Capítulo 23: Antigüedad

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Juliana pensó seriamente en agradecerle a Louis por reservar habitación en ese hotel en particular, porque la cama era especialmente cómoda y calentita. Giró sobre sí misma y se tapó con la colcha blanca y justo entonces su cerebro despertó. Recordaba haber estado poco en su habitación, pero estaba bastante segura que la colcha era morada. ¿Dónde estaba? Abrió los ojos y se incorporó de golpe. La habitación era verde militar, de techo y molduras inmaculadamente blancas, al igual que la colcha y la madera del piso brillaba con intensidad. Su camisa de jean estaba colgada en una silla frente a un moderno tocador de vidrio, su bolso reposaba con tranquilidad en ella y sus zapatos estaban a los pies de la cama. ¿Dónde estaba?

Claramente seguía dormida, porque en cuanto sus neuronas conectaron entre sí, Juliana dedujo que estaba en casa de Niall, probablemente en una de sus habitaciones extra. Todo parecía indicar que se había quedado dormida antes de la gran final de FIFA y la habían subido a una cama, temerosos de despertarla. Podían ser sumamente tiernos cuando querían, pensó.

Por fortuna, solía tener más cosas necesarias en su cartera de las normales, por lo que cogió el neceser y fue hasta el baño, que estaba en la habitación misma. Parecía que Niall no había escatimado en gastos. Los pisos eran de cerámica blanca, las paredes de placas blancas veteadas con gris, tenía dos lavatorios de mármol blanco y un enorme espejo. Juliana se preguntó porqué Niall tenía un baño tan lujoso, casi de hotel, en una habitación para invitados. Supuso que cuando se era millonario, los baños de invitados no eran un problema. Quedó asombrada al pensar que, varios de los chicos con los que había estado bromeando ayer, comiendo pizza y jugando al play eran millonarios y, sin embargo, actuaban como cualquier joven de su edad. Ojalá todos los jóvenes artistas tuviesen su estabilidad.

Sacó el cepillo de dientes del neceser, la pasta y procedió a lavarse los dientes. Esperaba que Niall tuviese un buen desayuno, tenía hambre. Se lavó la cara con intensidad y le sonrió a su reflejo que, evidentemente, estaba más repuesto con las horas de sueño. Se calzó las chatitas y se abrochó por completo la camisa, al parecer Louis no mentía cuando decía que refrescaba. Los vellos de sus brazos se erizaron.

No tenía idea en qué parte de la casa estaba y estaba a punto de gritar por ayuda, cuando sintió el olor a café y simplemente se dejó guiar por su olfato. Bajó las escaleras y se encontró con un pasillo amplio, cruzó una abertura y allá estaba Niall. La cocina era sumamente luminosa, amplia, de pisos de madera lustrada, de muebles negros y mármol gris. Niall le sonrió a Juliana en cuanto la vio entrar. Estaba sentado en la isla, tomando un café. Tenía el pelo mojado, lo que se lo dejaba muy oscuro, el mismo pantalón deportivo gris que traía la noche anterior y una remera azul. Se veía muy apuesto y de inmediato la invadió una sensación de intimidad tremenda, desayunar junto a una persona a la mañana era muy personal. Juliana se sonrojó. Caminó hacía él y le dio un beso en la mejilla antes de que se diese cuenta.

-Buen día - le sonrió, aún con sus mejillas rosadas. Los ojos de él centelleaban y su sonrisa iluminaba toda la estancia.

-Buen día, pequeña. ¿Cómo dormiste? Cuando fui a verte estabas roncando profundamente- aunque de rutina, la pregunta le pareció tan tierna saliendo de sus labios.

-Yo no ronco y sí, dormí espectacular, para ser honesta. Tu cama es de otro mundo - en una mente como la de Louis eso sonaría increíblemente mal - ¿Quién ganó ayer?

-Estás en presencia del campeón del torneo FIFA setiembre 2014 - y carcajeó - te dormiste antes de que empezáramos y Liam te subió - la idea de haber estado en brazos de Liam era entre vergonzosa y alucinante.

-Siento habérmelo perdido - e hizo una mueca, demostrando su pena - ¿Josh quedó destrozado?

-Agonizando. ¿Café?

Preguntando se llega a One directionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora