Fue la clase más difícil que tuve que dar, pensó con cansancio Juliana tras salir del aula. Se desplomó con desprolijidad en una silla en la sala de profesores y apoyó la cabeza entre sus brazos. Apenas había entrado a la clase en la mañana, cuando sus alumnas la habían bombardeado a preguntas acerca de One direction y por más que insistió una y otra vez que contestaría todas las preguntas luego de clases, terminó haciendo lo que las adolescentes querían. ¿Qué había sentido cuando los vio? ¿A qué olían? ¿Qué vestían? ¿Quiénes estaban con ellos en el momento? ¿Cuál había sido su impresión al verlos? ¿Cómo había hecho para llegar hasta ellos? ¿Era periodista? ¿Habían coqueteado de verdad? ¿Los había besado a los tres? ¿Eran novios? ¿Hablaban por twitter? ¿Por teléfono? ¿Se volverían a ver? Cuando había que preguntar sobre hechos y personajes históricos, sus alumnas eran más bien sumisas y tiernas, pero en cuanto las palabras One direction sonaron se convirtieron en alocadas y activas adolescentes fanáticas. Había sido la clase más dura de su vida.
Había contestado todas las preguntas de la forma más diplomática y correcta posible. Las respuestas cambiaron cuando llegó a la facultad. Pablo fue el primero en abordarla, junto con Lucía y Valentina.
-Tres hombres peleando por tu amor - se burló Valentina, sonriendo con gracia. A pesar de haber compartido dos años con ella, aún no decidía si le caía bien o mal.
-¿Cómo te metiste en eso? - le preguntó intrigada Lucía.
-Entiendo a qué te referías - le dijo Pablo, haciendo clara referencia a la charla del día anterior sobre el coqueteo.
Trató el tema con sarcasmo y mucho humor como solía hacer al contar una anécdota. No faltaron las bromas ni las carcajadas de sus compañeros.
-Así que eres famosa ahora - dijo Viviana y no había que ser un experto para notar la envidia de su voz. Juliana arrugó la nariz e intentó ignorar el comentario.
-¿Y ahora? ¿Qué harás? - le preguntó Lucía, claramente la más intrigada del grupo. Pablo y Oscar, los hombres del grupo, las miraban con diversión y cierto aburrimiento.
-¿Qué haré con qué? - repreguntó.
-¿Seguirás hablando con ellos? - a pesar de que sabía que la pregunta de Lucía surgía de su curiosidad y simpatía, también sabía que no era un ambiente cien por ciento seguro como para soltar una respuesta absolutamente sincera. Luego le contaría a Lucía cómo habían sido las cosas en verdad. Solo en ella y en Pablo confiaba a ciegas.
-Simplemente hubieron un par de intercambios de tweets. Eso fue todo - y se encogió de hombros, quitándole importancia. Esperaba que Viviana quedara lo suficientemente contenta con esa respuesta - de cualquier forma, les aseguro que sus preguntas fueron mucho más leves que las de mis alumnas. ¡Dios, pensé que esa clase no terminaba nunca! - usó el cansancio y el sarcasmo necesario y suficiente en la frase para dar por finalizada la charla y para desviar, a su vez, la verdad que allí se ocultaba.
Fingió ir a la fotocopiadora con Pablo y Lucía para sacar material y aprovechó para soltarles la verdad a ambos. Por supuesto, el muchacho estaba mucho más informado al respecto. Por un segundo Lucía se ofendió por haberse enterado tan tarde.
-Olvidaré mi enojo para felicitarte por tener detrás de ti a tres hombres. No es para nada mi tipo de música - aclaró firme - pero que son lindos, son lindos.
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Preguntando se llega a One direction
Fiksi PenggemarUna fan cualquiera, en el tumulto de un hotel cualquiera, interrumpe una acalorada discusión que, por fortuna, la catapulta directamente a una divertida entrevista con One direction. Al levantarse aquella mañana no esperaba semejantes acontecimiento...