en cuanto entró al hotel, Juliana pensó que mataría a Louis. Estaba a punto de tomar su maleta y darse media vuelta, en busca de un hotel coherente con sus necesidades, cuando se percató que Zayn era el que la tenía y que se dirigía hacia el mostrador de mármol blanco. Juliana no tuvo otro remedio que seguirlo, despotricando en español durante el camino.

                -No soy Niall, deberías hablar en inglés si quieres que te entienda - le dijo él con cierto desagrado, mientras esperaban que los atendieran.

                -Este hotel es demasiado para mí y mis necesidades. Es demasiado lujoso y no lo quiero, no quiero que gasten semejante cantidad de dinero en una cama y un baño - su voz sonaba soberbia y Zayn se dio cuenta que iba en serio su planteo.

                -Lo siento, rubia, soy solo el mensajero. Deberías hablarlo con Louis - y se encogió de hombros, con una divertida mueca en su rostro. Juliana se cruzó de brazos e incluso llegó a hacer un puchero, pero poco le importaba parecer una niña pequeña siempre y cuando hiciera valer su punto.

Preguntando se llega a One directionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora