//Cambio de vida//

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°Houston, Texas°

Al pasar más o menos las siete de la noche, me enconrraba tomando una siesta para luego bajar a cenar. Sin embargo, mi madre, apurada, me sacudió para despertarme mucho antes.

-Elena- me miró con una expresión hundida- Tenemos que irnos.

-¿Qué...?- el aviso me tomó por sorpresa, un poco, pues yo sabía lo que había hecho. Me detuve a pensar, aún con la mente dándome vueltas por el sueño- Ya lo saben...¿No es así?

-Cámbiate rápido, empaca lo necesario, te veo abajo en 2 minutos- corrió hasta la puerta y salió. Hice lo que ella me pidió. tomé lo que pude, lo metí en mi mochila y bajé, mis padres junto a mi hermana me estaban esperando abajo. Fuimos al auto, mamá lo encendió y condució rápidamente, escapando de ese lugar.

- Madre, ¿a dónde vamos?- pregunté, mientras miraba por la ventana como nos alejabamos de ese sitio, que tal vez nunca volveríamos a pisar.

-¡Estamos escapando, Elena!- comienza Lila, mi hermana- ¡Ya ves como siempre nos causas problemas!

- ¿Vas a llorar?- cada que la veo me es imposible no rodar los ojos.- A ti no te pregunté, entrometida.

-No verá a sus amigos o a su novio nunca más, compórtate, Elena- mi padre giró la cabeza para mirarme. Permanecí callada todo el camino, admirando por la ventana los oscuros lugares hasta que llegamos al aeropuerto. Papá compró los tiquetes de avión con una falsa identificación que apareció como por arte de magia. Volábamos en unos 5 minutos por lo que nos sentamos cerca de la puerta de embarque a esperar.

-¿No te parece demasiado, madre? ¡Nos estamos yendo de toda nuestra vida!- reprochó Lila- ¡Solo por esta idiota!

- ¡Lila entiende!- mi madre la tomó por los hombros y comenzó a susurrar- Tu hermana cometió un crimen, la casa estará llena de policías y agentes del FBI en unos minutos. Debemos irnos.

- Sabía que ella algún día iba a causarnos problemas.- se apartó- ¡¿Han visto lo que hizo e igual la cubrimos?!

-Es nuestra hija, haríamos lo mismo por ti.- eso la dejó callada. Al poco tiempo las puertas de embarque se abrieron, abordamos el avión y me senté con mamá. Unos minutos luego, despegamos.
A pesar de lo bien que finge, noté a mi madre muy nerviosa, nada raro, mucho menos ahora.

-Ma... - le tomé su mano.

-Odio los aviones- suspiró mostrándome una pequeña sonrisa- No te preocupes.

-¿Podemos hablar sobre...?

- Cuando estemos en un lugar seguro, ¿de acuerdo?

-Bien...- no me queda más que esperar, obedecer es lo mínimo que podria hacer-... ¿Hacia donde vamos?- de todas maneras la curiosidad siempre me lleva.

-Newton, Massachusetts, ahí viviremos ahora.

-Uh...- está bastante lejos- Madre tú, ¿estarán bien todos? Digo... ¿Y si me atrapan?

-Tranquila- me acarició la mejilla - No lo harán, tu padre y yo nos encargaremos de eso. Ahora duerme, será un largo día.

-Tú igual- recosté mi cabeza en su hombro y cerré mis ojos hasta dormirme. La verdad, dentro de mi cabeza surge un debate, por un lado me ataca la culpa con la cordura, pero por otro, mi mente no entiende por qué se hace tanto alboroto, creo que es algo que ocurre normalmente.
Pasaron unas cuatro horas hasta llegar a Newton. Salimos rápidamente de ese aeropuerto y mi padre llamó a un amigo suyo para que nos recogiera, tiene muchos contactos. Condujo por un buen rato hasta llegar a una casa en un vecindario común, supongo que aquí nos quedaremos.

-Hasta pronto, Ricky.

-No hay de qué, Charlie. Y si necesitan algo solo, pídanlo- el tal Ricky se fue en su auto. Los 4 entramos a la casa, cerraron ventanas y puertas, mamá nos obligó a sentarnos en la sala.

-¡¿Quien era ese?! ¡¿Por qué estamos tan lejos de casa?! ¡¿Que es este lugar?!- mi hermana es tan insoportable.

-Escuchen, familia- todos pusimos breve atención a mi madre- Sé que es un cambio radical de vida, dejamos a nuestros amigos y seres queridos allá, nuestra casa, nuestras pertenencias, todo en realidad. Pero Elena necesita nuestra ayuda en estos momentos.- volteó a verme- Está muy mal lo que hiciste, lo sabes ¿verdad?

-Si, lo sé.- No claro que no lo sé, quiero decir, mi mente está mal.

-Debes aprender a controlarte, del contrario, pasará más veces y... ahí si te atraparán.

-¿Como están tan seguros de que no nos atraparán aquí?

-Tu padre cambió las identificaciones, seguiremos con los mismos nombres pero diferente apellido, ya no somos los Miller, somos los Adams.

-Mi amigo, Ricky, es de confianza- comienza mi padre- Él nos consiguió esta casa y nos ayudó a encontrar un nuevo trabajo en ese rato que viajamos. Ustedes irán a una nueva escuela aquí en Newton, y volveremos a vivir una vida normal, como antes.

-¿Normal? ¡¿Oigan que tiene esto de normal?!- y prosigue con su maldita voz chillona- ¡¿Van a dejar a Elena así libre?! ¡Es una asesina! ¡Mató a la niña de los Jones!

- Lila cierra tu maldito chillido, estás causando demasiado delirio estúpido por un problema que no es tuyo.- sé que la expresión se me nota harta cuando me refiero a mi hermana.

- ¡Tú eres una estúpida idiota!

- Dejaremos de hablar de esto a partir de ahora.- interrumpió mi madre- A nadie le pueden contar. Será nuestro secreto.

- Su madre y yo les prometemos que en una semana todo será igual. Elena necesito que mañana acompañes a tu madre a comprar comida. Yo y Lila iremos a comprar ropa. Conserven la calma, niñas, y este tema será historia.

- ¡Dejé a mi novio allá!

-Conseguirás uno nuevo aquí- la miro- No es tan importante tener un novio.

-¡Tú lo dices porque apenas se te acercan los maestros! ¡Eres una persona horrible en todos los sentidos, Elena!

-Hey!- mi madre le dio una pequeña cachetada para que se callara- Ni una palabra más he dicho. Lila, Elena tiene razón, puedes conseguir nuevos amigos y otro novio aquí.
Elena, trata de hacer amigos, ¿bien?

-Esto es una locura- Lila se levantó sin querer oír nada más- Pero está bien- terminó por subir a la habitación en la que quiso dormir.

-No necesito amigos, madre, eso me traerá problemas.

-Los necesitas, créeme. ¿Por favor?- su mirada se tornó tierna y comprensiva, algo raro en los padres de hoy en día.

-Mh, de acuerdo- medio sonrío- ¿Ya me puedo ir?

-Si, nosotros nos encargaremos de desaparecer ciertas cosas.

-Descansa, pequeña Elena.- papá me da un beso en la frente. Me levanté y subí a mi habitación.
Al sentarme en mi cama me di cuenta de algo, mi celular ya no estaba, probablemente va con todas las cosas que mi madre está mandando al fuego allá abajo. Me miré por el reflejo de la ventana, soy una maldita palideja, las ojeras cada vez se marcan más, si allá en Houston es soleado y nunca pude broncearme, aquí en Newton menos, el clima se ve frío y húmedo, casi parece una de esas aburridas pinturas que mi abuela conservaba, la extraño tanto.
No tengo ni mi teléfono, ni mi laptop, nada con que distraerme, la mejor opción por ahora es dormir, aunque solo puedo pensar en la razón por la que estamos aquí, claro no me preocupa ni me perturba, solo, es algo satisfactorio recordar el momento en que callé a esa estúpida niña. Es casi imposible ver la facilidad y tranquilidad con la que me recuesto y me cobijo sin ningún resentimiento hacia por lo que hice, igualmente no lo volveré a hacer, es una mierda cambiar totalmente de vida y espero que esta sea la última vez.

•Secreto Criminal• //Jacob Barber//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora