Los lunes solían ser días ajetreados. Daba clases en el liceo siete y media de la mañana, luego corría hacia la facultad para tomar Historia del Arte y luego recuperaba a la tarde Investigación educativa. Por lo que aquella mañana se levantó más temprano de lo usual, tomó un buen desayuno, medicación de por medio y emprendió hacia la parada del ómnibus para llegar al liceo. Los alumnos la recibieron con entusiasmo, como solían hacer, y varios de ellos le preguntaron qué tal estaba, dado que le había avisado a la profesora tutora sobre su operación y evidentemente ella se los habían transmitido. Sus alumnos eran muy tiernos.
En la facultad, sus compañeros estuvieron largos minutos carcajeándose por la experiencia que tuvo que pasar, que ella se había encargado de contar con mucho humor. No faltaron las características bromas de Pablo acerca del horror musical que era One direction y bromeó, tal como habían hecho sus primos, con la posibilidad que aquel mal gusto atrajera situaciones de mal gusto. De todas formas, y a pesar de sus risas, todos se preocuparon por su brazo, preguntando si le dolía o si necesitaba que le llevaran el bolso. Sus compañeros eran muy buenos y tiernos con ella.
Desde hacía un tiempo, estaba particularmente atraída por Pablo, pero como todas las situaciones de su vida, se trataba de un amor no correspondido, puesto que él estaba prendado de una de sus compañeras: Lucía. A Juliana aquello no le dolía demasiado, probablemente porque no estaba realmente enamorada, además que Lucía era una gran chica, así que no le molestaba la situación, sí resentía su mala suerte, que parecía seguirla a todos lados. Era una especie de compañera fiel, pensaba a menudo con amargura.
Mientras almorzaba en soledad, puesto que sus compañeros ya se habían ido y ella se quedaba a recuperar la materia que perdía a primera hora por ir a dar clases, pensó en Niall y en la conversación que habían tenido la noche anterior. ¿Realmente se habían peleado? ¿Podía eso ser posible y, a la vez, sonar tan disparatado? ¿Cómo habían llegado a esa situación? Ella había insistido que la estúpida pelea entre los tres cantantes era absurda, se le había ido la lengua comentándole que le causaba tristeza y el irlandés había comenzado a presionar. Eso lo recordaba, pero ¿cómo habían entrado en terreno peliagudo? Para eso no tenía respuesta.
Todavía pensaba que Niall no entendería la situación. No entendería lo que se sentía que jugasen con sus sentimientos, no entendería lo que era poder ver todo lo que podría tener pero saber que nunca lo tendrías. Él no comprendería, se dijo convencida. Juliana solía repetirse una y otra vez que era una chica fuerte, pero lo cierto es que era mucho más débil de lo que ella misma pensaba. Leandro había dejado un hoyo negro y profundo en su corazón, marcándolo de inseguridades e incertidumbres. Era apenas una niña de doce años cuando había creído estar enamorada de él, que era varios años más grandes que ella y entendiendo la vida de otra forma, ya siendo partícipe de la adolescencia, decidió jugar con sus sentimientos, haciéndole creer que sí sentía cosas, cuando todo había sido una mentira. Incluso, en una ocasión le había pedido ser su novia. En lo más profundo de su fuero interno, sabía que era una broma y solía rechazarlo una y otra vez, pero aquello no significaba que la ilusión no persistiera.
Cada vez que un hombre se acercaba a ella, de alguna forma u otra, veía en él a Leandro y la posibilidad de que jugara con ella y sus sentimientos. Pensaba que todo la miel que destilaban las palabras, eran una jugarreta que pretendía ponerla en jaque. Había sido muy insegura con todo, lo que había llevado a serlo también con su aspecto. Sí, tenía unos ojos bonitos y un cabello llamativo. Eso era todo. No creía merecer la atención de ningún hombre, porque si Leandro no la había visto, ¿por qué otro hombre le iba a prestar atención? Su adolescencia la pasó en una mezcla interminable y dolorosa de inseguridad e ilusión. Hasta que llegó Sebastián.
ESTÁS LEYENDO
Preguntando se llega a One direction
FanfictionUna fan cualquiera, en el tumulto de un hotel cualquiera, interrumpe una acalorada discusión que, por fortuna, la catapulta directamente a una divertida entrevista con One direction. Al levantarse aquella mañana no esperaba semejantes acontecimiento...