Capítulo 36: Te quiero besar

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 El corazón se le detuvo por un segundo, estaba segura. Volvió a leer el mensaje una, dos, tres veces, asegurándose que fuese realmente cierto, asegurándose que realmente existía y no era un invento de su dormido cerebro. No sabía qué pensar, ni qué contestarle. Aunque su cabeza iba a velocidad vertiginosa, casi pudiendo sentir el sonido de sus neuronas conectándose, Juliana estaba en blanco. De modo que contestó lo único que pudo en el momento, sin tener en cuenta lo estúpido que sonaba.

No estoy en Montevideo.

 

Ok. Te acabo de hacer una declaración de amor y eso dices? Mujer, sí que sabes tratar a un hombre. Dónde estás?

 

En Madrid. El avión se retrasó.

 

Oh.

 

Sí, oh.

 

Esto se acaba de convertir en una conversación incómoda, no?

 

Nunca es incómodo contigo, Niall.

 

Entonces? Qué me dices?

 

No sé qué decir, en realidad.

 

                Y no mentía. La declaración la había tomado tan de sorpresa como una patada en el estómago y ciertamente no sabía cómo reaccionar. No se lo esperaba, ni tampoco se lo venía venir, de modo que sus defensas estaban completamente bajas, estaba vulnerable. Juliana sabía que nada iba a ser igual después de esa conversación.

No es algo que nunca haya pensado.  

 

                Se sinceró después de un par de minutos. Él había hablado con sinceridad y esperaba lo mismo de ella. Niall era un hombre sumamente atractivo y sí, había pensado en besarlo millones de veces, mientras era una fan, acostada en su cama, soñando imposibles. ¿Lo había pensado ahora que eran amigos? Juliana no estaba tan segura. Sus manos temblaban y parecía que hubiese un ejército de insectos en su estómago. Dios bendito, pensó asustada.

Qué cosa?

 

Besarte

 

                La conversación comenzaba a avergonzarla. Era de lo más surreal hablar con Niall de ese tipo de cosas. Con Niall, su amigo Niall, con el que había compartido un partido de fútbol, cenas divertidas. Sí, pero también compartise cama con él, habló una retorcida voz en la esquina de su cerebro. Juliana tenía que admitir, admitirse a sí misma que, aunque incómoda por la situación, dormir con Niall se había sentido normal y que mientras apoyaba la cabeza en su pecho, escuchando latir su corazón supo que podría hacer eso el resto de su vida.

En serio?

 

                Juliana casi podía imaginárselo sonriendo por un pequeño triunfo.

Preguntando se llega a One directionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora