//El alivio de ver a los ojos perdidos//

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- ¿Ben?- todos en un vacío silencio, mientras la simulación continuaba en la pantalla.

- Lila y-yo...- el chico comenzó a retroceder, cuando por fin se vio el filo de un cuchillo sobresaliendo de su pecho derramante de sangre. Por Dios, espero que los Rifkin no estén viendo eso.

- ¿Que demonios?- asomando su cabeza tras el chico, había un hombre, algo ficticio a decir verdad pero su cara estaba tan sonriente mientras sostenía el cuchillo.

- Adiós Ben- dijo para apuñalarlo otras dos veces en semejante definición que muchas personas quitaron su mirada con asco o asombro.

- ¡Oye!- ella se levantó y retrocedió unos pasos- ¡Estás demente!.

- Gracias, gracias señorita- ríe con alaridos que me hicieron dar un mini salto.- Ahora proseguiré con mi trabajo- levantó al muerto con una mano y con otra le hizo tantos hoyos que rápidamente estaba hasta su cabello teñido de sangre. Que aburrido está esto, Lila siquiera corre o algo.

- ¿Ya terminaste?- dijo con seriedad.

- Eso creo.- afirma aún cargandolo- ¿Me ayudas viendo de cerca?- arrojó el putrefacto cadáver sobre ella, por el peso cayó al suelo. Gritó tan fuerte de una vez se despertó.

- ¡84 pulsaciones!- Jacob y yo nos volteamos a ver, estamos casi seguros de que ella fue y ahora vimos que su reacción a cosas perturbadoras es mínima. Los murmullos respecto a ese resultado aparecieron. O por Dios, eso quiere decir que ella no pasó esta prueba, sabiendo que todos los resultados debían pasar de 100 y hasta ahora el suyo fue el más bajo.

- ¡Estaba sobre mí!- le reclama a la mujer,  no se dio cuenta de su resultado. La volvieron a sentar junto a Dereck y esperaron a que los murmullos bajaran.
Y por fin el momento que la mayoría esperaban ha llegado. Es el turno de Jacob, creo que la tensión es peor que cuando fue el mío, mirandolo de reojo, se empezó a inquietar poniendo sus ojos en todos lados, tratando de buscar alguna cosa que lo distraiga para escapar de allí.

- Jacob Barber- un fuerte escalofrio me subió por la espalda al oír su nombre, siendo llamado por Joanna, de verdad se podía sentir todo ese silencio encima, esas fijas y desconcertantes miradas proviniendo de todos, de los abogados, los jueces, los psicólogos, nuestros padres... y admito que es pavoroso ponerse a pensar que gran parte de personas allí, en la multitud, son las mismas personas que desean nuestra muerte.
El tiempo pensando en esas amenazas me distrajo y ya tenía a Jacob a 30 pasos de mí, justo por ser perforado con esos malditos cables. 

- El joven Barber es el último en realizar la prueba por hoy- avisa Neal mirando a su alrededor - Pronto estaremos por acabar.- hace como si murmurara pero todo el mundo lo escuchó, obviamente.
Y los cables hicieron su doloroso trabajo, cinco en el brazo izquierdo, otros cinco en el derecho, doce en su espalda, cuatro en varios lados de su cuello y los últimos sobrantes en sus piernas, todos causando suspiros entrecortados de él, hace eso para evitar gruñir o quejarse. Volteé severamente hacia atrás, encontrandome con Laurie Barber, esa mujer elegante y sonriente que conocí aquel día, estaba con la vista gacha, evitando ver sufrir a su hijo. Por otro lado, a Andy se le marcaban las arrugas entre su frente y sus cejas, como de una persona triste pero sus ojos estaban tan fríos y serios, que asintió con la cabeza al verme, tal vez asegurándome de que todo iba a estar bien.

- Acabemos de una vez con esto, Jake- Neal le hace una ceña, dando a entender que era momento de que se dejara llevar por el simulador. Haciéndole caso, Jacob terminó de cerrar sus ojos y así la pantalla volvió a encenderse, con el sonido inmediato de una pesada bola haciendo una chuza al golpear y derribar los diez pinos puestos en una clase de zigzag, estaba en un boliche. Es raro escuchar su respiración desde el comienzo, pero si uno pone atención, en realidad así respira él constantemente.
Habían muchas personas allí, casi tapando la vista hacia cualquier lado que volteara, pero eso sí, tenía una delgada y delicada mano tomando su brazo, cuando giró a su lado, era su madre, por Dios se ve tan diferente a como está ahora. Sus mejillas rosadas, su tranquila mirada y la bonita sonrisa que había en el rostro de la mujer, le puede dar la sensación de paz a cualquiera.

- Anda Jake, ve con tus amigos a jugar un rato- alienta ella al ver que un grupo de chicos estaban llamándolo.

- Mamá pero tú... te quedarás sola aquí y eso no es justo, vienes por mí y dejarte sola no sería algo muy bueno...- el corazón se me encogió al oír esas tiernas palabras, a juzgar por los gestos que algunos de los hombres y mujeres que contemplaban la grabación, también les pareció una tierna actitud.

- Las otras madres quieren hablar por un rato- arrima su mano a la cara del chico, supongo que acariciando su mejilla- Te llamo cuando nos vamos ¿bien? Diviértete.

- De acuerdo, te veo aquí en cuanto termine todo esto- le da un abrazo para después voltear e ir entre todo ese tumulto de personas, allí encontrando a sus amigos, los cuales parecían niños más que adolescentes, es raro porque.... lo tengo, su prueba está inspirada en el día que fue a la fiesta de cumpleaños a los bolos, cuando era un niño, por eso los chiquillos que hay ahí siquiera se me hacen conocidos, claramente ninguno es Dylan, Dereck o cualquier otro amigo que yo le conozca.
Riendo entre sí, sin decirse nada, comenzaron a jugar, intentando dar al blanco por dos turnos cada uno y así llevaron un par de minutos. ¿En que demonios va a atacar esta prueba? Casi que puedo sentirme relajada de lo mucho que el tiempo distrae, no ha pasado ni mierda en unos cuatro minutos que ha durado y estoy casi segura de que las anteriores duraron masomenos unos 5 minutos... mientras más tiempo pase, más se va a distraer y así perder la noción de que es real y que es lo que está dentro del simulador.
La mirada de confusión en todos, cambió cuando se oyó un desgarrador grito por fin hizo que entrara el suspenso a todo eso. Luego del primer grito, hubieron bastantes más, casi como un coro, las personas que le tapaban la vista a Jacob, se comenzaron a ir rápida y desesperadamente, esto haciendo que él comenzara a entrar en angustia al no encontrar a su madre, por lo que él oximetro que marcaba 61, subió de una vez hasta 87, eso es Jake, lo está haciendo bien.

- ¡¿Mamá?!- fue fácil para cualquiera sentir el ahogo que Jacob estaba sintiendo mientras llamaba a su madre. Entrando entre un círculo de personas y ver unas piernas resposando sobre un charco de la brillosa sangre ante la luz, por fin viendo a Laurie Barber en el suelo. Como anhelo borrar esa imagen de mi mente ahora, los desalmados ojos abiertos, los tensos labios que parecen palpitar y todo ese líquido a su alrededor, saliendo de su cabeza, fue bastante para que la respiración del chico se agitara, con el pulso ya en 98, y él tirado en el suelo a su lado, suplicando y llorandole al cielo porque ella estuviera bien. Para terminar saliendo más y más sangre de la boca de la mujer, chorreando por su mejilla ahora pálida y cayendo en las manos de él, su respiración se oía como la de un asmático buscando la bombilla para inhalar el medicamento, las suplicas, los escalofriantes y fríos gritos, la mirada perdida de la mujer con sangre remplazando su saliva.

- Lo va a matar...- la expresión salió casi sola de mí al voltear hacia el verdadero Jacob, allí sostenido por los cables, en donde las orillas de su cabello ya estaban empapadas del sudor y su temblante cuerpo parecía estar por descompensarse- Lo va a matar....! - alcé la voz, de esta manera Joanna me escuchó, girando hacia él y dándose cuenta del hecho verdadero.

- ¡Desconectelo!- ordena rápidamente a la psicóloga que controlaba eso. Reaccionando de inmediato y tocando un botón que se encargó de  todo, apagar la pantalla, sacar los cables de su piel, quedando todo en silencio, con la preocupación de que aún no despertaba de eso, no abría sus ojos por más que le diera palmadas en su rostro y a plena luz del sol se notó como la camisa también estaba escurriendo sudor; la palidez en sus labios, en sus mejillas, en su tez... mierda, está sudando frío, eso que hace el cuerpo cuando nos quiere proteger de situaciones peligrosas, me quedé en shock, con el tiempo deteniéndose al verlo así, rodeado por ahora dos especialistas más,  y todos los gritos de la gente, pidiendo que lo sacaran de allí, otros deseando que muriera de un paro cardíaco...

- ¡Ciento diez pulsaciones por minuto!- y despertó, de una vez encontrando sus perdidos ojos en los míos. Ahí sentí el verdadero alivio, con todo ese martirio a nuestro alrededor, tengo la alegría y la esperanza de que algún día acabaremos todo esto y esos ojos me verán con euforia y tranquilidad de haber solucionado todo este embrollo al que estamos sometidos.

•Secreto Criminal• //Jacob Barber//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora