El rocío de la mañana había mojado el césped, pero poco le importaba mojar su ropa. Niall, Basil e Ian se encontraban a unos cuantos metros, conversando entre sí junto a la camioneta, mientras Juliana tenía contacto con el Neolítico. Por un momento, creyó que se pondría a llorar. Se habían levantando muy temprano a la mañana para ir hasta Stonehenge y la emoción burbujeó dentro del auto de manera inmediata. Habían tenido un pequeño intercambio de opiniones con Ian, pero no había dejado que la afectara.
-Iremos en nuestra camioneta - había declarado Basil de manera firme. Estaba claro que se encontraba en el papel de guardaespaldas.
-Pero tú no conoces el terreno - refutó Ian - será mejor que vayamos en mi auto - el desconcierto en su voz era extrañamente gracioso.
-Puedes guiarme, si quieres, pero iremos en nuestra camioneta y no hay discusión al respecto - su tono de voz no dejaba lugar a réplicas y por un momento, Juliana agradeció que un tipo tan resuelto se ocupara de la seguridad de Niall.
Aquella mañana se había despertado con el irlandés en su espalda, besándole el cuello y de inmediato pensó que no habría forma mejor de despertar. Habían generado una cercanía muy íntima que la emocionaba.
En cuanto llegaron a Stonehenge, la rubia tenía el corazón en la boca y prácticamente saltó de la camioneta en cuanto ésta se detuvo. Se acercó al primer menhir y lo abrazó con fuerza, casi esperando que la piedra le devolviera el contacto. Podía sentir la carcajada de Niall y los ojos de Basil e Ian en la nuca, pero se desinteresó de ellos. La Historia para Juliana era la música para Niall y poder tener contacto directo con restos arqueológicos de épocas pasadas, de siglos pasados, de milenos pasados, le llenaba el corazón de conmoción.
Había recorrido todo el crómlech, tocando cada una de sus piedras y, finalmente, se había acostado sobre el césped en medio del círculo de piedras. El día estaba nublado, pero se podía sentir el calor del sol en el rostro, cuando las nubes lo dejaban asomar. Tenía mucho frío, pero poco le importaba esa sensación de entumecimiento cuando estaba junto a una fuente histórica. Se moría por llamar a Lucía y a Pablo para contarles la experiencia.
-Eres muy extraña, ¿sabes? - le dijo Niall, mientras se acostaba en el césped con ella.
-Sí, no lo negaré - bromeó con una sonrisa, sin mirarlo.
-Ian se está preguntando si tienes algún tipo de trastorno - le contó el irlandés, mientras ponía su brazo derecho bajo la cabeza. Juliana juraría que se veía muy sexy y despreocupado. No pudo evitar carcajearse ante tamaño comentario.
-Probablemente lo tenga - logró decir entre risas.
-Nos contó la historia de este lugar y es bastante interesante - comentó de manera sencilla - pero realmente no entiendo por qué te emociona tanto.
-Soy una friki de la Historia, por eso - contestó, pero supo que Niall no llegaba a comprender sus sentimientos, de modo que añadió: estar acá es como poder hablar con las personas que construyeron esto... es tener contacto con el pasado vivo. Es impresionante, realmente impresionante. Además, en Uruguay todo parece que es un cuento, que todo es lejano, pero acá... en medio del crómlech, todo cobra sentido. Y esa energía, ¿puedes sentirla? Solo habla de lo maravilloso que es todo esto.
-Está claro que tienes facilidad para las palabras, amor. Pero ¿qué carajo es un crómlech? - de inmediato Juliana comenzó a reír - ojalá hubiese tenido un profesor tan apasionado como tu - le comentó con soltura.
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Preguntando se llega a One direction
FanficUna fan cualquiera, en el tumulto de un hotel cualquiera, interrumpe una acalorada discusión que, por fortuna, la catapulta directamente a una divertida entrevista con One direction. Al levantarse aquella mañana no esperaba semejantes acontecimiento...