//Líquido violetta//

1.1K 126 18
                                    

- ¡Elena Adams!- de nuevo estábamos en ese oscuro cuarto, en donde yo era la primera en salir. Los oficiales me tomaron de los brazos para acercarme a la puertecilla abriéndose pero simplemente mi cuerpo no daba a más.

- Hey, ven aquí- Jacob me sostuvo al instante- Si no quieres salir, no hay problema- murmura- Solo dilo y esto se cancela para ti.- no quiero llorar, detesto hacer que las personas me vean débil y solo puedo ahogar mis sollozos. Derek y Lila intercambiaron miradas al verme en ese estado, Jacob seguía esperando mi respuesta, todos lo hacían, porque todo el bullicio de allá afuera comenzó a gritar en coro por mi nombre- ¿Lo escuchas?- me corre los mechones de la frente- Ellos te apoyan, todos lo hacemos.

- Adams- Neal me mira desde el centro del quiosco. Estoy a punto de rendirme, pero no lo haré, no permitiré que me vean caer.
Di un suspiro para mentalizarme y armada de valor dejé a todos atrás, corriendo las lágrimas de mis mejillas y saliendo a la luz, causando que la misma oleada de ruido se aumentara. Neal me detuvo ahí con ellos- Tú eres la primera, así que mejor ni te sientes.- avisa sosteniendome un hombro mientras procedía llamar a los demás. Un denso rayo de sol me daba en las manos, manos que siquiera quiero ver ahora, de tan solo hacerlo recuerdo lo que le prohibí a mi mente mencionar por ahora.
Todos pasaron por mi lado para comenzar a sentarse y empezar con todo esto, el bullicio bajó y Joanna tomándome del brazo suavemente me llevó al centro de ese lugar, un hombre con una buena jeringa me estaba esperando.

- Se ha decidido que hoy las preguntas serán realizadas por cuatro de los profesionales que vinieron a juzgar esto- avisa la mujer devolviéndose junto a Neal- Rachel West una de los jueces presentes eligió interrogar a Elena.- terminó de decir en cuanto la mujer bajaba del podio poniéndose frente a mí, ignorando el peligro que podía tener esa acción, una especie de micrófono estaba entre ambas y la gran pantalla que antes mostraba nuestra simulación ahora servia solo para que todos vieran mi persona durante este proceso.
Aunque mi cabeza estuviera gacha noté como la alta mujer frente a mí asintió mirando a los abogados, seguramente dando a entender que ya podíamos empezar.

- Todo listo- asiente Lodguice- ¿Te gustan las agujas, Elena?- burla- Lo que le inyectarán es una dósis de una nueva droga que alteraron para poder adormecerla un poco, así será más fácil que digan la verdad. Del contrario les dolerá así que, ustedes deciden.- El hombre a mi lado jaló mi brazo para buscar alguna vena, en lo cual no tuvo problema ya que mi palidez permitía ver las líneas verdes y azules debajo de la piel, insertó la aguja, supongo que era bastante gruesa porque hizo un toque mayor de presión para hacerlo, por fin exprimiendo un liquido con tono violetta.

- Mjh..!- estaba llena hasta los 60 ml y al parecer todo se debía acabar.

- No te muevas- me aprieta la muñeca. Cuando volvió a sacar la aguja, la dosis actuó de inmediato, pero no me sentí adormecida, al contrario sentía muchísimo impulso, eso ignorando que si quería hacer algún movimiento brusco, el cuerpo no me lo permitía.

- Primero que todo me presento- Rachel West me mira- Soy la jueza West, ejerzo mi trabajo en Carolina del Norte y hoy te haré unas preguntas ¿muy bien?- ella hacía parecer como si estuviéramos solo las dos ahí, como si nadie más me estuviera escuchando.- ¿Jovencita...?

- No me pregunte si muy bien o lo que sea, de todos modos lo van a hacer- Demonios... mi yo consciente no diría eso. Maldita sea esta mierda de dosis si funciona.

- Vaya- parecía querer reír pero en sí estaba bastante seria- De acuerdo, evitemos las tonterías y comencemos entonces.- siquiera tengo el miedo de mentir, no debería hacerlo porque yo no hice nada.- ¿Como te llamas? Tu nombre completo.

- Dennis Elena- no puedo evitar dejar de mirar al suelo. Quiero que esto me distraiga pero es inútil.

- ¿Que edad tienes?

- Diecisiete.

- Me dijeron que cumpliste años ayer, ¿es verdad?- por Dios, ya, que deje de mirarme fijamente.

-.... Si.

- ¿Te regalaron algo? ¿Qué.. exactamente?- ella ya sabe sobre el cuchillo, solo quieren ver que yo diga la verdad pulida.

- Un anillo y...- suspiré al darme cuenta de lo grave que es decir esto frente a mi hermana- El cuchillo, con el que mataron a Ben Rifkin.- oí varios jadeos de asombro, de reojo le puse atención a la cara de Lila, ya lo sabía porque siquiera se exaltó. Pero obviamente estaba deseando joderme.

- ¿Quien te lo dió?

- Mi...- justo lo que no quería tocar- mi...- al evitar decirlo, unos piquetes en el corazón me ardían ligeramente- mi madre...- el hecho de que una lágrima me bajara por la mejilla dio muchas cosas a pensar. No llores, no arruges la cara, no recuerdes lo que pasó.

- ¿A quien pertenece el cuchillo?

- Mi hermana- no quiero girar hacia ella, pero no por miedo de, sino porque detrás están todos los padres... todos menos...

- ¿Tu mamá sabía que ese cuchillo pertenecía a tu hermana y así no dijo nada hasta ayer?- sonó incredula, sé que está culpando a mi madre pero demonios ya deje de mencionarlo... sacudí la cabeza para asentir. - Si te dijera que vamos a interrogar a Renata Adams, ¿no tienes problema con eso?.

- No...- el cuerpo me comenzó a temblar levemente. La mujer al parecer no sabía sobre lo que pasó en la mañana, volteando hacía los padres y notando que ella no estaba.

- ¿No te acompañó hoy?

- Señora West- interviene Joanna.

- N-no...- la cara se me arrugó de la nada con lagrimas múltiples resbalandose por mis mejillas.

- Una última pregunta- ignora a la abogada- ¿Por qué lloras?

- E-e-ella...- no, no lo digas- ma...má- retractate, miente, lo que quieras. Ese fue mi pensamiento hasta que el corazón me metió más punzadas, mucho más intensas, Neal tenía razón, duele como el infierno- La mataron- llevé mis temblorosas manos a mi rostro, evitando que me siguieran viendo sollozar- La mataron y yo no pude salvarla!- eso le dio aún más impacto a todo Newton, algunos sintiendo lástima, otros siendo shockeados por el horror...
La jueza se quedó ida y en silencio ante mi respuesta.

- Cariño, vamos- Le permitieron a Laurie subir por mí, me tomó de la mano delicadamente y a mi paso me llevó a sentarme en el lugar de Andy, quien de pie se quedó a mi lado. La mujer me miraba y me hablaba pero volvió ese silencio con un pitillo de fondo que me hacía desaparecer mentalmente de la vida real, en donde solo podía mirar fijamente a un lugar determinado mientras las lágrimas sin sentido seguían bajando.
No sé en donde es mejor estar, si en casa, lugar que ahora podría solo ser vagado por mí... tal vez ahí en el quiosco, a la vista de las personas en Newton, contestando preguntas variadas mientras estoy drogada o seguramente aquí con los Barber, quienes sé que probablemente ahora estén buscando la solución para que mi camino hacia el perder la cabeza sea nulo.

•Secreto Criminal• //Jacob Barber//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora