•Secreto Criminal• //Jacob Barber//

//El horrible miedo//

Habíamos pasado unas 7 horas en esa azotea, practicando y nada más que eso.

- Mierda, nunca paso a más de 94.

- Debes concentrarte, es todo.- lo miro.

- ¿Y si no?- suspira mientras mira al suelo- ¿Y si esos días fallo las pruebas?

- No lo harás, te lo juro solo... mírame- lo tomé de las mejillas- Si tu pulso es menos de 100, dirán que eres un insensible, si pasa a más de 110 dirán que estás exagerando. Sé que es difícil y algo preciso, pero enfocate solo en eso.

- E-es casi imposible hacerlo, solo puedo pensar en ti y me... me asusta todo esto.

- No pienses en nada más que eso, ni en tus padres, ni en el resto del mundo, ni en mí- acaricio su pálida mejilla- Cuando estés dentro de ese simulador, allí delante de todo Newton, todos te vamos a observar, pero tú no lo notarás porque estarás tan preciso en eso, que olvidarás el resto.

- No quiero fallar- me mira, sus ojos lucían caídos.

- Vamos una vez más ¿de acuerdo?- puse otro video- La última vez y nos vamos.- reprogramé de nuevo el oxímetro.

- Okay- toma mi mano, le di play y comenzó.

- Concentrate, tú puedes.- y así pasaron unos 5 minutos, me quedé en silencio mirandolo, de verdad lo intenta, veo como sus ojos tantean en cada esquina de la pantalla, su respiración está volviéndose más veloz con cada minuto que pasa. Todo bien, hasta que su mano comenzó a tornarse más fría.- Tiempo- paré el video, él soltó un cansado quejido y directamente se recostó en mí.- Jacob- lo rodeé con mis brazos para sostenerlo- Ya, ya pasó, todo está bien.

- Lo... ¿lo logré?- al poner mi mano en su pecho, sentí los fuertes latidos que daba el corazón. Miré el oxímetro de inmediato.

- 103 pulsaciones- sonrío y le planto un beso en la frente- Lo lograste.

- Ya era hora- terminó de calmar su respiración para enderezarse y mirarme- ¿Te sientes bien?

- Si- guardé la laptop y mi libro en la mochila- ¿Por?

- Nada solo, estás algo pálida. Tampoco quisiste comer nada en todo este rato.

- No tengo mucho apetito a decir verdad- me levanté y le di mi mano para que él pudiera levantarse también.

- ¿Es por lo que ocurrió con tu hermana?- ambos bajamos por las escaleras, salimos de las ruinas y nos dirigimos a casa.

- Eso creo, es que dios, la imagen que me quedó es asquerosa.- mi mirada iba pegada al suelo, comenzó a verse algo borrosa.

- Solo lo mató o...?

- No am- decidí voltear a otros lados- Estaban sus órganos afuera y ah no no ¿no tienes calor?- me quité la chaqueta, demonios me siento tan sofocada.

- Estamos a 12 grados, ¿cual calor?- él volvió a ponérmela.

- Si ya sabes, el ca...ca...- y todo dio vueltas.

- Elena- Él lo notó, porque al instante me sostuvo.- Hace unos minutos estabas pálida y ahora tus mejillas están rojas- sentí como pasó su mano por mi frente.

- Aún tienes agua?- hace tiempo que no me sentía tan mal.

- Claro- sacó la botella de su mochila y me la dio- Mierda Elena ¿que has comido hoy?

- Papá preparó el desayuno y- mi vista se estaba aclarando de nuevo- Y luego pasó lo de mi herm..- y vuelve a ser borrosa.

- Cielos Elena no has comido nada en todo el santo día- intentó cargarme, pero aún así yo soy demasiado arisca.