Juliana se despertó sobresaltada cuando el timbre sonó. Una. Dos veces. Miró a Niall que dormía a su lado en paz y sonrió. Tenía la boca ligeramente abierta y los lunares de su cuello resaltaban como las primeras estrellas en la noche. Tres veces. Supo que tenía que atender, puesto que el dueño de la casa estaba prácticamente inconsciente.
Con cuidado salió de la cama y se encontró con que estaba desnuda. Por un momento casi había olvidado todo lo acontecido la noche anterior, pero ahora que lo recordaba, podía sentir su piel hormiguear. Miró la habitación buscando algo con lo que cubrirse, pero terminó poniéndose una camiseta azul oscuro que sacó del ropero, a falta de otra prenda.
Bajó corriendo las escaleras, presurosa, procurando atender antes de que Niall se despertase. Abrió la puerta con confianza y una sonrisa, olvidando por completo que no era su casa y que debajo de la camiseta estaba desnuda. La cerró de inmediato, asustada. El timbre volvió a sonar con violencia. Oh, por Dios, pensó con pánico.
Liam acababa de verla semidesnuda abriendo la puerta de la casa de su amigo, y sabía que era suficientemente inteligente como para sumar dos más dos.
-¡Niall! ¡Niall! - gritó desesperada - ¡Liam está aquí! ¡Niall! - el timbre seguía sonando y Juliana iba a perder la cabeza de un momento a otro.
El irlandés bajó al minuto, completamente despeinado, con cara de dormido y únicamente usando un jean. Estaba segura que no tenía nada debajo. Juliana sacudió la cabeza, eliminando los pensamientos pecaminosos antes de que se formaran siquiera.
-¿Liam está aquí? - preguntó sin comprender, mirando hacia todos lados.
-Sonó el timbre como tres o cuatro veces, así que bajé a abrir. No quería que te despertaras - le explicó con pena - cerré la puerta enseguida cuando me di cuenta que era él.
-¡Puedo escucharlos! - gritó Liam desde el otro lado de la puerta.
-Será mejor que le abramos - razonó Niall, desanimado. Esa no era la forma en la que planeaba contarles la novedad a sus amigos - conociéndolo, no se irá hasta que así sea - hizo una pausa mientras se revolvía el pelo - será mejor que vayas a la cocina - su tono de voz era amable y supo que Niall lo arreglaría.
Mientras se apresuraba hacia la cocina, Juliana pensó que aún si Liam no la había visto semi desnuda, aún si no notaba su labial en la piel de Niall, podría saber qué había pasado la noche anterior en los ojos de su amigo, que brillaban como sólo brilla una estrella tras una supernova. Apostaba que sus propios ojos eran iguales.
-¿Te estás acostando con Juliana? - gritó Liam, segundos después de que la rubia escuchara la puerta abrirse.
-No es así, Liam - lo atajó Niall con suavidad.
-¡No puedo creerlo! ¿Dónde está ella? ¿Dónde está? - pudo sentir cómo los pasos se acercaban a la cocina y se ocultó detrás de la isla de mármol, procurando que su amigo no viese sus piernas desnudas.
-Aquí estoy, Liam - dijo, decidida a solucionar la situación.
-¿Te estás acostando con Niall? - preguntó escandalizado.
-No es así - repitió las palabras del irlandés.
-¿Y cómo es? - preguntó gesticulando de manera dramática.
-Somos novios - soltó ella, convencida de que a Simón no le gustaría la situación.
-¿Novios? ¿Cuándo pasó esto? - su tono sonaba más tranquilo, pero muy curioso - ¿desde el año pasado?
-Estuvimos hablando muchos desde que volví a Montevideo - explicó.
-Descubrí que me gustaba, ¿de acuerdo? - soltó Niall - así que ni bien se tomó el vuelo, se lo dije todo.
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Preguntando se llega a One direction
FanfictionUna fan cualquiera, en el tumulto de un hotel cualquiera, interrumpe una acalorada discusión que, por fortuna, la catapulta directamente a una divertida entrevista con One direction. Al levantarse aquella mañana no esperaba semejantes acontecimiento...