Capítulo 54: Mullingar

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El corazón le estalló de alegría cuando abrazó a Bobby. De cierta forma, ese hombre se sentía como un referente paterno y realmente apreciaba suficiente su punto de vista como para tomarlo en cuenta. Asimismo, Juliana sabía que un hombre que había criado de forma tan magnífica a Niall, tenía que ser una buena persona. Sonrió.

            -No puedo creer que  estén aquí - soltó él, deshaciéndose del abrazo con la rubia y abrazando de manera masculina a su hijo. Juliana sonrió ante la imagen.

            -¡Papá! - se quejó Niall, algo avergonzado. Juliana rió.

            -¿Cómo estuvo el vuelo? - les preguntó cuando se separó de Niall. El rubio se dirigió a la cajuela del auto para sacar sus valijas. Juliana pensó de inmediato que debería lavar unas cuantas prendas de ropa, cuando su valija de corazones tocó el suelo. La agarró por la manija y comenzó a tirar de ella, mientras le contestaba a Bobby.

            -Muy tranquilo por suerte y el camino hasta aquí - suspiró - Dublín es hermoso.

            -Niall, ¿dónde están tus modales? Lleva su maleta - lo retó su padre.

            -Mis modales llegan hasta su testarudez - contestó con sencillez. Juliana sintió la necesidad de explicarse:

            -Estoy tratando de hacerle entender que puedo hacer cosas por mí misma - e hizo una mueca divertida.

            -Oh, entiendo. Mujer modernas - y bufó, probablemente pensando en su propia esposa - entremos, entremos, Agnes está poniendo la mesa.

            -¿Ya vamos a comer? - preguntó sorprendida, mientras caminaban hacia la casa. Ni siquiera había oscurecido, pensó asombrada.

            -Acá se come temprano - contestó Niall, con una sonrisa generosa. Juliana se perdió en el brillo de sus ojos por un minuto.

            La casa donde Niall se había criado era muy sencilla, pero asombrosamente acogedora. El piso estaba completamente alfombrado de color beige y las paredes eran blancas, aunque fotos de Niall y Greg, incluso de Theo, adornaban todo el lugar. Sabía reconocer la diferencia entre una simple casa y un hogar, pensó la rubia, y ciertamente en este caso, se trataba de lo segundo.

            -Dejen las valijas acá. Comeremos enseguida - anunció Bobby, dirigiéndose hacia lo que Juliana supuso sería la cocina.

            -Necesito de manera urgente un baño - exclamó con seriedad. Su madre siempre le había inculcado con insistencia, la higiene personal antes de comer. Por lo que Juliana no podía evitar, religiosamente, lavarse las manos antes de cada comida.

            -Claro. Te acompaño al baño - dijo Niall, soltando su valija y guiándola a través del pasillo de la izquierda. Se respiraba un aire hogareño que la hacía acordar a su propia casa y se deleitó mirando las fotos de la infancia de Niall al pasar. Había sido un niño precioso.

            Juliana se abalanzó sobre el baño y se lavó las manos con vehemencia, mientras su novia la miraba con gracia desde el marco de la puerta, donde estaba apoyado.

            -¿Desde cuándo eres hipocondríaca? - preguntó con gracia.

            -Solo necesito lavarme muy seguido las manos - refutó ella mientras se refregaba los dedos con jabón - eso no me hace hipocondríaca.

            -Eres graciosa - le dijo con gracia.

            -Y tú eres asqueroso si no te lavas las manos - le contestó con una mueca que Niall encontró divertida, mientras se secaba con la toalla.

Preguntando se llega a One directionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora