//Los Barber//

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Parece que a mi madre se le está haciendo la costumbre despertarme.

-Vístete. Iremos a cenar con los Barber.

-¿Disculpa? Yo no voy a ir- advierto tallandome los ojos.

-Tienes que ir, Elena.- clavó sus ojos en mí- Laurie dijo que te podrías llevar bien con su hijo y te hace falta tener a alguien con quien pasar el rato en lugar de estar pensando en, quien sabe que cosas.

- ¿Y él va a cambiar algo? No me interesa quien es ese chico.

En ese momento, mi hermana iba pasando por el pasillo, al escuchar la palabra "chico" sus hormonas la ayudaron a entrar y meterse en la conversación.
-¡¿Chico?! A donde vamos habrá un chico?

-Así es, viendo como es Laurie podría apostar a que es un buen muchacho así que compórtense.

-¡Claro! ¡Iré a ponerme algo mejor!- dice yéndose a su habitación.

-Deberías hacer lo mismo- sugiere mi madre.

-No. Y ya fuera de mi cuarto.

-Controla tu lenguaje. Cámbiate rápido, para eso te compraron ropa- salió.
Claro que no me voy a cambiar, mi Jersey con pantalones flojos están bien, no necesito vestirme tan ridícula como Lila para ir a una casa que queda a la vuelta de la cuadra.
Solamente acomodé mi ondulado y corto cabello y me puse algo de perfume.
Al bajar, Lila era la única que faltaba.

-¡Dennis! Te dije que te cambiaras!.

-Déjala Renata- mi padre me mira- Te ves muy linda- sonríe.

-Como sea.- mi madre sacó las llaves de la casa- ¡Lila apúrate!. ¿Que tanto hace?- los tres salimos.

-Tratando de calmar sus hormonas tal vez- murmuré. Unos segundos después, Lila bajó y cerró la puerta.

-¿Y qué tal?- se da una vuelta. Llevaba un corto vestido rojo y una chaqueta de cuero del mismo color.

-Te ves taan...- comienza mi padre.

- ¿Indecente?.

- ¡Mamá! ¡¿Oíste lo que dijo?!

-Ambas van vestidas inapropiadamente.- no entiendo como mi madre puede tener tanta paciencia- Así que cállense y caminemos a la casa de Laurie en paz.

Y así lo hicimos, Newton no parece una aburrida ciudad, al menos el barrio, se ve algo misterioso e interesante, a pesar del frío, me tomé la libertad de disfrutar un poco ese pequeño paisaje.
Laurie de alguna extraña forma había conseguido el número de mi madre así que le dio la dirección exacta de la casa.
Al llegar al porche, mi madre nos dio una nueva advertencia.

-Nada de peleas o insultos a nadie. ¿Entendido?- me mira principalmente a mí. Ambas asentimos con la cabeza, enseguida mi madre tocó la puerta.
Casi al instante, un hombre nos abrió, lucía bastante agradable.

-Oh ustedes deben ser los Adams- reconoció contento- Bienvenidos- abrió la puerta dejándonos pasar.

-¡Renata!- la mujer apareció emocionada, yendo a saludar a mis padres.

-Gracias por invitarnos- mi padre es más penoso al hablar- De verdad son buenas personas.
Hablaron de estupideces de adultos por unos segundos, volteé la cabeza a la sala, un chico castaño y de tez casi pálida estaba sentado en el sofá, con su teléfono. Al sentir mis ojos sobre él, una mirada seria se encontró con la mía, no mostraba ninguna otra emoción en sus ojos.

-Y ellas son Elena y Lila- reaccioné, despegué la mirada sobre él y miré a su padre.

-Un gusto, señor Barber- mi hermana sonríe, quiere parecer tan dulce como pueda.

•Secreto Criminal• //Jacob Barber//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora