Su sangre bullía y Juliana juraría que si no fuese por Lucía que la tranquilizó en el momento, se hubiese subido a un avión directo a Londres. ¿Qué carajo?, seguía pensando. ¿Otra vez esta mujer? No entiendo, se decía una y otra vez. Tenía que haber una explicación, trataba de convencerse, Niall la quería, ¿cierto? Y no lo haría semejante cosa, ¿cierto? De pronto una cantidad insana de dudas se materializaron en su consciente, bombardeándola con suficiente información como para tumbarla. Se tuvo que tomar un vaso de agua para tranquilizarse.
-Juliana, seguro que no es nada - le aseguró Lucía con seguridad.
-¿Seguro que no es nada? ¿Me estás jodiendo, Lucía? ¡Se fueron juntos! - le espetó molesta. No era nada satisfactorio sentir celos y mucho menos sentirlos a la distancia, sin poder confrontar a Niall a la cara para pedirle explicaciones. Por un momento supo lo que él había sentido cuando el asunto de Sebastián y no le gustó estar en sus zapatos. Con miedo, Juliana pensó que la distancia los mataría.
-No sé qué hacer - comentó angustiada por la situación - no sé qué hacer. ¿Lo tengo que llamar? ¿Qué hago? ¡Dios!
-Juli, podes hacer lo que consideres correcto, pero primero debes pensar. No lo abordes enojada porque así fue como él te abordó a ti y ya vimos como terminó todo - por alguna razón, Lucía era la voz de la consciencia y la rubia agradecía profundamente su compañía en esa situación.
-Sí, tienes razón - aceptó tras unos segundos - lo mejor será que dejemos el estudio para mañana, ¿te parece?
-Si, no tengo problema. Además, mi mamá ya no debe saber como es mi cara - bromeó su amiga, haciendo claras referencias a que hacía tiempo que no iba a su casa. Se despidieron con un fuerte abrazo y antes de que Lucía cruzara la puerta, dijo: pensá lo que haces.
Juliana agradeció por tener una amiga como la que tenía, que exudaba tranquilidad y siempre la incitaba a hacer lo correcto. Montevideo estaba caluroso en pleno noviembre y la rubia se acostó en la cama, con el ventilador prendido, para pensar en calma. Sin embargo, pensar en Niall y Bárbara Palvin en un mismo auto, yendo hacia algún lugar de Londres, la volvió completamente loca. Con bronca, tomó el celular y escribió:
Bárbara Palvin? En serio? DE NUEVO?
Bueno día para ti también.
Hablo en serio, Niall. Qué pasó con ella?
Dios, Juliana, nada pasó. Me extraña que preguntes, si sabes que mi elección es contigo. No lo has entendido hasta ahora?
Lo que sí entiendo es que estabas con ella, acaramelados en un restaurante, mientras yo estoy en la otra punta del mundo, estudiando.
Aquella frase le exprimió unas cuantas lágrimas. Sabía que la distancia sería difícil, pero no tenía idea que provocaba tanta inseguridad y ansiedad. ¿Cómo podía estar segura de que Niall le sería fiel si nunca se veían? ¿Cómo harían? Debía confiar en él, lo sabía, pero resultaba tan complejo. Sabía, por otro lado, que no tenía por qué reclamarle nada al irlandés, ellos no eran novios, no tenían una relación, solo hablaban por whatsapp y se prometían besos… su llanto se intensificó. Juliana se sentía en medio de una fuerte neblina, sin poder ver hacia dónde caminar, hacia dónde seguir. Estaba completamente perdida.
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Preguntando se llega a One direction
FanfictionUna fan cualquiera, en el tumulto de un hotel cualquiera, interrumpe una acalorada discusión que, por fortuna, la catapulta directamente a una divertida entrevista con One direction. Al levantarse aquella mañana no esperaba semejantes acontecimiento...