//Doble caras//

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°Un mes después°

Después de un tiempo a Jacob no le quedó más que aceptar el que yo me juntara con Sarah, eso no tenía nada que ver con ser amiga de Ben ni de los otros y mucho menos me haría volverme en su contra.

-Y bueno, mi abuelo permitió el plan de irnos al riachuelo.- anunció Rifkin, hace unas semanas que queríamos ir a pasar el rato a un riachuelo en las afueras de la ciudad.

- Que suerte, mi mamá no cree que sea buena idea- advirtió Sarah.

- Mis padres tampoco quieren que vaya, estos días ha llovido bastante y creen que podría ser peligroso- obvio no creen nada, yo no voy a ir si Sarah no va.

- Sus padres están dementes.- Rifkin hizo una mueca de disgusto- Digo, iremos todos, Andrew, Tristan, Clara y nosotros tres se suponía. ¿Que tiene de malo?

-Nada solo...- Sarah se puso algo incómoda.

-Tu mamá no confía en mí, que estúpido- asumió como si él fuera blanca paloma- ¿Hay alguna razón para eso?

- No. Son cosas de ella. - me di cuenta de que esa conversación podía terminar peor, Sarah no quería continuar.

- Es una mierda tener una novia con la que no pueda siquiera salir a las afueras de la ciudad- quejó enojado, volteó sin querer explicación o suplica y se fue.

- Oye - tomé el brazo de ella, evitando que se fuera tras él- Está bien, es un tonto.

- Tiene razón, de verdad es muy estúpido ser novios y no poder hacer casi nada.

- O tal vez ustedes piensan que algunas cosas muy fuertes, pueden ser "casi nada" - insinué- ¿No?

- Mi mamá siquiera sabe que sería e igual no me deja. No confía en él.

- ¿No piensa que es un buen chico?

- Dice que luce como un aprovechado y manipulador.. -me miró, sus ojos se notaban preocupados- ¿Es verdad? Tal vez yo soy la estúpida aquí.

-Am no yo...- Claro que es todo lo que su mamá dice. Pero no quiero hacerla sentir mal- Ben es... decente.

- Lo pensaré mejor- sonó el timbre de entrada- Te veré luego- agradeció risueña y me abrazó.
Tomamos pasillos diferentes, mi clase estaba al otro lado del edificio por lo que mientras caminaba, el lugar se iba vaciando conforme todos entraban a sus clases poco a poco hasta quedar completamente en un silencioso corredor, solo existía el sonido de mis botas contra el piso, creo, hay algo que no me deja en total silencio. De hecho, no. Me detuve frente al armario del conserje por escuchar unas voces. Quise pensar que eran fantasmas o mi imaginación pero, las escuchaba bastante claras.
La curiosidad me mató, tomé la manija de la puerta y abrí, topándome con dos figuras ya conocidas, por un lado, unos ojos recaídos me miraban y al otro estaban ojos del casi mismo color solo que furiosos.

- Le dices una maldita palabra de esto a Sarah y...- Era Rifkin, sosteniendo por el cuello a Jacob.

- ¿Qué?- sea quien fuera yo no iba a obedecer a ese imbécil, y mucho menos iba a dejar a Jacob.

-No te metas Elena, estoy haciendo lo que debí hacer hace mucho con este marica- terminó arrojando al pálido contra la pared, lo está lastimando, ¡maldita sea Elena reacciona!

-Déjalo- evito tener cualquier clase de contacto con ese idiota.

-¿O si no qué? -soltó una macabra risita

-Elena- Jake soltó un ahogado suspiro - Vete.

- ¡Déjalo en paz Rifkin!- mierda no quiero problemas.

•Secreto Criminal• //Jacob Barber//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora