°Perspectiva de Jacob Barber°
-Y sabes que si alguien se les acerca es mejor evitarlo.
- Si mamá- me pongo mi chaqueta- Lo sé, además allí nadie nos verá.
- Ten cuidado- ella me da un débil abrazo- Debes tener cuidado, promételo.
- Laurie ya déjalo ir- A papá le causa gracia cuando mamá se pone sobreprotectora.
- Prometemelo Jacob- me miró fijamente mientras me sostenia de los brazos.
- Si okay ya, está bien, lo prometo.
- Saluda a Elena de nuestra parte- avisa mi padre.
- Adiós- me solté de las manos de mamá y por fin pude salir, a la salida de la puerta el oficial se volteó a mirarme, bajé la cabeza pero aún así podía sentir sus ojos, esperando a que yo desaparezca de su perspectiva o algo parecido.
Me subí la capucha de la chaqueta para evitar las miradas de los vecinos y aceleré el paso hasta ver el comienzo del camino para llegar al edificio abandonado.
Cuando estuve allí me senté en el pasto a mirar mi teléfono, Elena me dijo que salió con la señora Adams, así que nos veríamos aquí cuando sea que ella volviera.
Los abogados decidieron bloquear nuestras cuentas en las redes sociales, para evitar que otras personas nos contacten, de vez en cuando también sirve para distraerse de todo lo que hay en las noticias sobre nosotros, pero es casi inevitable no recibir algún mensaje o un link para ingresar al en vivo del noticiero, o tal vez algún post como el que acaba de aparecer en la parte posterior de la pantalla, al ingresar es lo que ya posiblemente esté acostumbrado a ver, pero esta noticia es sobre los Adams."Más de cien personas están pidiendo la condena de muerte para la hija menor de los Adams, Elena, después de los datos que el abogado Neal Loguidice pudo darnos sobre el trato del que esa chica les logró convencer, las personas se están atreviendo a decir e incluso a jurar que es solo una maniobra para alargar su inculpamiento en el caso Rifkin"
-Demonios, ¡puto Ben!- lancé mi teléfono al suelo.- Oye espera ¿Cuál Ben? Es tu culpa Jacob! Solamente tu culpa.- Siento como mis manos se llenan de un hormigueo al pensar en la condena de muerte, no sé si ella ya lo sepa o haya visto algo sobre eso, pero por mi parte es imposible que se lo enseñe... siempre leo las cartas que mamá tira y son la mayoría deseando la muerte de quien menos tiene que ver en todo esto, Elena, por Dios Elena en que lío te habrás metido solo por defenderme.
Miré a la nada por unos minutos hasta que una silueta apareció entre la alta hierba que da fin con el camino, era ella. Es una estupidez pensar que con solo verla siento como si una bala me diera en el pecho.
Me levanté y esperé que subiera la pequeña inclinación que había para llegar a donde yo estaba. No me había percatado de que su paso iba rápido y su mirada perdida.- Hey- solté en cuanto se acercó tanto para poder escucharme.
- Hola- me dió un brusco abrazo, apesar de lo brusco fue bastante seca. También su respiración estaba agitada.
- ¿Estás bien?
- Si...Jacob yo- agita sus manos, sus ojos miraban a todos lados- Necesito desahogarme ¿puedo?
- Claro- No sé a qué se refiere- ¿te ayudo? ¿Que quieres hacer?
- Okay am- de un pronto a otro se dio la vuelta dirigiéndose al arroyo con prisa. En otro momento me hubiera dado gracia verla así, pero ahora ella está pasando más presión que cualquiera, me quedé en silencio y la seguí. Cuando llegamos al arroyo subió hasta un montón de rocas, se veían bastante pesadas pero de un solo jalón las corrió.
- Wow ¿oye que pasa?.- esperé su respuesta hasta que vi la bolsa con ambas navajas, la suya y la mía, colgando de su mano.- ¿Elena?
- P-pronto los volveré a guardar ¿bien?- sacó la suya y puso en el suelo la bolsa. Su voz estaba calmada pero ella se nota tan inquieta.
- Bueno... ¿y ahora?
- Solo....- dijo para cerrar sus ojos, comenzó a inhalar y a exhalar pero parecía que cada vez aceleraba más su respiración en lugar de calmarse. Murmuraba un par de cosas para sí misma pero no logré escuchar lo que decía, así pasó casi un minuto haciendo que yo me quedara desprevenido, mirándola.- Mierda!- gritó y con esa misma fuerza lanzó su navaja a un árbol a unos metros, clavándola en este.
- Cielos...- suspiré con impacto al mirar la navaja, casi que toda se había incrustado en el tronco- Que fuerte...- a esto ella solo me miró, soltó un par de suspiros y caminó hacia el árbol, cuando llegó tomó la navaja y la arrancó.
- Mierda!- volvió a clavarla y de inmediato a sacarla- Demonios! Maldición!- y con cada palabra que decía seguía repitiendo ese movimiento. La miré y esperé a que terminará, creo que es su forma de desahogarse. A decir verdad me asusta verla así, apesar de haber asesinado a alguien, Elena es la persona con el comportamiento más cuerdo que conozco. No me asusta ni por la idea de que el próximo al que le clave la navaja sea a mí o por algo parecido, me asusta que en realidad la esté perdiendo, que todo esto la esté acabando y que llegue un día en el que siquiera pueda tolerar oír su propio nombre.
- Ya mataste al pobre árbol- puse la voz más pacífica que tengo mientras me acerqué a ella. Ya se había tranquilizado, estaba solo con su cabeza recostada al tronco y calmando su respiración. Rodeé su cintura con mis brazos y recosté mi cabeza en su espalda- ¿Te sientes mejor?- duró unos segundos para contestarme.
- Sí...- pude sentir las fuertes vibraciones que su corazón daba cuando se volteó para abrazarme.- Gracias, eso, eso fue... lo necesitaba.- solté una silenciosa risa de tranquilidad, es mejor quedarme así con ella hasta que decida hacer otra cosa.
Pasaron bastantes minutos hasta que me soltó, tomó mi mano y juntos caminamos a donde yo estaba esperándola anteriormente, se sentó a mi lado, arqueó sus piernas y recostó sus brazos en ellas. Hice lo mismo en silencio, esperando a oír alguna situación concreta que le haya pasado.
- Mi padre ha pensado en entregarme...- Mira al suelo con desilusión- Cuando pasó lo de Rifkin, él fue el primero en sospechar de mí, mamá dice que él le dio algunas indirectas palabras a la oficial Pam Duffy sobre su pensar acerca de mí...- El viento corria los mechones de cabello en ambos rostros- Mamá les dejó en claro que el tema de Houston está muerto para todos, pero Lila se encargó de chantajearlo sobre todo esto y él enserio piensa que yo fui, que su...- una lágrima salió y bajó por su mejilla hasta caer en su mano- Que su pequeña Elenita ya no existe más...- arrugó la cara, está apunto de llorar. Pasé mi brazo por su hombro para abrazarla, lo correspondió y se recostó en mi pecho, lloraba en silencio, sus brazos alrededor de mí estaban temblando de miedo.- No te va a entregar, tú no vas a ir a la cárcel o a ningún lado porque eso no lo voy a permitir. Lo juro.- mi mano acariciaba su oscuro cabello para calmarla.
- Ya....Ya no sé que que es real y que no Jacob- por fin sollozó y un mar de lágrimas terminó por llegar. No puedo demostrarle a nadie el enojo que siento, ella se está comenzando a quebrar y prevengo que falta muy poco para que lo haga por completo, no puedo, no puedo perderla.
- Tengo... tengo un juego, para nosotros.- miro el sol poniéndose detrás de las montañas- De ahora en adelante, sea lo que sea, nos haremos una pregunta al otro, si y el otro contestará si es real o no. ¿Muy bien? Así sabremos que es real y que no.
- Eres m-muy listo- su voz estaba algo débil.
- Mira el atardecer, ¿es lindo no?- ella asintió con la cabeza- Algún día, ambos lo veremos desde el mejor lugar, el que quieras.
- ¿Desde el árbol más alto?
- Desde el árbol más alto- repito- Donde ya todo esto, será un simple recuerdo del que hayamos salido juntos.
-.... Al final tú y yo dejaremos esto atrás, ¿real o irreal?- el brillo del sol ardía en su rostro.
- Real- afirmo seguramente- Lo haremos y será lo mejor que pudimos haber hecho en nuestra vida. - Eso le causó una sonrisa de tranquilidad, recuerdo que mi mayor sueño antes era conseguir todos los videojuegos existentes en el mundo, ahora solo deseo sacarla a ella de esto. Ya se arriesgó, ya creó un plan que nadie nunca haya creado y lo apostó a los abogados, ellos lo aceptaron y la mayor afectada es Elena, ahora es mi turno de cuidarla, de defenderla.
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•Secreto Criminal• //Jacob Barber//
FanfictionElena Miller, una chica de 16 años, se muda a Newton, Massachusetts, ahí conoce a un chico, Jacob Barber. Luego de ciertos hallazgos, sospecha de que ambos tienen el mismo secreto. 🕷Tú eres Elena🕷