//Invitado familiar//

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*Narradora omnisciente*

Entre las personas del edificio de derecho y ley, decidieron hacer una clase de junta, en donde asistirán quienes sean elegidos por Joanna, para así todos escuchar el principiante plan que Elena les traería, dudando de si será lo suficientemente bueno como para ser planeado en tan pocos días como acordaron; claramente la mayoría de jueces y superiores se pusieron a cuestionar la capacidad de la chica, sobretodo por ser una inexperta en el trabajo, además del muy poco tiempo, un operativo sumamente importante debería ser resuelto al pie de la letra por ella.
Impacientemente esperaron el par de días que la ojerosa les prometió, dándole la libertad de salir y entrar por donde y cuando quisiera, con tal de que sus mejores ideas fueran dirigidas a la futura presentación contra la mafia, hasta pidieron a Neal que dejara sus intentos por molestarla, al menos mientras resolviera los embrollos que descubriría y por ende resolvería en ese plan.
Pero tan corto tiempo para ellos, resultó ser de todo el provecho para Elena, quien se estaba muriendo de la vergüenza que le daría presentar lo que propuso delante de tantas personas.

- Te vas a romper los dedos si sigues comiéndote las uñas- murmura Jacob a su lado, ambos esperando que Joanna, subida sobre la tarima y agradeciéndoles a todos por venir, diera por fin la palabra a Elena.

- No me estoy comiendo nada.- niega sin quitar la vista de la mujer, un par de metros más arriba.

- ¿Ah no?- el chico por el contrario se concentraba más en ella que en todo lo demás. Le tomó la mano que ella apoyaba en sus labios, contradiciendo lo que estaba negando.- Tranquila.

- Todos son superiores aquí, no me digas que esté tranquila.

- ¿Te cuento algo?- sin esperar a que ella asintiera, se acercó a su oído para evitar que alguien más escuchara totalmente- Tú eres mucho más inteligente que cualquiera aquí, no te preocupes, ninguno de ellos hubiera ideado algo tan bueno y detallado como lo hiciste tú.- la chica se ruborizó por el cumplido, pasando su mirada a los verdes ojos de él, con la pequeña sonrisa que soltaba a menudo que lo veía.
El momento se hubiera alargado, de no ser interrumpido por la abogada Klein, esperando al lado del micrófono para que Elena subiera.
-Tu turno- le murmuró él, devolviendole la agraciada sonrisa y empujándola con una mano en su cintura, ayudando a que ella se animara a dar el primer paso. Sin comenzar a cuestionarse entre dudas, Elena subió el trío de gradas que se interponían entre ella y la tarima, bajó la vista cuando la fuerte luz de una lámpara sobre ella, opacandole los rostros de la audiencia delante suyo.

- Cuando quieras, Miller- dijo Joanna, despidiéndosele con una palmadita en la espalda.
Los nervios no la dejaban en paz, tanto que decidirse si presentarse o no, fue el primer problema que se le propuso; <<Demonios...>>, pensó. <<Cálmate, esta no es la primera vez que vas a hablar frente a un montón de personas>>.
Era cierto, en la vida es casi imposible padecer de ansiedad social, si desde que se está pequeño ya tocaría exponer un inútil tema en la escuela, frente a todos esos niños, más dispuestos a reírse y criticarte si te equivocabas, eso se les facilitaría más que a aplaudirle por supuesto; pero ella no se refería a eso, porque su memoria parece funcionar mejor desde que tenía 16, asociando todo desde su llegada a Newton, y lo expuesta que fue al montón de ojos asechadores y bocas sacando suposiciones medio ciertas.

- Buenos días- la voz se le había vuelto un tanto áspera por la situación, de inmediato se dio un paso adelante para acercarse más al micrófono y mejorar esa estúpida voz de tonta- Am...- no sé iba a presentar, ya la abogada lo había hecho por ella, por lo que comenzó a leer la primer hoja dentro del documento que llevó- Como saben, hace un par de días me ofrecí para encargarme de dirigir el operativo narcotraficante, incluyendo idear un plan que vendría a nuestro favor.- <<Pero las cosas pueden salir mal, y va a morir al menos una persona>>, sus pensamientos la interrumpían constantemente- Se... se los explicaré y si tienen alguna duda por si me salto algo, pregunten, si no es problema.- se dio un respiro antes de comenzar a hablar sin parar, hasta que alguien la detuviera con una pregunta.
- En este momento, la cantidad de personas que habitan en la isla, reservada solo por la mafia, cabe aclarar, es un número estimado de 34, la mayoría son guardaespaldas...- vaciló- sicarios, probablemente, por lo que me sería de mucha ayuda si mandan al menos 30 soldados conmigo, leales, ágiles y valientes, ya que esto es algo de riesgo y nadie se podrá andar para atrás.- pasó la hoja rápidamente- Hay dos entradas principales, siempre son usadas, además de que están por supuesto vigiladas por tres guardaespaldas cada una, pero, encontré un pequeño muelle en ruinas, a un kilómetro y medio de la entrada más cercana; si llegamos por allí, podemos atacar por detrás en la primera entrada, sin alertar a nadie claro, así que en este primer yate, iré yo, con 3 soldados, las armas deben tener silenciador y una buena mira, así podremos disparar a lo lejos sin arriesgar a que nos vean antes. El segundo yate partirá 20 minutos después del primero, ahora sí, llegando por la entrada que estará despejada por nosotros; ahí abordará gran parte del equipo, en cuestión unos 15 más; nos dividiremos a dos grupos, 5 van conmigo adelante, con el fin de despejar la otra entrada y los demás se encargarán de revisar con cuidado, que el resto de las orillas de esa isla estén vacías.

•Secreto Criminal• //Jacob Barber//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora